"La militancia peronista debe discutir hoy cómo será el modelo productivo de la Argentina en la próxima década"
Por Enrique de la Calle | Foto: Marco Cristiani
APU: Según viene planteando en diversas entrevistas, usted sostiene que - más allá de lo que pase con la negociación de la deuda - lo que viene para el país es un modelo económico basado en la producción y en el trabajo, y ya no en la rentabilidad financiera. ¿Estoy en lo cierto?
Guillermo Moreno: No hay dudas de que el ciclo especulativo rentístico llegó a su final. Está la discusión de cuándo comenzó, algunos aseguran que empezó con la devaluación de 2014 y otros, con Mauricio Macri. Ese debate está abierto. Más allá de ello, nadie duda de que ese ciclo llegó al final, y vamos hacia un esquema de producción y trabajo. En Argentina, los ciclos de producción y trabajo siempre son exitosos, y, sobre todo, si en los Estados Unidos (la única potencia que quedó en pie) gobierna el partido republicano. Cuando eso pasa, a la Argentina le va bien. Ese es el debate político en el que estamos hoy.
APU: Antes de entrar en ese debate político actual, lo llevo al último gobierno peronista. Más allá de la devaluación de 2014, muchos economistas sostienen que, en realidad, el modelo kichnerista estaba agotado en 2011/2012. ¿Coincide?
GM: Coincido, pero no con el adjetivo "agotado". Para 2012, ese modelo se había completado, lo que es diferente. Ese modelo de desarrollo, con orientación al consumo, que empezó con Duhalde y siguió con Kirchner y Cristina, se completó en 2012 y se debía pasar a un modelo orientado a la producción. Eso fue debatido al interior del gobierno, pero la decisión política fue que no había condiciones para cambiar esa orientación. Por eso, se habla de década ganada, 2002-2012 o 2003-2013, como quieran. Cuando Axel Kicillof (ministro de Economía) devalúa en 2014 se inicia otro ciclo. Para algunos, ahí empezó el ciclo que continuó Macri, porque no necesariamente los ciclos económicos y políticos van de la mano. Un ejemplo es la convertibilidad, un ciclo económico que unió dos ciclos políticos diferentes (Menem y De la Rúa). Lo que está en discusión política hoy es cuál será la conducción política del ciclo nuevo que comienza, y cuál será el perfil de ese modelo de producción y trabajo. Que va a ser de producción y trabajo, no hay dudas, pero se está discutiendo si será para una mayoría de nuestro pueblo o para el conjunto del pueblo. Esa diferencia no es menor. Por eso la política está en ebullición. Si uno ve en la historia argentina, han habido ciclos de producción y trabajo que no han contenido al conjunto de nuestro pueblo. Krieger Vasena, por ejemplo (ministro de Economía de Onganía entre 1966 y 1969). En esos años, la Unión Industrial Argentina también presentó institucionalmente un plan económico, igual que ahora. El surgimiento de Techint (pre compra de Somisa en los 90), de la familia Rocca vinculada a la industria de acero, nace con Krieger Vasena. Es muy interesante, ¿no?
APU: Lo llevo de nuevo a 2011/2012, antes de seguir. Usted dice que se debatió al interior del gobierno de Cristina el cambio en la orientación del modelo económico (del consumo a la producción). ¿Cómo fue ese debate? ¿Qué debió hacerse?
GM: En 2012 teníamos el diagnóstico de que nos estaba pasando lo mismo que le ocurrió a Perón en 1952. Hicimos una reunión en mi despacho con los 15 empresarios y los 15 dirigentes sindicales más importantes de la Argentina. Faltó Hugo Moyano, que en ese entonces estaba en discusiones con nuestro gobierno. Estuvo Kicillof y el ministro de Trabajo, entre otros. Estuvo autorizada, por supuesto, por la presidenta. Luego de la reunión, Cristina me dijo que no daba el marco político para avanzar en ese diseño. La lectura de la presidente fue que no había condiciones políticas para hacer ese viraje. Lo que había que hacer tenía que ver con dejar de incentivar el consumo para incentivar la producción.
APU: ¿En esa reunión hubo consenso sobre lo que había que hacer?
GM: Hubo consenso. Pero lo más importante de una reunión, muchas veces, es lo que pasa después de la reunión. La presidenta tomó otra decisión y es ella la que tiene la lectura de la política. Pero nuestra lectura era que ese modelo que empezó con Duhalde se había completado. Después con Macri se buscó realizar un típico ajuste estructural, bajando el consumo y las importaciones y aumentando los saldos exportables. Se duplicó el precio de la comida y eso siempre favorece a un sólo sector social: a la oligarquía. Por eso, nosotros caracterizamos a Macri durante los dos primeros años como un gobierno oligarca. Después, con la llegada del FMI, se convierte en un gobierno neoliberal. Ahora, hay que decir que el modelo económico de la socialdemocracia también es neoliberal. Por ejemplo, en el Consenso de Washington coincidieron neoliberales y socialdemócratas. Y en Argentina, Cavallo fue un economista neoliberal y fue ministro de un gobierno socialdemócrata, como el de la Alianza.
