Reflejos, estampas y proyecciones: la mirada de Santiago Maldonado en las calles
Por Pablo Russo
Hace unos días se difundieron por las redes imágenes de un cura arrancando una pegatina con el rostro de Santiago Maldonado de un muro del convento de Avenida Belgrano al 300, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Es mi pared”, dijo el eclesiástico que decidió extirpar la mirada del espacio público. Algo de esa presencia -que el último año se multiplicó por miles en afiches, esténciles, remeras, banderas, carteles, pintadas, reflejos y proyecciones- inquieta a la derecha más recalcitrante y tiene que ver con la potencia que le da al reclamo por verdad y justicia la conjunción que se ejerce entre arte y política.
Como pasó en otros casos emblemáticos, artistas comprometidos con los derechos humanos y grupos militantes que incursionan en experiencias estéticas con el fin de visibilizar sus luchas, tomaron una de las fotografías más difundidas de Maldonado para reproducirla en las calles. Su ausencia física se volvió presencia masiva y popular. Hoy, difícilmente alguien pueda dejar de asociar su nombre con su mirada. Repasamos aquí algunas de estas intervenciones, a modo ilustrativo aunque no exhaustivo, que se realizaron en Buenos Aires, Paraná y Resistencia.
Buenos Aires. Negamos todo es un afiche de aproximadamente un metro por cuarenta centímetro, impreso con tipos móviles y tinta gráfica. Hugo Vidal está desarrollando varias series en una imprenta de La Plata, ya que quedan pocas que aún mantienen tipos móviles en funcionamiento. “En las rejas de la ex ESMA hay emplazado un trabajo que hice sobre (Julio) López. Fui a retocar algo que se había despegado de ese afiche y encontré este otro. Como el mío también trabaja la mirada desde un recorte de una fotografía de Helen Zout, seguí en esa línea”, explica el artista sobre una acción de octubre de 2017. “Intervine a Maldonado con el afiche Negamos todo, que hice a propósito de (Darío) Lopérfido, pero que funciona en varias situaciones de similares características”, amplía.
Un mes más tarde, en una acción colectiva y de manera relámpago, varios activistas modificaron publicidades de Benetton en la estación de subte Facultad de Medicina de la línea D. La intervención, denominada United killers of Benetton, fue por Santiago Maldonado pero implicó al empresario italiano como responsable del conflicto por las tierras robadas a los pueblos originarios. Subvertir la publicidad fue la herramienta aplicada en este caso.
La Comisión x la Memoria de La Paternal desarrolla actividades militantes y de construcción de la memoria popular desde principios de 2006. “Una de las técnicas que usamos es la serigrafía en telas, papeles o afiches. Se hace sobre un shablón, que es un marco de aluminio o madera, que se cubre y tensa con una malla serigráfica. Mientras más hilos compongan la malla, más definición puede tener la imagen”, comparte Juano Franco. Al shablón se le aplica una emulsión, que es un producto foto sensible a la luz, y una vez que se seca se realiza el proceso de revelado (similar al de la fotografía) con la imagen o diseño que se pretende lograr. “Es un proceso difícil porque es a ensayo y error hasta que le agarrás el tiempo que tarde en cocinarse la emulsión sobre la imagen”, agrega. Cuando los integrantes de la Comisión x la Memoria serigrafían en el espacio público, el equipo de materiales consiste en una mesa plegable; una estructura serigráfica de aluminio que les permite subir y bajar el shablón; pintura y una manigueta (espátula con punta de goma para pasar la pintura). Marchas, fiestas y festivales populares son los momentos donde serigrafían el rostro de Santiago Maldonado. “Cuando salimos a la calle, toda la Comisión participa y a veces la misma gente se acerca, les explicamos el proceso y lo hacen ellxs mismos”, expresa Franco.
Durante las eliminatorias del Mundial de Rusia, en 2017, también proyectaron en la calle, cerca de la avenida San Martín y Juan B. Justo, mientras con un segundo proyector intervenían el partido con una imagen de Maldonado. Otras proyecciones ocurrieron desde la terraza de una casa hacia la medianera de un edificio, convocando a las manifestaciones por Maldonado o por el 24 de marzo.
