No al cierre del teatro Liberarte
Por Analía Ávila
El teatro Liberarte, ubicado en la avenida Corrientes 1555, está en una zona neurálgica, en una cuadra donde conviven el Centro Cultural de la Cooperación, la librería y Auditorio Losada, el teatro Premier y enfrente del Teatro General San Martín. En 1987 el Partido Comunista había fundado allí un amplio espacio cultural que tuvo una mítica videoteca frecuentada por exigentes cinéfilos, una librería, una disquería y el teatro, todos funcionaban de manera independiente. En 2014 cerró la videoteca y para ese entonces ya se había mudado la librería.
El espacio teatral se mantuvo en el sótano como un bastión cultural con dos salas de 90 localidades. La preocupación siempre fue ofrecer las mejores condiciones para los artistas que trabajaban fuera del circuito de los teatros comerciales, espectáculos de calidad y entradas con precios accesibles para el público. Este teatro protagonizó la movida del under en la apertura democrática de los años 80, por allí pasaron artistas como los Vergara, los Melli, Karina K y Atilio Veronelli. Otro hito importante fue el ciclo de la Selección Argentina de Stand Up creado por el comediante Fernando Quintans en 2007 y que estuvo ocho años en cartel, por allí pasaron los mejores artistas del género.
En diciembre de este año la dirección del teatro Liberarte anunció en un comunicado su cierre a fin de mes debido a cuestiones económicas. El espacio que fue declarado de interés cultural por la Legislatura porteña recibe subsidios del Instituto Nacional del Teatro y de Proteatro, pero esto no basta para afrontar los aumentos.
Entrevistado por Agencia Paco Urondo, el actor y director teatral Ricardo Miguelez, actual directivo de Liberarte explicó: “El motivo del cierre es simple, hace unos seis meses un nuevo propietario compró todo el inmueble y me pidió un alquiler que triplica lo que estamos pagando, esto no es un teatro comercial, es imposible de pagar para un teatro independiente. Se suman los aumentos de luz, agua y expensas, no estamos en condiciones de afrontar eso. El contrato nuestro vence el 31 de diciembre. Los elencos propusieron hacer una movilización, visibilizar un poco el conflicto a ver si se puede revertir esta situación. Nos interesa que el teatro siga, me dijeron, si te tenés que ir, al menos que la gente se entere y sepa qué es lo que pasó en este lugar“.
El teatro Liberarte, con 30 años de labor cultural, fue dirigido desde 1987 hasta 2002 por Juano Villafañe (actual director artístico del Centro Cultural de la Cooperación), y desde ese año hasta la actualidad por Miguelez. El espacio no sólo funciona como teatro, también ofrece cursos, talleres y abre sus puertas para artistas independientes de distintas disciplinas. “No sólo los actores se van a quedar sin el lugar sino también los músicos, los literatos que hacen presentaciones de libros, los pintores que exponen sus cuadros, los espectáculos de danza y los profesores que a fin de año hacen sus muestras. Acá la idea siempre fue que la programación fuera lo más heterogénea posible, hay teatro dramático, comedia, teatro clásico con autores como Molière y obras como La casa de Bernarda Alba, espectáculos de transformismo, shows de blues, jazz, folklore, tango, rock. Abarcamos un espectro muy grande”, agregó Ricardo.
En el acto realizado el miércoles pasado desde las 18 horas en la puerta del teatro estuvieron presentes los actores integrantes de los elencos, directores, autores y público que se manifestaron con un micrófono abierto. Miguelez agradeció especialmente a Ariel Ruiz Díaz y Charly Palermo, directores de la compañía “Cazadores del arte perdido” que fomentaron la movilización.
Ruiz Díaz manifestó: “Estamos en este teatro hace cuatro años, empezamos con una función de La pulga en la oreja y este año presentamos más de veinte espectáculos con más de cien actores. Hubo más de trece directores presentando diferentes obras de teatro. Ricardo nos dio una mano muy grande, el seguro de sala era muy inferior al resto de los teatros de la calle Corrientes y de sus alrededores. Creemos que no se puede cerrar un lugar cultural, vamos a pelear hasta último momento. Por lo menos se escuchó y ahora hay que esperar para ver lo que sucede. Podría haber alguna empresa que invierta, que ofrezca algún esponsoreo para continuar. Nos ha venido a ver mucha gente que no puede consumir un teatro comercial, se está fomentando la cultura, que personas de pocos recursos puedan ver obras de primera calidad. El cierre lo lamentaríamos no sólo los actores sino también gran parte de nuestra sociedad”.
Al final del encuentro se firmó un petitorio para presentar ante la Legislatura porteña: “Solicitamos tenga a bien actuar la Legislatura como mediadora para lograr un acuerdo que beneficie a ambas partes pero que sobre todo se mantenga fiel a su declaración del año 1998 con la resolución norma 0260/98 donde se reconoce el interés cultural de Liberarte, cerrarlo es un atentado a nuestra cultura”. La actriz y periodista Mirta Israel expresó: “Soy parte de una agrupación de actores y estoy acá solidariamente. Creemos que la cultura es un derecho, no es sólo algo para pasarla bien, un teatro que cierra es un derecho que se va achicando cada vez más. No es el único, acá nomás tenemos el Teatro Alvear que hace años que está cerrado, y hay una responsabilidad del Estado que no asume que la cultura es un derecho y que tiene que haber presupuesto para la cultura, y para sostener los espacios donde desarrollamos nuestro arte. Cuenten con nuestro apoyo”.