Seminario: Estilos fundamentales del tango
Foto: Elsa Broclauski
Por Ignacio Varchausky
¿Qué es una orquesta típica?
Cuando hablamos de tango, la definición “orquesta típica” puede ser tan precisa como vaga, según quién o quiénes sean los interlocutores. La gran mayoría del público que conoce el género podría asegurar que tiene claro el concepto, sin embargo, más de uno duda a la hora de describir en detalle la popular denominación. Hagamos entonces un intento por aclarar los tantos.
Primero hagamos la obligada referencia a Vicente Greco. Bandoneonista y compositor icónico de la Guardia Vieja. Greco fue el compositor del bellísimo tango “Ojos negros” y el muy milonguero “Racing Club”, entre otros tantos éxitos que aún hoy –¡100 años después!– se siguen tocando. Todos los libros de historia del tango hablan de aquel hoy mítico quinteto de Vicente Greco que utilizó por primera vez la denominación “orquesta típica criolla”. Sin embargo, todos esos libros que leemos repiten hasta el cansancio un pequeño y a la vez relevante error: tal denominación no surge en 1911, sino en 1910 (incluso tal vez en 1909). Este “nuevo” dato surge de una profundo y serio trabajo realizado por el coleccionista e investigador Enrique Binda.
Es a partir de entonces que muchos conjuntos de la época asumen la denominación “orquesta típica” como un interesante recurso comercial y, por qué no, como una suerte de sello de autenticidad. Pero los años pasaron, la “orquesta típica criolla” pasó a ser “orquesta típica” y, a través de los sextetos de mediados de los años 20, se comenzó a definir el formato y el sonido de lo que luego se conocería definitivamente como “orquesta típica”. Aquellos sextetos –como los que lideraron Julio De Caro, Luís Petrucelli o Francisco Pracánico– definieron para siempre la base de un formato para el tango orquestal: dos bandoneones, dos violines, piano y contrabajo.
Sobre esta base –y paulatinamente desde los años 30– se fueron agregando bandoneones e instrumentos de cuerda hasta llegar a la formación “definitiva” de las grandes orquestas de los años 40. Desde entonces, cuando hablamos de “orquesta típica”, implícitamente estamos diciendo que hay un piano, un contrabajo, al menos 3 bandoneones, al menos 3 violines y posiblemente también viola y/o violoncello. Y es justamente esa textura (sonoridad creada por la combinación de distintos instrumentos, en este caso los bandoneones, el piano y las cuerdas) lo que constituye uno de los mayores aportes del tango a la música universal.
Esta combinación tímbrica no existe en ningún otro género, y es por esto –entre otros méritos– que la “orquesta típica” tiene un lugar destacado entre todas las formaciones que tiene el tango.