“Un caballo petiso”, en el teatro El Grito
Romina y Manuela se conocen desde chiquitas. Se criaron en la ciudad de Tres Arroyos, al sur de la Provincia de Buenos Aires. Al terminar el colegio, las dos se fueron a Capital a empezar la siguiente etapa de sus vidas y perdieron el contacto.
Ahora, años después, se vuelven a encontrar en su ciudad natal. Las dos volvieron a vivir ahí, aunque sus vidas lucen muy distintas.
El contraste entre las dos amigas es gigante: Manuela es callada y tranquila. Romina es exaltada, habla hasta por los codos, le encanta ser el centro de atención. Su novia, Bibiana, es hilarante, sensible y dulce a más no poder, y también habla por los codos.
Este contraste, muy bien logrado a nivel actoral, le da a la obra un ritmo que mantiene al espectador enganchado de principio a fin.
Luego de una tarde dedicada a ponerse al día, y de la revelación de una noticia muy fuerte, Manuela y Romina deciden pasar la noche, juntas. Las acompañarán Bibiana y su hermana Paula, un personaje entrañable que le aporta a la obra una profundidad y ternura notables. Este cambio de locación se escenifica cambiando de lugar la mesa, que es casi el único objeto del que se vale la escenografía de Un caballo petiso.
Y no necesita más: se ve tanto el living de la casa de Romina y Bibiana como la casa de campo de Manuela. La construcción de espacio es uno de los grandes fuertes de esta obra, junto con los tipos de interacciones entablados entre las protagonistas.
La muerte, el paso de tiempo, las costumbres, las formas en las que elegimos pasar la vida: estos son los temas que aborda "Un caballo petiso".
Durante esa noche y la mañana del día siguiente sucederán muchas cosas. Entre ellas, Romina se percatará de que su bisabuelo, figura clave en la fundación de Tres Arroyos, muy posiblemente haya dejado tierras, tierras que se podrían reclamar.
¿Que podría hacer ella con todo su dinero? Le gustaría compartirlo con su amiga, pero Manuela se niega, no lo quiere. Mientras tanto, Bibiana quiere ser partícipe de este tipo de decisiones, decisiones que afectarán la vida de la pareja.
La muerte, el paso de tiempo, las costumbres, las formas en las que elegimos pasar la vida: estos son los temas que aborda, desde el humor y la ternura, Un caballo petiso. Es una obra emocionante, donde la amistad es un refugio, la ciudad natal a la que siempre se puede volver.
Las funciones son los miércoles a las 21:00 h, en el Teatro El Grito.
Ficha técnica
Actúan: Martina Bajour, Julia Di Ciocco, Lucila Kesseler, Natalí Lipski
Música: Misi Andrenacci
Diseño de iluminación: Horacio Novelle
Asistencia de dirección: Ignacio Pozzi