Paraná. Al mes de la desaparición, la manifestación realizada en la capital entrerriana tuvo un recorrido particular: desde la Plaza 1°de Mayo hasta la sede local de Gendarmería Nacional. Allí, donde se dio lectura al documental de la Multisectorial por los Derechos Humanos y a la carta de la familia, la protesta debía encontrarse con una pintada en gran tamaño del rostro de Maldonado sobre el asfalto. Ocurrió que al llegar la concentración, los artistas aún estaban en la labor y la gente rodeó la figura que iba tomando forma. Florencia Albornoz y Matías Passi fueron los encargados de la movida artística. “Al principio íbamos a pintar con látex o alto tránsito pero por una cuestión de tiempo y agilidad elegimos el aerosol”, explica Albornoz.
“Trabajamos con cuadrícula, tomando la línea amarilla de la mitad de la avenida como la mitad de la cuadrícula. El corte de calle programado nunca llegó, entonces demoramos el comienzo que fue con los autos pasando y los gendarmes mirándonos, y que terminó con la columna llegando al lugar”, señala Albornoz, que tuvo militancia en HIJOS y trabaja como muralista en la vía pública. “Lo de la mirada tiene que ver con la foto que circuló bastante, por eso trabajamos esa imagen. Lo fuerte de la mirada era para el impacto de la gente en la marcha y para que se vea desde Gendarmería”, indica. La propuesta se canalizó a través de la subsecretaría de Derechos Humanos de Entre Ríos.
“No soy artista, no he estudiado, pero siempre tuve un vínculo con la pintura y la militancia”, comenta Passi. “En esos días se definió movilizar a Gendarmería, algo novedoso y difícil, era la primera vez y no sabíamos cómo iban a reaccionar. Habíamos acordado no tocar el edificio como tal, entonces no contábamos con el soporte de una pared sobre la cual laburar, así que nos quedaba como opción la calle. Nosotros íbamos marcando a medida que nos permitía el semáforo en rojo, porque no había muy buena onda para dejarnos trabajar ahí en la zona, y lo terminamos con la llegada de la manifestación; eso estuvo muy bueno”, recuerda el militante de ATE y Descamisados. “Ese día se sumaron un par de cumpas en apoyo para la realización colectiva”, añade.
Chaco. En Resistencia se hicieron acciones durante las marchas: reflejos con espejos de Javier del Olmo y Cabellos para Santiago, por ejemplo. En este último caso se pedía a varios compañeros y compañeras que pongan el pelo para la barba y cabellera de Maldonado. “Es un esténcil que tiene calada parte de la imagen, que se viralizó en las primeras marchas”, cuenta Leo Ramos. “La idea es que al prestar algo personal e identitario como son los cabellos nos ponemos a pensar que todos podemos ser Santiago”, completa el chaqueño que tuvo la idea de cambiar pintura por pelo. Para esto contó con la colaboración de la Comisión Provincial por la Memoria del Chaco.
El grafitti ecológico, por su lado, propone que el reflejo de la imagen en paredes, remeras, árboles, etc. Uno de ellos se hizo sobre el Escudo Nacional, sugiriendo que la desaparición de una persona es la desaparición de una Nación, según Ramos. “Es como un photoshop casero y efímero al escudo”, interpreta. Para esto se usó uno de los espejos pensados por Javier del Olmo. “La huella es el registro fotográfico y no el físico; y los reflejos pueden colarse en esculturas, símbolos patrios y demases”, considera Ramos. Esa huella, por supuesto, se expande posteriormente por las redes. Javier del Olmo, artista porteño, trabaja con el dispositivo de espejos y sus reflejos desde hace más de una década, con imágenes de Julio López, Luciano Arruga y Marita Verón. Sostener las acciones a lo largo del tiempo es parte de la creación de su poética y de una performática que se basa en acciones mínimas y en ver qué reacciones generan en los transeúntes.
La potencialidad que deviene del cruce entre arte y política en el espacio público aporta a las formas del decir, también en el caso de Santiago Maldonado. Es allí, en la calle, donde la acción artística se experimenta en su génesis política, actualizando prácticas y creando nuevas poéticas. El mensaje circula y se percibe con estas herramientas visuales y simbólicas que pasan a conformar parte de la memoria y su estética popular. Los ojos de Maldonado, su mirada sostenida, seguirán incomodando a los negadores oficiales, a los defensores del saqueó a los pueblos originarios, y a los pacificadores de cementerios.