Un almuerzo con Videla
Por Daniel Dussex
APU: Usted, junto con otros escritores exiliados fueron quienes asumieron el compromiso de denunciar la violación a los derechos humanos que ocurría en Argentina, sin embargo en nuestro país había otros escritores que tenían una actitud más complaciente con el régimen militar. ¿Cómo vivían este hecho ustedes?
Vicente Zito Lema: Es doloroso y cierto, recuerdo el Congreso de escritores que se hizo en España, fuimos con Eduardo Luis Duhalde y David Viñas, nosotros intentamos mostrar la realidad argentina y nos escuchaban, pero reticentemente, dándonos poco espacio porque no querían creer todo lo que nosotros contábamos. Recuerdo que le hicieron un reportaje a Jorge Luis Borges en los diarios de la época y uno de esos chistes especiales de Borges tiró abajo todo lo que nosotros queríamos construir y que buena parte de los medios de comunicación española, todavía ligados al franquismo, no querían reconocer. Entonces, Borges les vino fantástico, porque (los medios) muy reticentes ponían algo, pero siempre en forma condicional “habría pasado tal desgracia”, “se dice que…”.
Bueno, en ese marco negativo no logramos que el Congreso de Escritores sacara una declaración. Habla Borges y dice: “Yo no puedo creer lo que estos jóvenes escritores dicen, porque yo vivo a dos cuadras del Círculo Militar y nunca escuché ni vi nada”. Me quedó grabada esa declaración que obviamente salió en la primera página de los diarios. Nosotros con nuestras denuncias no pasábamos de las páginas de cultura, que generalmente están bien adentro, y Borges en primera página burlándose de la situación y de nosotros.
No me ha generado odio eso, pero muestra cómo los seres humanos son muy complicados, tienen muchas caras. Borges, que ha escrito páginas muy memorables, también ha construido episodios memorablemente nefastos. Ambas cosas.
APU: ¿Hay otro Borges? ¿Hay otra actitud de Borges, luego respecto de los desaparecidos y de lo que había ocurrido en Argentina? ¿Así como también otra actitud y otro planteo del mismo Ernesto Sábato que lo llevó a ser, por ejemplo, el que entrega el informe de la CONADEP al presidente Alfonsín?
VZL: Sí, pero pasando por episodios sobre los cuales he escrito y he contado, y a los que también mi querido amigo Bayer ha hecho referencia. Cuando el secuestro de Haroldo Conti, y a los pocos días del mismo, Borges, Sábato y el Padre Castellani fueron llamados a almorzar con el dictador Videla. Yo por entonces, compartía con Eduardo Galeano la dirección de la revista Crisis y Haroldo era parte de nuestra revista. Lo llamé a Borges, lo llamé a Sábato… y los dos con burlas y con malos tratos se negaron a aceptar el pedido que yo les hacía, cuando yo tenía relación tanto con Borges como con Sábato que publicaban habitualmente en nuestra revista. Bueno, la realidad concreta es que cuando salen del almuerzo, están los archivos y están las cámaras de entonces, Borges y Sábato dicen que había sido una conversación y un almuerzo espléndido en el que intercambiaron ideas. Cuando le preguntan al Padre Castellani, como tercero, aunque parecía que la prensa no tenía nada que preguntarle, Castellani dice “fue realmente una farsa, yo le hablé de los desaparecidos, de los escritores y especialmente de Haroldo Conti, como me pidieron sus compañeros de Crisis, y el General Videla se negó siquiera a contestarme.”
También hay que recodar para quienes les gusta investigar, las críticas que hiciera Sábato al libro del almirante Massera en el diario La Opinión, en donde habla de la aparición de un nuevo filósofo que había leído muy bien a Nietzche. Eso lleva la firma de Sábato.
No quiero enojarme con nadie, porque es muy confuso este país, y entonces a veces para tomar opiniones sólidas es importante tener buen material. Quizás yo contribuya con esto que digo sin apasionamientos, sin odios, pero sí tratando de que las cosas tengan un equilibrio, porque después de todo eso, que el señor Ernesto Sábato haya escrito y firmado el informe de la CONADEP me parece realmente una vergüenza y una afrenta a los que han luchado y sufrido por la defensa de los derechos humanos. Considero que él era indigno. Hay que reconocer que allí se instaura la teoría de los demonios, surge de ese prólogo de Sábato, así que también de eso es responsable.
Lo que no quita que, siempre las contradicciones, yo lo desconsidere como autor de El túnel, El informe sobre ciegos, la épica aventura de Lavalle que él la cuenta de una manera literariamente perfecta. Como es perfecto el Facundo de Sarmiento, por más que uno no pueda compartir nada de las monstruosas cosas que ha escrito en contra de los pueblos originarios.
Ambas cosas conviven, la buena escritura misteriosamente convive con ciertas posturas éticas, políticas o filosóficas que uno piensa que desde una lectura humanística no van de la mano de los valores que uno deposita en los buenos escritores.