Dexter: ¿cuánto se puede empatizar con un asesino en serie?
Por Diego Moneta
El 1 de octubre de 2006 se emitió por primera vez a través de la cadena Showtime una serie que cambiaría por completo a las producciones sobre asesinos seriales. Basada en un principio en la novela “El oscuro pasajero” de Jeff Lindsay, Dexter luego evolucionaría de forma independiente durante ocho temporadas, de doce capítulos cada una, a partir de la pluma de James Manos Jr. La gran popularidad que tuvo buscará ser reivindicada con una novena entrega, más de ocho años después de su final, a estrenarse el 8 de noviembre.
Dexter Morgan (Michael C. Hall) es un forense especializado en el análisis de sangre que trabaja en el departamento policial de Miami. Es una persona solitaria, incapaz de relacionarse honestamente con otras personas, pero debe fingir para mantener las apariencias. De esta manera, mantiene el vínculo con su hermanastra y sus compañeros de trabajo para no levantar sospechas. Por la misma razón, sale con distintas mujeres hasta que conoce a Rita Bennet (Julie Benz), madre de Astor (Christina Robinson) y Cody (Daniel Goldman) y encuentra en ella la posibilidad de una relación estable que le sirva de pantalla para su doble vida. Dexter es un psicópata con un rígido código y protocolo para matar criminales que logran eludir a la justicia de noche y, de esa manera, saciar un impulso interno y moral inmanejable. Entre los principios que le legó su padre adoptivo Harry (James Remar), el principal es que haya evidencia concluyente de la culpabilidad de sus objetivos. Aunque murió hace tiempo, para Dexter es la voz de su conciencia. Su otra base de apoyo es Debra (Jennifer Carpenter), hija biológica de Harry con la que mantiene una relación de complicidad.
De la misma manera que a Dexter se le plantean vidas paralelas, dos serán los ejes sobre los que avanza la narración: por un lado, lo que respecta a sus vínculos personales y laborales; por otro, distintos antagonistas que le irán apareciendo. La primera cuestión a destacar es el crecimiento de los personajes hasta casi llegar a conformar un protagonismo coral, en especial en la dependencia policial, integrada por su hermanastra, su par en el área forense Vince Masuka (C. S. Lee), el detective Ángel Batista (David Zayas), el sargento James Doakes (Erik King) y la teniente María LaGuerta (Lauren Vélez). A ello se sumará la convivencia con Rita y distintos descubrimientos sobre su pasado y sus traumas.
El otro gran atractivo argumental son los distintos "enemigos" que le irán apareciendo, muchas veces con nombres pomposos colocados por la prensa, desde “El asesino del camión de hielo” al culmine Arthur “Trinity” Mitchell (John Lithgow). En ese recorrido, la posibilidad de ser descubierto, manejar o no su adicción, o tener un aprendiz, un compañero o hasta un amorío. Cada una de las temporadas explora una faceta en la vida del protagonista, con un antagonista como pauta inicial. En cada trama y arista la línea sostenida hasta el final en Dexter es de altísima calidad y, a pesar de su duración, no evidencia ese lógico desgaste.
Gran parte del éxito de la serie se basa en esa exploración del yo interior. Dexter se considera disociado del resto de los humanos, como si no fuera uno de ellos. Participa de la vida laboral y de ocio pero es incapaz de sentir y empatizar a nivel emocional. El énfasis está puesto en la distancia entre lo oculto y lo que muestra el protagonista. El hecho de acceder a sus pensamientos a través de su voz en off, comentando y reflexionando, crea una relación de complicidad y en sintonía con el espectador. Sabemos que su objetivo no es hacer justicia sino liberar pulsiones violentas. Dexter necesita asesinar y la interpretación de Hall le ha valido varios premios, incluyendo un Globo de Oro.
Ese vínculo construido con la audiencia parte de representar a esa figura del “justiciero” tan avalada en la cultura estadounidense, que se encarga de quienes escapan del sistema judicial, en teoría, sin lastimar a terceros, en un claro mensaje sobre las instituciones que no funcionan. El guion nos lleva a condonar su actividad criminal y nos hace creer que no hay daños colaterales. Su planteo es original y crea su propia identidad, apoyándose en el thriller psicológico y en la fluidez de una historia que se desliga de procedimientos más característicos de otras producciones similares.
Es cierto que la hilvanación de errores en su octava entrega la lleva a tener el final que nunca mereció. Sin embargo, es una auténtica maquinaria que demostró funcionamiento, por lo que Showtime decidió proponer un nuevo desenlace de diez capítulos, que iniciarán este 8 de noviembre. Con parte del elenco renovado, se propone a modo de homenaje al escritor de las novelas que le dieron origen. Entre la esperanza de que sea acorde a su recorrido previo y la promesa de sus autores de ordenar las cosas, la novena temporada, Dexter: new blood, estará en el centro de la escena del entretenimiento durante las próximas semanas.