Rock, mística ricotera y "Cristina presidenta": una noche de fiesta de Los Fundamentalistas en Huracán
El 2022 está llegando a su fin y un breve repaso de los más de once meses que han trascurrido dan cuenta de una situación económica muy difícil para nuestro país, con una inflación alta que no cesa. El último sábado, miles de almas encontraron un motivo para olvidar por un rato los sinsabores de una realidad compleja y dieron rienda suelta a la alegría. Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda que acompañó al Indio Solari en su versión solista y lleva cinco discos editados, se presentó en la cancha de Huracán.
La última vez que las huestes ricoteras habían invadido Parque Patricios fue en diciembre de 1994 con dos fechas inolvidables. Entonces la nueva convocatoria, la vuelta a “copar la Quema” como 28 años atrás tenía una significación especial. El inicio del show estaba pautado para las 20:30 pero desde muchos antes las bandas ya habían copado las inmediaciones del estadio. La avenida Caseros alteraba su habitual fisonomía de un sábado a la tarde: comercios abiertos con el colorido y el la música que imponían las seguidores del Indio Solari.
Dos horas antes de la fecha pautada para el inicio del show, el parque Florentino Ameghino se había convertido en una feria para exhibir los amuletos y las remeras con todas las insignias posibles de la mística.
Además de la algarabía que se respiraba en la previa, cabe destacar la comunión ya habitual entre los redonditos. A esa armonía esta vez se le sumó la poca presencia policial, motivo que alivió la entrada al estadio. Las puertas se abrieron a las 17:30 y sobre las 20hs el estadio estaba casi colmado. Adentro todo era emoción. La antesala del concierto tuvo como siempre la banda sonora del público. A los habituales canticos que rememoran el asesinato de Walter Bulacio en manos de la policía federal y la mítica “son redondo hasta que muera” esta vez, en clima mundialista, se sumó “que de la mano de Leo Messi todos las vuelta vamos a dar”. Tampoco estuvo ausente el homenaje a los caídos en Malvinas con “el que no salta es un inglés”, el repudio a Maurico Macri y el operativo clamor “Cristina Presidenta”.
Con ese marco y con el campo y las tribunas abarrotadas los Fundamentalistas salieron a escena a eso de las 21 horas. Después de la voz del Indio con la clásica presentación se escucharon los primeros acordes de “Rock para el Negro Atila”, clásico del doble “Lobo suelto, corderos atado” que los Redondos habían presentado en el mismo estadio en 1993. Pegado llegaron otros clásicos como “Mi perro dinamita”, “Unos pocos peligros sensatos” y “Un ángel para tu soledad”. Cuatro temas de los redondos para poner la vara bien alta que los Fundamentalistas iban a mantener durante tres horas y cuarenta temas.
Como es costumbre, la banda se mostró con la versatilidad y la excelencia que los caracteriza con una formación que ya tiene el suficiente rodaje en escenario y en estudio. A la estridencia de las guitarras de Baltazar Comotto y Gaspar Benegas se sumaron la solidez de la base rítmica de Fernando Nale en bajo y Ramiro López Naguil en batería. Por supuesto, también brillaron por su calidad el multiinstrumenstista Pablo Sbaraglia, los vientos de Sergio Colombo y Miguel Talarita y las voces de Deborah Dixon y Luciana Palacios.
Durante todo en viaje musical en el Tomas Ducó, la banda surcó por la discografía de Los Redondos y la del Indio solista con arreglos propios que ya cuentan con un sello que les es propio a aquellos que llevan la herencia de Patricio Rey.
Como era de esperar el Indio no estuvo ajeno a la fiesta y con varias intervenciones proyectadas a través de las pantallas y poniendo la voz en algunos clásicos como así también en sus últimas creaciones hizo que su ausencia no se sintiera tanto. Por el cariño que supo cosechar no estuvieron demás las muchas veces que se vitoreó su nombre y el pedido de Benegas al público para que el propio Indio lo pudiera escuchar desde su casa.
Antes del cierre la banda se tomó el tiempo para agradecer la fidelidad a sus seguidores que pese al cambio de fecha y de lugar, por la prohibición de parte de la intendencia de La Plata de tocar en el estadio Diego Maradona se acercaron al estadio. También hubo tiempo para un brindis en comunión y para el recuerdo a Martín Carrizo, baterista y productor del grupo fallecido este año.
Al final del concierto fue a puro rock & roll. El pogo más grande del mundo tuvo su lugar con el mítico “Jijiji” coronado con las estridencias de la artillería de fuegos artificiales que inundaron el cielo de Parque Patricios. Sin embargo había una más, pegada a la canción que ya hizo historia “para tipos que no duermen por la noche”, sonó “Ella debe estar tan linda” un tema del disco “Un Baión para el ojo diota”.
Todo terminó como había empezado, de la mejor manera y a pura música para bailar de alegría. En el medio hubo lugar para bucear en lo más profundo de la historia musical de los redondos desde los tiempos del pretérito “Gulp” pasando después a la etapa Fundamentalista hasta el último “El ruiseñor, el amor y la muerte”.
El último sábado fue una nueva noche ricotera en Huracán con todo lo necesario y lo que debía estar presente, mucha mística, rock & roll y las sienes ardientes que son todo el tesoro.