APU: Ahora sí, volvemos a la actualidad. Para usted, no hay dudas de que empieza un ciclo basado en la producción y el trabajo, que va a ser exitoso políticamente, por lo menos en el corto y mediano plazo. Sobre ese ciclo se da un debate que gira en torno a cuáles serán las características de ese modelo productivo, si incluirá a todos o a un sector mayoritario. ¿Es así?
GM: Así es. El modelo basado en la producción y el trabajo puede ser para todos o tener una desocupación del 12% y una pobreza del 25%. Ese es el modelo de Sergio Massa, Carlos Melconian y la conducción de la UIA. Y hay que entender que esa discusión se va a dar al interior del peronismo. La alternativa no es el frente Cambiemos, ni Macri, ni Bullrich. La alternativa está adentro de la dirigencia del movimiento nacional justicialista. Por un lado, está ese modelo de Massa y, por el otro, están las propuestas de algún gobernador o de los economistas del peronismo (Moreno junto a otros economistas presentó una alternativa económica). Ese modelo que propone Massa va a dejar afuera a una minoría, pero es una minoría intensa que siempre expresa el peronismo. Es una visión que hizo que Macri y Massa vayan juntos a Davos. Mirá lo que pasa en Brasil. No es que Cardoso haya dejado de ser socialdemócrata, pero no le preocupa el 40% de pobres, que se definió estructuralmente en los 60, con Delfim Netto (ministro de Economía entre 1967 y 1974). Es el Brasil moderno, que tiene industria textil, automotriz, que fabrica submarinos, aviones. Es un Brasil moderno que no se cuestiona el 40% de pobres, porque por ahí no pasó Perón y Eva. Y entonces, el movimiento obrero organizado no participa en el diseño de las políticas económicas. Pasaron socialdemocrátas y neoliberales, que coinciden. Lula hizo crecer a Brasil, pero dentro de un esquema neoliberal. Esta es la verdad histórica. Por eso es un debate muy importante para nosotros, los peronistas. Porque el proyecto histórico del peronismo incluye a todos los argentinos, por eso aspira a una desocupación del 2%, 3% o 4%. Nunca, del 12%.
APU: ¿Qué pasa con la CGT en esa discusión?
GM: Si es exitoso ese modelo de producción para una mayoría (no para el conjunto) vas a tener un 12% de desempleo, que te va a pegar en la puja distributiva y en el rol del movimiento obrero organizado. Por eso es central la voz de la CGT. Porque detrás de esa discusión sobre las características del modelo de desarrollo empieza a debatirse el rol de la CGT. Por eso, la respuesta de estos días de la dirigencia sindical peronista fue convocar a una reunión sobre el modelo de desarrollo. Porque lo que está en discusión de fondo es la estructuración del movimiento obrero argentino y el modelo sindical peronista. ¿Quién fue el primero que lo quiso desestructurar desde la dictadura pará acá? Alfonsín. Este es un debate extraordinario donde la militancia política del movimiento nacional tiene que participar. Esto está siendo mirado por todos los gobernadores. Porque la alternativa a Massa tenés que buscarla en un gobernador. Todo está preparado para Massa, como a fines de los 80 estuvo preparado para Cafiero, pero apareció un Menem (el de las patillas, no el neoliberal). Por estos días se habló de una reunión de Massa con empresarios donde había dos del sector energético. No hay posibilidad de un modelo de producción que involucre a toda la masa laboral, si el precio del gasoil (como referencia) no está, como máximo, en los 70 centavos de dólar. ¿Se le planteó eso a Mindlin o a Bulgheroni, que participaron de esa reunión? Por eso es importante que Massa hable. ¿Cuál va a ser el precio de los alimentos? Por eso es importante que toda la militancia peronista participe de esta discusión. Porque no se trata de la alternativa entre modelo productivo o modelo oligárquico o elitista, como pudo ser el de Macri, que no tenía posibilidades de ser exitoso, porque era de exclusión. Ahora debatimos entre un modelo para todos o para una mayoría, que también puede ser exitoso políticamente. Pero que a la larga termine con la estructura del movimiento obrero organizado peronista, que es el que le da entidad, ideología y organicidad a nuestro movimiento. Apuesto a que el movimiento peronista, llevado al límite, reaccione de la mejor manera.
APU: Usted señala con mucha claridad a Massa en ese debate que se da en el peronismo. ¿Dónde ve a otros actores del justicialismo, como a Cristina o La Cámpora, por ejemplo? ¿Dónde ve a los gobernadores?
GM: Los gobernadores están mirando este debate muy atentamente. A La Cámpora la vemos, por supuesto, donde vemos a Cristina. Y ella tiene su suerte atada a la de Alberto. Por eso, siempre hablamos de la necesidad de un gobierno de transición, alguien que hiciera de Duhalde para poder tener un Kirchner. Alberto suele decir que él es Kirchner. Para ser Kirchner falta Duhalde. Cuando asumimos teníamos superávit fiscal y comercial. Quien ordenó fue Duhalde y tuvo que dejar su cuerpo. Ahora, Alberto va a ser Duhalde o Kirchner. La política ve eso y por eso está en ebullición.
