"Buenos y mejores aires": poema de Mario Benedetti dedicado a la "primavera camporista"
El poeta uruguayo Mario Benedetti recrea en este poema aquel 25 de mayo de 1973 cuando en la Argentina retornaba el peronismo tras 18 años de proscripción.
Aquel día el doctor Héctor Cámpora (apodado cariñosamente por la Juventud Peronista como "El tío") asumía la presidencia junto a Vicente Solano Lima como Vice, y el pueblo salía eufóricamente a las calles a celebrar y a reencontrarse.
Atrás quedaban muchos años de amarguras, represión, fusilamientos, entre golpes militares y gobiernos entreguistas.
Por delante quedaba el gran desafío de traer definitivamente al General Perón y consolidar un proyecto de país más justo y soberano.
Benedetti mejor que nadie supo ilustrar toda aquella gesta gloriosa y transmitir la emoción de un pueblo victorioso.
Buenos y mejores aires *
Hay que ir acostumbrándose de a poco
la jornada es tan plena tan bien fundada
que nadie se anima a partirla en dos
las cábalas se ocultan tras las columnas y los arbolitos
los pésames se van chapoteando entre las nubes
hasta el hollín se demora en los toldos
pocas veces amaneció tan invencible
el pueblo andrajoso y bienaventurado
regresa con su olor que acalambra al barrio norte
con su miseria que asusta a los miserables
con su hambre que aterra a los dietistas del imperio
el pueblo regresa puteando alegremente
desanda sus lunas de humillación
traga las desventajas y las muertes
rescata consignas de las alcantarillas
y las escribe a lo ancho del cielo
le da al bombo con su más generoso rencor
y despliega la enorme pancarta de los montoneros
desde la casa rosada donde tiene lugar el exorcismo
hasta la verde memoria del queharán
por la perpetua rivadavia
ruedan colmados semiremolques
generaciones casi repletas
frente a los enarbolados rostros de trelew
hombres condecorados por el aguante y la osadía
dejan que en desconsolado desconsuelo
broten por fin los vivas y las lágrimas
es posible que estos resistentes estos fieles
nada sepan de materialismo histórico o de jorge luis borges
pero trelew lo llevan en sí mismo como un coágulo
y el coágulo trelew se vuelve brújula
por eso en este jardín no hay senderos que se bifurquen
el coágulo-brújula apunta sin vacilación hacia devoto
adiós al laberinto adiós al dédalo
adiós al relajo en antiguas lenguas germánicas
este camino es recto
el pueblo avanza puteando alegremente
y las puteadas tampoco se bifurcan
dan en el blanco y al igual
que en el viejo parque japonés de retiro
los quepis van cayendo como patos
entre las verdes olas de madera
por rivadavia pasan generaciones
pasan camiones como tribunas
el lunes abrirán los grandes bancos
sus puertas segurísimas
más no serán los mismos
los consabidos asesores y aún los sinsabidos
leerán making a presidente y la santa biblia
más no serán los mismos
después de todo no está mal
que en su primera faena de poder
el pueblo alias la mersa haya buscado por sí mismo
con más intuición que la computadoras políticas
y más sinceridad que los partidos electrónicos
la libertad para los suyos
la jornada es tan plena
que nadie se anima a concluirla
en devoto las puertas rechinan
los calabozos retumban a vacío
y en las paredes dice patria o muerte.
* Extraído del libro: “Campana de palo. Antología de poemas, relatos y canciones de 35 años de lucha.1955-1990”. Compilación y notas de Roberto Baschetti . La Plata. 2000. Ediciones de la Campana