Tras la voz de “La cabra gris”: un monólogo sobre Virginia Woolf
Abordar a Virginia Woolf no es sencillo. Su vasta obra y su paradigmática vida continúan siendo el centro de muchos ensayos, obras teatrales y hasta películas. Sin embargo, el monólogo La cabra gris –publicado recientemente por Promesa editorial- se detiene en un momento poco abordado: los veintiún días que tardaron en encontrar el cuerpo de Virginia en el río Ouse de Inglaterra, donde se arrojó con los bolsillos repletos de piedras un 28 de marzo de 1941.
Si repasamos algunos de los hechos trágicos que marcaron su vida no podemos dejar de tener en cuenta la temprana muerte de su madre a causa de una fiebre reumática, la muerte de una de sus hermanas y el fallecimiento de su padre, por cáncer. También, el padecimiento de abusos y el vivir en una sociedad hecha para los hombres. En medio de todo ese dolor, Virginia Woolf pudo desarrollar una prolífica carrera literaria y una fuerte lucha feminista que sigue vigente. La novela La señora Dalloway (1925), el ensayo Un cuarto propio (1925) o las reuniones en el "Círculo de Bloomsbury" son algunas de las referencias para quien quiera adentrarse en su legado.
La cabra gris es un monólogo de Verónica Cecilia Gambini, actriz y directora artística del teatro Kawa donde, junto a su compañía, investiga y crea desde una formación integral, bajo la influencia del teatro japonés.
Luego de estudiar a la autora y su suicidio planificado, Verónica decidió centrarse en la tragedia de su cuerpo desaparecido, hecho que ella considera como algo no pretendido por Woolf. “Al saber esto me pareció que se trataba de un alma en pena que quería aparecer y que de alguna manera podía intentar recrear su voz como una voz que le canta/ habla al río para que sus aguas la devuelvan”, afirma Gambini, y agrega que se trata de “una ucronía”, ya que parte de un suceso real.
"Tengamos en cuenta que el cuerpo fue encontrado por unas niñas en la orilla y, entonces, esos 21 días se vuelven mágicos. Donde su espíritu hace un esfuerzo por resolver esta tragedia, comunión de ella con el río, la naturaleza y el poder cumplir con la ceremonia de que sus cenizas fuesen enterradas debajo de un árbol, algo que Woolf había acordado con su esposo".
La edición cuenta con ilustraciones y arte de tapa de Alma estrella, y palabras en la contratapa de Carola Reyna, a quien Verónica convocó pensando especialmente en que fuese una actriz la que comentara la obra.
El monólogo interior comienza con un prólogo fechado en el 23 de octubre de 1940. Ya Virginia parece haber perdido a su alma y le escribe, quiere ir a su encuentro. La obra está dividida en nueve momentos del río: Río Espejo, Río Frío, Río Entretejido, Río de Plata Gris, Río Sombrío, Río Sueño, Río Incierto, Río Sin Tiempo y Río Fértil.
De este modo, el río que cobija el cuerpo de Woolf, parece ir cambiando de nombre a medida que su cuerpo y su alma lo van recorriendo.
De este modo, el río que cobija el cuerpo de Woolf, parece ir cambiando de nombre a medida que su cuerpo y su alma lo van recorriendo. En el inicio sobrevuela la pregunta: “¿Quién soy yo?” y de fondo podemos escuchar a la autora hablando en inglés sobre las palabras y su significado en una entrevista que dio a la BBC, en 1937, musicalizada por Andrea Surraco, lo cual le aporta una atmósfera misteriosa, un poco espeluznante y que va in crescendo en intensidad.
Gran decisión para esta edición el sumar el acceso a los temas musicales que acompañarán su futura puesta en escena a través del código QR que re-direcciona a YouTube. Recomiendo la experiencia.
El texto cuenta con reflexiones contra la guerra y su sinsentido, su amor a la lectura y la escritura y una frase que augura el porvenir: “Inventarán/ un nuevo lenguaje/ jóvenes escritoras,/ pueden arreglárselas/ sin mí”. Entonces, viene la quietud, “el ritmo de la naturaleza sigue su oleada vibrante” y de a poco Virginia se va entregando a las aguas.
Este no es un monólogo oscuro ni triste –algo que temía antes de embarcarme en su lectura-sino un canto a la libertad que valora la vida e invita a habitar el río y la muerte no como límite o fin, sino como un nuevo renacer.
Se sucederán reflexiones existenciales, pero también sobre la poesía, la escritura y los libros. De a poco la voz mutará a la de la Virginia/cabra –la llamaban así cariñosamente y el título lo retoma- en una animalización que permite profundizar en las imágenes sensoriales que se desprenden entre el pasto, el agua, el viento y el frío que comienza a gobernar las aguas.
Y en esa muerte que no llega como se la esperaba es que Woolf sentencia: “Hay momentos/ que tengo la impresión/ de ser piedra”/ Soy y no soy” (…) “Hoy desbordo de arrogancia/ tengo mucho que decir”. Luego, nos contará de la separación de su cuerpo femenino y emergerán preguntas como: “¿A dónde iré sin irme?”. Y su insistencia en darle “Una última mirada a todo lo bello”.
Finalmente, llega el momento del Río Fértil y el arreglo musical de Surraco basado en la “Cavatina”, de L. van Beethoven, con la voz de Virginia de fondo, las aguas de un río que no cesan de fluir, junto a algunos grillos y pájaros que colman de vitalidad y emoción el cierre de un relato que anuncia la posibilidad de continuar, de no morir.
El sábado 13 de mayo a las 18 h, se realizará la presentación del libro y habrá una lectura performática a cargo de Verónica C. Gambini, Carola Reyna y Noemí Frenkel, en LATIR Casa Patria Grande, Carlos Pellegrini 1289, CABA. Contará con musicalización de Andrea Surraco y charla entre Germán Amato -editor de Promesa editorial-, la autora, la ilustradora y el compositor y productor musical. Conducirá Luisina Spenza, actriz y productora artística de Teatro KAWA. La entrada es libre y gratuita.