¡Aguante Chaves!

Hace unos 8 o 9 años, después de un largo tiempo, me reencontré con Gonzalo en Eldorado, Misiones. Creo que la última vez había sido en Roma, en el congreso de Montoneros de 1979, previo a la contraofensiva. 

En una larga charla recordamos esos y muchos otros tiempos de nuestra militancia. Pude conocer entonces mas a fondo su historia, la de su padre, y de las luchas bravas de la resistencia peronista en La Plata, Ensenada, Berisso y muchos otros territorios donde Gonzalo había militado.

No pretendo narrar aquí la historia de sus luchas. Para eso están sus libros, y otros libros, además de lo que aparece en este mismo homenaje.

Quiero rescatar un episodio que me contó y me impresionó mucho, porque refleja lo que Gonzalo Cháves ha significado para el pueblo peronista y sus luchas.

En resumen, esto sucedió durante la lucha clandestina contra la dictadura, seguramente entre 1976 y 1979. No se cuándo a ciencia cierta.

Gonzalo había sido destinado por la Organización a Córdoba, me parece recordar. Donde podía moverse con cierta seguridad en la clandestinidad.

Entonces se produce un traslado y lo envían a… ¡La Plata!. Si, a La Plata, donde se habían desarrollado gran parte de las luchas de “los Chávez”, desde la resistencia peronista de el 55 y hasta la dictadura del  76.

Gonzalo, con su tono siempre sereno, medido, didáctico, me hizo comprender el disparate que esto significaba en términos de seguridad. 

Pero él, disciplinado y corajudo como siempre, se instaló en La Plata e intentó realizar sus tareas organizativas sin quedar expuesto como el conocido “Negro Cháves”.

Hasta que un día, o mejor dicho una noche, cuando, lo mejor disfrazado posible, cruzaba una plaza a oscuras. 

Entonces se escucho un grito, desde una casa del barrio: ¡Aguante Cháves!

Evidentemente resultaba imposible desaparecer del reconocimiento, la admiración, el respeto y el cariño del pueblo peronista.

Gonzalo se fue de la plata donde era imposible no ser reconocido. 

Para mi ese ¡Aguante Cháves! resume el significado de su historia militante, de la profunda relación entre su larga lucha y el pueblo peronista que creció bajo su guía y la de su padre.

Ese grito decía que el pueblo, a pesar de la represión, el terror y los sufrimientos, no traiciona y no olvida sus ideales. Aunque por momentos se torne muy difícil hacer algo para convertirlos en realidad.

Por eso, en estos tiempos trágicos para nuestro pueblo, cuando muchos parecen haber perdido el rumbo, entre el miedo, la estafa neoliberal y el lavado de cerebro de los medios oligárquicos, yo no renuncio a mi fe en el poder de un pueblo tantas veces aplastado, y tantas veces renacido.

Y dentro de mi pecho escucho, a veces, un grito que me conmueve:  ¡Aguante Cháves!

Gracias Gonzalo, siempre presente.

*Pablo Fernández Long.

Militante del Movimiento Agrario de Misiones, MAM, El Partido Auténtico, El Peronismo Montonero.