APU: En ese debate, usted tiene un planteo muy claro (de hecho, compartió un documento sobre su propuesta económica) pero que es muy minoritario al interior del peronismo. ¿Puede ser?
GM: También era minoritaria la postura de Menem en 1988, que terminó ganando. El peronismo puede dar sorpresas. Hay que ver qué hace Cristina, no ella en tanto persona, sino como representante de una fuerza política. ¿Su fuerza política va a acompañar a un nacionalismo de exclusión o a uno de inclusión? Hablo de nacionalismo de inclusión o exclusión, porque eso es lo que pasa en el mundo. En Argentina, el nacionalismo de inclusión se llama peronismo. Ahí nuestro planteo deja de ser minoritario. Por eso es tan importante que la fuerza política que se referencia en torno a Cristina discuta estos temas. Porque si no, terminan en una reunión junto a Massa, Brito, Bulgheroni y Mindlin. En el esquema de Massa, el kirchnerismo (como sector dentro del peronismo) no tiene ningún futuro. En el nacionalismo de inclusión, sí. Pienso en La Cámpora como una organización con capacidad de formación de cuadros para un modelo de desarrollo basado en la producción y el trabajo, que incluya a todo nuestro pueblo. Generacionalmente, La Cámpora puede desempeñar ese rol. ¿Y Alberto dónde está? No lo sé. Queremos que le vaya bien, pero es él el que se define socialdemócrata o el que tiene un Jefe de Gabinete que dice que es posmoderno.
APU: ¿Usted tiene diálogo con dirigentes de La Cámpora?
GM: Lo tengo así, de modo público. Por supuesto que nos conocemos todos. Pero es más importante el diálogo público. Por eso te decía que es muy importante que toda la militancia peronista participe en esta discusión, donde se define el modelo de desarrollo para los próximos 10 o 20 años. No es una discusión menor, es sustantiva.
APU: ¿Este debate que se da se va a saldar en las próximas elecciones legislativos o no necesariamente, tiene que ver con los tiempos electorales?
GM: No tienen que ver los tiempos electorales. Soy optimista: creo que este modelo de producción y trabajo se inicia para noviembre o diciembre de este año. Y es un modelo que va a ser exitoso. Vas a empezar con el 55% de pobres (como se midió históricamente) y lo vas a bajar. Pongamos que gana Massa esa discusión de la que hablamos: va a ser exitoso y va a ganar elecciones. Porque del 55% al 25% es un éxito social muy importante. Pero en el medio va a destruir al movimiento obrero organizado. ¿Y qué va a pasar con el movimiento justicialista?
APU: Cuando habla de un gobernador como alternativa a Massa (y piensa en el Menem del 88): ¿Es una idea o está pensando en un gobernador específico?
GM: Es un grupo de gobernadores peronistas. El peronismo siempre da sorpresas. No deben quedar dudas de que el espacio que conduce Massa es un espacio dentro del peronismo. Otra vez, la interna del peronismo resuelve la externa, como pasó en 2003, cuando se enfrentaron diferentes fórmulas peronistas. Acá pasa lo mismo. La interna entre el peronismo de Massa y el que estamos expresando en este reportaje también se va a dar. Y ahí es muy importante el espacio (y los votos) que se referencia en Cristina. Esa fuerza política tiene que discutir cuáles son las características del modelo de desarrollo que vamos a tener en la próxima década. ¿Alberto puede conducir el nacionalismo de inclusión? Sí, pero tiene que definirse como peronista con todas las letras. Ahora: ¿Puede conducir el nacionalismo de exclusión? También, pero en ese caso tiene que tomar una decisión con Cristina. Si leemos los diarios, se le pide a Alberto justamente eso, que tome una decisión con Cristina. Lo que está claro es que un nacionalismo de exclusión no puede incluir a Cristina. Y esto hay que discutirlo ahora, porque el modelo de producción y trabajo va a ser exitoso en el corto plazo, sea de exclusión o inclusión. En abril del año que viene vas a crecer al 15%, en relación a abril de este año. ¿Se entiende? El tema es que el modelo de producción y trabajo para una mayoría, no para todos, va a ser perjudicial en el mediano y largo plazo. Eso se debate hoy, por eso la política es tan intensa. Ahora digo: ¿La Cámpora y el Instituto Patria están debatiendo esto? Me parece que no, porque están más preocupados con la gestión y las urgencias. Porque van a tener que tomar decisiones, y tal vez esa decisión sea acompañar a Massa, y, entonces, estamos en problemas. Ahí se pone en duda la herencia de la década ganada. Esa herencia está en discusión hoy. Por eso es tan importante el debate y que se involucre toda la militancia peronista.