Vigilia por la Memoria Ancestral en la Mansión Seré
Por Maga Pérez | Fotos: Adriana Bonini
Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Con diferentes propuestas culturales, el Espacio de Memoria de la Quinta Seré en el Municipio de Morón abrió sus puertas para la “Vigilia por la Memoria Ancestral” que rememora el 11 de octubre, “último día de libertad de los pueblos indígenas” ante el genocidio perpetrado por el Imperio Español a Abya Yala (América) a partir de 1492. El encuentro, que fue la antesala de la efeméride nacional del 12 de octubre, Día de la Diversidad Cultural, contó con la presencia de referentes de organizaciones de la sociedad civil, representantes de pueblos indígenas, afrodescendientes y LGBTQ+ que revelaron la necesidad de seguir visibilizando e interpelando el racismo criollo y su drástica influencia en las prácticas racistas y discriminatorias de nuestra sociedad.
“Todo está guardado en la memoria, sueños de la vida y de la historia”
La resignificación de los espacios donde la última dictadura militar marcó la vida política de nuestro país, tienen la fuerza de quienes luchan porque la Memoria, Verdad y Justicia sea bandera de todas las batallas culturales posibles contra una hegemonía de poder descarnada que encuentra en el negacionismo histórico la respuesta.
En este sentido, el impacto del espacio elegido para la vigilia ancestral, ubicado en el predio del ex centro clandestino de detención, da cuenta en como confluyen los diferentes ejercicios de la memoria. Los pueblos indígenas y afrodescendientes, históricamente invisibilizados por el racismo estructural desde la época colonial, y los grupos que en el pasado reciente sufrieron el terrorismo de Estado, caminan hermanadxs en la reivindicación de las identidades negadas. En efecto, en el Espacio donde se encuentra Mansión Seré funciona la Dirección de Derechos Humanos del Municipio de Morón, encabezada por la Directora Bibiana Gómez Cabrera, la Casa de la Memoria y la Vida y el Espacio de Memoria de Pueblos Indígenas (EMPO), coordinado por Natalia Pérez Díaz, que promueven además de las visitas guiadas, talleres diversos con temáticas vinculadas a memoria, violencias y discriminación.
La ceremonia intercultural
Encender el fuego, agradecer a lxs ancestros la resistencia, la transmisión de saberes y sahumar el ambiente fue el comienzo de la ceremonia compartida de profundo respeto a nuestros pueblos indígenas.
Los sikuris, en diálogo con las energías de todo el público presente, acompañaron en cada toque las reflexiones que fueron brotando acerca de cuánto daño a la humanidad generaron los procesos de colonización europea, como intentaron destruir las culturas preexistentes, y las consecuencias en nuestra construcción social a partir de relatos históricos que determinaron miradas negativas sobre la identidad indígena y afrodescendiente que habita en nuestro país.
Al respecto, la exposición de el Profesor Marcelo Valko con documentos históricos invaluables plasmados en su libro Pedestales y prontuarios, arte y discriminación desde la Conquista hasta nuestros días presentó elementos fundamentales que visibilizan como la política de el general Roca también se apoderó de la simbología de nuestros monumentos expresando, de acuerdo a su investigación, que “nada es más peligroso que una estatua, en su aparente inmovilidad”.
A continuación las voces de las militantes afrodescendientes Miriam Victoria Gomes de la Comisión 8N y Agrupación Todos con Mandela y Maga Pérez de Asociación Misibamba, comunidad afroargentina de Buenos Aires y Argentina Plurinacional, fueron vitales para comprender el racismo estructural que aún persiste y como la lucha por el reconocimiento del legado histórico y cultural de la comunidad afrodescendiente lleva décadas de militancia sostenida para revertir los discursos de “nación blanca y europea” que impera en el sistema educativo e influye en todos los estamentos de nuestra sociedad.
La agenda continuó con la proyección del documental 4 Lonkos vida, muerte y profanación, de Sebastián Díaz, que relata las batallas territoriales de cuatro caciques de La Pampa y la Patagonia perseguidos por la elite gobernante de 1880 en diferentes circunstancias y como sus restos fueron profanados y exhibidos en museos nacionales luego de la Campaña del Desierto.
La jornada también tuvo su feria artesanal desde la tarde y el fogón encendido que convocó a los presentes a pasar la vigilia hasta la madrugada. La música acompañó la llegada de la noche con el recital de Chimbe Banda, la charanguista y compositora de folklore andino Aldana Bello, sikuris y los tambores afrodescendientes como expresiones de nuestra raíz plurinacional que vive en todas las comunidades, organizaciones culturales, referentes migrantes y LGBTQ+ que participaron del evento.
“La memoria estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y no la dejan ser libre como el viento” (León Gieco).