#PlantamosMemoria: un aporte de la cuarta generación de los derechos humanos
Por Ludmila Tassi y Constanza Eva Rodriguez*
Por decisión de las autoras, la nota tiene lenguaje inclusivo.
Este 24 de marzo se cumplen 45 años de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. Un momento histórico que no vivimos pero que cicatriza en nuestra generación, con 30.000 compañeres desaparecides y 400 hijes apropiades que aún hoy seguimos buscando.
Nuestra generación es hija del Nunca Más. No tenemos normalizada la violencia institucional y condenamos cualquier tipo de violación a los derechos humanos en nuestro suelo. Le decimos nunca más a les desaparecides en democracia y al avance de la derecha en Latinoamérica.
Porque hemos nacido y hemos crecido en un país diferente. En una Argentina que fue pionera de la defensa de los derechos humanos en América Latina, que alzó bien alto las banderas de la Memoria, la Verdad, la Justicia y las volvió política de Estado.
Por ende, como juventud tenemos un deber histórico que es seguir plantando memoria. Por les 30.000, por las Madres y las Abuelas, por las generaciones del presente y del futuro, y porque somos la cuarta generación de los derechos humanos.
¿Por qué hablamos de 4ta generación?
Actualmente nos urge como juventud, como estudiantes y como argentines, construir una nueva generación de los derechos humanos que aporte a la construcción de la memoria.
Siguiendo el legado de nuestras bisabuelas, abueles y xadres**, nos toca como jóvenes y nietes matener viva la llama de la memoria y la vigencia de la lucha por la verdad y la justicia. Tenemos que saber interpretar el pasado y reordenar nuestra práctica a lo que este nuevo tiempo nos demanda, formulando los aportes que esta cuarta generación tiene para dar.
Tenemos la misión de aportar a la búsqueda de las Madres y Abuelas, apostando al cuestionamiento de la identidad propia. Debemos alentar a que cada pibx se pregunte de dónde viene y con qué historia cuenta. Porque en Argentina la palabra identidad tiene un peso propio, que conlleva una responsabilidad histórica por parte del colectivo.
Debemos construir memoria activa y colectiva que nos permita recordar el pasado y construir este presente para asegurar un futuro en donde estará la cuarta generación de derechos humanos manteniendo viva la llama de la memoria.
Como les hijes de les hijes, tenemos la responsabilidad histórica, temporal, política y social, de mantener la memoria cuando no quede nadie.
Cómo juventud actual debemos seguir plantando memoria y construir una cuarta generación de los derechos humanos, que nos permita moldear el mundo que soñamos.
Dijimos nunca más y es en serio.
*Nietas de desaparecidos e integrantes de El Semillero-CABA (agrupación de estudiantes secundaries: "Semillero de cuadrxs para terminar con las injusticias").
** Madres y padres.