Flow: una aventura en la que nadie se salva solo

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PREMIOS OSCAR

Flow: una aventura en la que nadie se salva solo

11 Marzo 2025

Un gato negro mira su reflejo en el arroyo, inestable. A su alrededor no hay ningún ser humano a la vista. De esa manera comienza Flow, la película letona que recibió el Premio Oscar a Mejor película animada, superando a títulos de gigantes en la materia, como Intensamente 2 de Pixar o Robot salvaje de DreamWorks. 

Este film independiente, creado con un software libre, no tiene diálogos, ni héroes o villanos. El protagonista es un felino, quien inicia esta aventura cuando todo lo que le es conocido desaparece. Se trata de un animal solitario y reticente, enteramente rodeado por la naturaleza, que sólo sale a cazar y parece no tener ningún compañero. La llegada de una gran ola y una inundación irrumpe con su cotidianidad, desafiado a enfrentarse a una nueva realidad poco cómoda para alguien tan temeroso del agua. En ese viaje inesperado conocerá a diferentes animales que lo ayudarán en su camino.

Lejos de ser cliché e inocente, esta película se aventura, junto a los personajes, en un recorrido de aprendizaje donde se conoce de sacrificio y superación. Cada uno de los animales, lejos de imitar el comportamiento humano, se comportan fiel a su especie. En su espontaneidad, demuestran ser una pieza clave para enfrentar las adversidades de una catástrofe natural. Sus particularidades son únicas, pero indispensables. 

Nada es como antes, todo lo conocido se desmoronó y, con ello, también las individualidades. A medida que la historia se desarrolla, todos se transforman conforme a las experiencias que vivencian. La ola los unió, este colectivo tan diverso tendrá que sobrevivir navegando en una balsa en el afán de encontrar alimento y tierra firme. Nuestro personaje principal tendrá que superar diferentes miedos, y dejar atrás quién fue, pero sobre todo aprender a confiar y trabajar en equipo.

En Flow cada uno interpreta distintos valores. El perro representa la fidelidad, con un comportamiento constantemente amigable y manteniéndose positivo. El pájaro secretario nos demuestra el sacrificio y la grandeza, mientras que el carpincho es un líder sabio. El lemur deja de lado su vanidad para contemplar lo simple. Por último, el gato, nos deja la enseñanza de que no hay que rendirse y comprende el valor del compañerismo. 

En sus 80 minutos, los colores y los sonidos de las imágenes nos envuelven, haciéndonos experimentar desde la risa hasta las lágrimas. Además de estética, con una animación impactante, desde el inicio la historia se vuelve atrapante y entretenida. La empatía que surge por tan simpático protagonista está relacionada con las preguntas que nos despierta cómo actuar ante una adversidad. En ese sentido, una de las tantas interpretaciones tiene que ver con que la ausencia de los humanos fue causada por ellos mismos. Sus decisiones como especie generaron la aparición de la ola, junto a su extinción, para terminar recayendo en el sufrimiento de los animales, que ahora tienen que vivir en una naturaleza inestable.

Si bien la mirada ambientalista es sólo una de las tantas interpretaciones, a lo largo de todo el film podemos reconocer que lo colectivo es clave. La colaboración y la comprensión del otro, distinto a uno, es la herramienta más valiosa para poder salvarse. La camaradería es todo lo que tienen para afrontar la adversidad. ¿Cómo actuamos ante una eventual catástrofe? Estos animales, sin emitir más que sonidos, desde la ternura y el afecto, nos demostraron que nadie se salva solo.

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