Argentina 78: la eterna contradicción entre la gloria y el terror
A fines de noviembre se estrenó Argentina 78, serie documental de Disney+ producida por Pampa Films. Más allá de algunas polémicas superficiales -la recomendación de Cristina y la posterior descalificación de Victoria Villarruel-, destaca, entre otros factores, por el abordaje de las contradicciones que genera hasta el día de hoy el Mundial de 1978. A lo largo de cuatro capítulos se narra la etapa previa, la decisión de la dictadura cívico militar de llevarlo a cabo, y el desarrollo de la competencia, entre festejos y denuncias. Una obra que se abre paso entre la gloria deportiva y el terror político.
Está basada en “78: historia oral del Mundial”, libro de Matías Bauso, que funciona como una especie de narrador. Si bien la transposición del texto era un objetivo optimista, por ser un gran relato coral de cientas de páginas, sale a flote gracias al foco en las intersecciones de las dimensiones deportiva y política. Lucas Bucci -hijo de exiliados políticos- y Tomás Sposato, directores y guionistas, conocidos por Carmel y Los hermanos Menéndez, problematizan ambas en simultáneo para que ninguna opaque a la otra y poder habitar la contradicción. Tal como evidencia un plano que va de la entonces Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) al Estadio Monumental: “Durante una dictadura, Argentina salió campeón”.
El proyecto, que inició a fines de 2021, resalta por su abundante material de archivo, para contextualizar la época, y por su cantidad y calidad de entrevistas, para complementar y profundizar diversas aristas del trasfondo político, social y deportivo. A modo de repaso no exhaustivo: el interés y las internas de la dictadura; la posición de Montoneros; el rol de la prensa local y extranjera; el análisis táctico y estratégico de César Luis Menotti -junto con Roberto Saporiti, ayudante de campo, Mario Alberto Kempes y Daniel Alberto Passarella, y de jugadores de otros seleccionados; el testimonio de las Madres de Plaza de Mayo, como Taty Almeida, Nora Cortiñas y Enriqueta Rodríguez, y de sobrevivientes, como Ricardo Coquet, Raúl Cubas y Miriam Lewin; entre otros tantos temas y entrevistados más.
Todo avanza con fluidez y solidez narrativa, con la introducción precisa de Bausa en las distintas etapas, el aporte de periodistas como Ezequiel Fernández Moores, y con una clara línea temporal de principio a fin, con dos preguntas en el horizonte: ¿Quién ganó el mundial? ¿Cuánto costó? Allí, más allá de figuras difíciles como Firmenich y el propio Menotti -mérito de Rodrigo Alegre como productor periodístico-, la serie está llena de historias. Al mismo tiempo, no se abordan, entre otras, la exclusión de Diego Maradona de la lista o los motivos de las renuncias de Jorge Carrascosa -capitán nacional hasta ese entonces- y de la estrella Johan Cruyff a disputar la competición.
De todas maneras, otro de los puntos de apoyo de Argentina 78 es la mirada internacional sobre el evento y la dictadura. Hay un análisis que va más allá, del testimonio de Francois Géze, fundador del Comité Organizador del Boicot al Mundial en Argentina (COBA), y James Neilson, editor del Buenos Aires Herald, al de periodistas holandeses, como Fritz Barend y Jan Van der Putten, que contribuyen a adentrarse en la atmósfera y en la visibilización de las violaciones a los derechos humanos en la prensa internacional, con la posterior visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 1979. De hecho, el propio Barend entrevistó al dictador Jorge Rafael Videla durante la cena de clausura en la que, según confirma, admitió la existencia de desaparecidos en el país.
Por otra parte, puede decirse que lo estrictamente futbolístico crece en la segunda parte de la serie documental, a partir del 6 a 0 de Argentina a Perú, definido como el “partido más largo de la historia” que “todavía se juega o discute”. Aporta declaraciones de jugadores argentinos y peruanos -Germán Leguía, Ramón Quiroga y José Velásquez-, en un sentido y en otro alrededor de la sospecha sobre un posible arreglo. De la ventaja deportiva, a la visita de Videla y el secretario estadounidense Henry Kissinger, pasando por una donación de trigo, se recorren diversas versiones y factores. Incluso, se comenta que Brasil, quien disputaba con nuestro país para clasificar a la final, buscó incentivar un empate peruano. Más o menos concluyente, según el espectador, en este tema también recoge el guante.
A su vez, la producción no sólo incluye la última entrevista visual a Menotti, quien falleció tiempo después, sino también a los militantes Mario Eduardo Firmenich y Miguel Bonasso, sobre todo por el primero. Además de la posición de Montoneros frente al mundial, deslizan sobre sobre los atentados a Omar Actis, titular inicial del Ente Argentina Mundial 78, y a Juan Alemann, secretario nacional de Hacienda. Desde ese entonces, hubo denuncias por corrupción en la expansión del gasto y rendición de cuentas. Según se aclara, ninguna persona ligada a la dictadura accedió a participar de la serie, a diferencia de Sergio Gabriel Torres, juez a cargo de la investigación de la Megacausa ESMA, complementado por la historiadora Paula Canelo, la antropóloga Lía Ferrero y la periodista Ailín Bullentini.
Puede señalarse algún desacuerdo sobre su resultado final, como con todo, quizás en el afán de ser una producción destinada a una audiencia más global, pero, gracias a su tono cuidadosamente divulgativo, Argentina 78 es una serie documental que trasciende el deporte. Ese mundial siempre ocupará un lugar particular, con sensaciones encontradas pero, sobre todo, contradicciones con las que hay que convivir. Es, al mismo tiempo y en paralelo, una gesta en la que se jugaba y también se torturaba. Es esa encrucijada eterna entre la gloria y el terror.