“Úter, somos fuertes”: mujeres en sororidad
Por Analía Ávila
Foto: Axel Lloret
Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo no. Yo haré con mi sueño una fría paloma de marfil que lleve camelias de escarcha sobre el camposanto
“Bodas de sangre”, Federico García Lorca
“Úter significa útero en la mayor universalidad de lenguas e idiomas. La fuerza femenina sale del útero, fuerza que transforma y da vida. Nuestra voz, es la voz de todas”, manifiesta Melody Moro, directora de la obra teatral Úter, somos fuertes. El estreno se realizó el 23 de abril en el Teatro Independencia de Mendoza y la última presentación fue el 14 de mayo en la Sala Crash de la Ciudad de Buenos Aires, por la convocatoria de Madres en Lucha contra la Violencia Institucional. Esto fue en el marco de los 20 años de la muerte de Sebastián Bordón, asesinado por la policía de Mendoza cuando visitaba la provincia durante su viaje de egresados. La idea a futuro del Elenco Las Cariátides es entrar en los circuitos de festivales y girar la obra en otros espacios autogestivos.
El proyecto de Úter se empezó a gestar con Melody Moro y la actriz Yamila Atur que se conocieron en 2014 en una formación teatral de Mendoza. Yamila fue a estudiar a España y a su regreso en 2016 llegó con una propuesta para que Melody la dirija. “La idea central siempre fue hablar de “las mujeres fuertes”, y Yamila, recién llegada, luego de recorrer la ruta de Federico García Lorca, traía como idea inspirarnos en sus textos. Dado que las dos vivimos en Los Corralitos, un pueblo de campo a 25 kilómetros de la Capital, donde el patriarcado no es ajeno en cada hogar sino que se muestra latente, es que nos centramos en este lugar para darle nacimiento a Úter. Y mostrar a sus mujeres como motores de la acción”, cuenta Melody.
La directora explica que idearon fusionar la poética de García Lorca con testimonios de mujeres reales y contemporáneas argentinas, que dieran peso a la palabra a través de vivencias concretas. Y a su vez, que acercaran al espectador con un lenguaje coloquial. Tomaron a la Novia y a la Madre de Bodas de sangre, a la protagonista de La zapatera prodigiosa y a Mariana Pineda: “Encontramos similitudes entre las palabras de personajes de las obras de García Lorca con los testimonios que prestaron las mujeres, una simbiosis que realmente nos llenó de felicidad y nos hizo notar que estábamos en buen camino. Tomamos a Miriam Medina, mamá de Sebastián Bordón, referente de Madres en Lucha y fusionamos su testimonio de vida con la Madre de Bodas de sangre. La historia de Alicia Peña, ex presa política detenida en la última dictadura militar y su lucha en búsqueda de la libertad, nos remitió a Mariana Pineda; ambas entregan su vida a la lucha por los ideales. Si bien Alicia sale de Devoto con muchas ganas de vivir, distinta fue la historia de Mariana que es ejecutada en la obra de García Lorca. Y Carolina Jacky, primera abogada trans del país, nos abre el panorama en cuanto a la igualdad de géneros, tema que luego entra como central en la obra. Tomamos de Lorca personajes femeninos que retratan la fuerza de las mujeres desde el lugar de la lucha consigo mismas y con la sociedad”.
Yamila le pone el cuerpo, con potencia y emoción, a la representación de las distintas mujeres que habitan Úter, todas hermanadas por sus historias de lucha. La obra está planteada como un unipersonal mixto ya que en el plano audiovisual aparecen otros personajes que alivianan un poco la carga dramática que debía sostener sólo la actriz, y también se muestran distintos escenarios que suman un fondo a la acción principal. El videoarte mezcla la realidad y la ficción. La música se fusiona con audios de las testimoniantes, esto le da a la obra un gran valor documental: “Quizá este Juicio me va a dar un poco de alivio” y “el Juicio es reparador” son frases que se repiten al final y dejan un mensaje, a pesar de todo, esperanzador.
Consultada por la mirada que tuvieron las tres referentes que aportaron su historia para la creación del guión, Melody afirma: “De ellas hemos aprendido mucho, sobre todo la lucha a partir del amor. Sus testimonios le dan a Úter la verdad a la ficción. Hemos recibido devoluciones hermosas, donde nos agradecen el respeto con el que hemos tratado sus testimonios. Ha sido, de algún modo reparador en ellas, el sacar afuera sus historias para transformarlas en arte, escucharse en propia voz y sentirse protagonistas dentro de una historia inesperada que toma vuelcos con su propia acción”.