"El Poder Judicial está beneficiando con prisión domiciliaria a genocidas"
Por Juan Borges
El docente e investigador Fabián Domínguez dialogó con AGENCIA PACO URONDO y reflexionó sobre los intentos de los grandes medios hegemónicos de estigmatizar al escritor y militante Rodolfo Walsh. Además, habló sobre su investigación respecto al accionar del Terrorismo de Estado en las masacres a los monjes palotinos y la masacre de San Patricio. Domínguez es autor de los libros “Rodolfo Walsh, bitácora de un clandestino”, “Tierra de sombras, postales de Campo de Mayo y el Terrorismo de Estado“ y su último trabajo “El secreto de Fátima. Memoria para treinta olvidos”.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo analiza el intento de medios hegemónicos de reabrir la discusión judicial por ataque a Coordinación Federal el 2 de julio de 1976 llevado a cabo por Montoneros?
Fabián Domínguez: Hay un avance muy fuerte de la ultraderecha. Ya gobernó y esta agazapada siempre, tienen lugares de poder muy importantes. Siempre propone arengas que llevan a mayor violencia, buscando lugares en la democracia aunque no crean en ella. Vienen avanzando en distintos frentes, el frente judicial es uno de ellos. Hubo últimamente fallos favoreciendo a genocidas ya condenados como a Etchecolatz, a Jorge Acosta, o al oficial del ejército que era amo y señor de la vida y la muerte en Campo de Mayo, Santiago Omar Riveros. Les llegan fallos para beneficiarlos con prisión domiciliaria cuando estaban esperando algunos de ellos nuevas condenas. Como es el caso de Riveros que estaba esperando condena por el caso de “Los vuelos de la muerte”.
En este marco resurge la condena a Coordinación Federal donde se concentraba el aparato de inteligencia de la Policía Federal. Dicho ataque se produjo en julio de 1976 en pleno gobierno dictatorial, era un lugar donde funcionaba un Centro Clandestino de Detención en el piso tercero y cuarto. En el primer piso funcionaba el área de inteligencia de la Policía Federal. En ese mismo piso se realizaban las reuniones de la Comunidad Informativa, que era la coordinación de todas las áreas de inteligencia de diversas fuerzas. El atentado fue contra esa área. Fue una operación de resistencia pero que también buscaba de alguna manera debilitar a una dictadura sangrienta.
Por lo tanto la versión de algunos periodistas que afirman actualmente que fue “un ataque a un comedor “, como si fuera un comedor infantil. Fue un ataque a la información de la policía federal en plena dictadura genocida. Después del ataque la policía nunca realizo una denuncia formal, por lo tanto no hay una causa judicial abierta. Lo que sucedió que esta fuerza salió a vengarse a sangre y fuego de una manera desenfrenada. Hace dos décadas se intentó abrir una causa judicial y fue rechazada en todas las instancias judiciales, que ahora se intente revivir esos hechos tienen una motivación política. En noviembre se presentó la denuncia para reabrir la causa judicial y al poco tiempo Ceferino Reato escribió un libro criminalizando la acción. Y al poco tiempo, en marzo de este mismo año se produce una vandaliazacion de la estación Entre Ríos- Rodolfo Walsh. La relación es que este periodista señala a Walsh como el ideólogo de ese atentado. Una figura destacada de la resistencia a la dictadura.
APU: ¿Dicho ataque tuvo como respuesta la Masacre de Fátima?
F.D.: La inteligencia de Coordinación Federal genero una serie de venganzas. Esa misma noche se fusila a una persona en el obelisco, que nunca fue identificada. Se realizó ese acto para mostrar el nivel de impunidad que manejan. Un grupo de trabajadores que estaban secuestrados en Coordinación Federal son ejecutados en un garaje en la calle Chacabuco, aparecen autos en torno al Congreso con gente asesinada. La morgue judicial de la ciudad de buenos Aires tenía un nivel de entradas de NN, es decir cadáveres sin identificación de 3 o 4 por mes la cifra asciende casi a 50 por mes de asesinados en ese mes y los siguientes de asesinados en la vía pública.
El 3 de julio al día siguiente del ataque a Coordinación Federal aparece tres jóvenes asesinados en la localidad de Del Viso, que habían sido asesinados un mes antes. El 4 de julio se produjo la masacre de San Patricio, donde se produce el asesinato de los cinco monjes palotinos. En Villa Martelli aparecen cuerpos dinamitados, en torno a una capilla que se llama Fátima cuarenta días después en la localidad de Fátima de la localidad de Pilar va a tener lugar una situación muy similar. Todos estos hechos significan una serie de venganzas por parte de la policía federal contra la organización Montoneros.
El general Arturo Corbeta por ejemplo que fue un interventor de la policía, proponía combatir la guerrilla con la constitución en la mano y los comisarios se le reían en la cara. Este general renuncia después de la masacre de San Patricio desbordado por una escalada de venganzas sangrientas por parte de sus efectivos. Esa escalada tendría su punto más alto el 20 de agosto con la masacre de Fátima. Ese hecho no está claro si obedece directamente al ataque de Coordinación Federal o si responde a la muerte del general Actis el 19 de agosto. La venganza habría sido de treinta por uno (30 x 1), un general muerto, treinta civiles asesinados. El general Actis pertenecía al ejército y cumplía una función administrativa en el manejo de empresas como por ejemplo YPF.
APU: ¿Podría contarnos cómo fue su investigación sobre los hechos de la Masacre de Fátima?
F-D: Me dedique de lleno a investigar durante la pandemia. Fue productivo el encierro para mí ya que me ayudo a producir un libro de investigación sobre dicha masacre. En primer lugar me adentre en los antecedentes que eran el enfrentamiento entre Montoneros y la Policía Federal, contar la masacre en sí que era un hecho fuera de lo normal. El asesinato de treinta personas en un descampado y posteriormente los dinamitaron. La primer parte del libro es contar los antecedentes del hecho.
La segunda parte habla estrictamente de los aspectos judiciales, se abrió una causa en agosto de 1976 y a los pocos meses se cerró. Con el retorno a la democracia se reabre la causa gracias a la CONADEP, la comisión investiga los crímenes de lesa humanidad y se hace el juicio a los comandantes. De los 300 casos que había el fiscal Strassera elige treinta casos de los cuales en ellos estaba la Masacre de Fátima. En el juicio a las juntas estuvo el caso. En el 2008 con las anulaciones de las leyes de impunidad hay una causa concreta donde se va a investigar a los comisarios de Coordinación Federal por la masacre, esta vez si se producen condenas y varios terminan tras las rejas por este caso. La tercera parte del libro es una suerte de homenaje, intenta reconstruir en micro biografías la vida de las veinticinco víctimas identificadas. Eran treinta, veinte varones y diez mujeres, solo se lograron identificar veintcinco.Esas vidas están relacionadas con personas de otras masacres, como es el caso de Haydee Cirulo vinculada a los fusilamientos de 1956.