Nunca es tarde para el éxito: triunfar después de los 40

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    bcs kim y jimmy

Nunca es tarde para el éxito: triunfar después de los 40

20 Agosto 2022

Rhea Seehorn y Bob Odenkirk llevan varias décadas en el negocio de la actuación. Ambos se dedicaron mayormente a la comedia. Odenkirk además escribió para distintos shows y produjo algunos otros, mientras que Seehorn tuvo apariciones menores en distintas series y películas. Lo que tienen en común es que eran actores de carrera que, como muchos, sólo podían aspirar a papeles menores, de invitados o a hacer las voces en tiras, con suerte, de renombre. A su vez, llegaron al estrellato de la mano de Vince Gilligan, pasando las cuatro décadas.

 

Bob Odenkirk llegó a Breaking Bad como a cualquiera de sus otros trabajos. Un personaje secundario y unas pocas apariciones pactadas para una serie que todavía no era el fenómeno que fue después. De hecho, estuvo a punto de no aceptar la propuesta: el actor oriundo de Illinois se había dedicado siempre a la comedia, no se hallaba en una tira dramática. Además, nunca había visto Breaking Bad y temía que terminara siendo un fracaso, como muchos de sus proyectos. Por suerte, su agente y un amigo lo convencieron de que valía la pena y de que él era perfecto para el papel. Fue así como conoció a Vince Gilligan, que quedó tan fascinado con su interpretación del inescrupuloso abogado como quedarían los fanáticos tiempo después.

 

Para ese momento, Odenkirk estaba quebrado y hasta había tenido que pedir un préstamo para mantener a su familia a flote, después de un fracasado intento de convertirse en director. En retrospectiva, su experiencia en la commedia siempre estuvo presente en su personaje. Si bien Breaking Bad se trataba de un drama, Saul Goodman era un personaje gracioso, bizarro, pintoresco, que hacía incluso un buen contraste con el malhumorado Walter White en todas sus interacciones. El resto es historia, su trabajo gustó tanto que decidieron mantenerlo el resto de la serie y, una vez finalizada, le tocó el turno de protagonizar Better Call Saul, donde finalmente podría desarrollar el personaje a fondo y desplegar todo su talento. 

 

Sin embargo, si bien su papel tanto en Breaking Bad y sobre todo en Better Call Saul lo lanzaron a la fama y le permitieron acceder a mejores trabajos, como su propia película en Mr Nobody, su participación en la serie animada de Amazon Undone y hasta tener su propio libro con sus memorias titulado “Comedy Comedy Comedy Drama”, hasta la fecha nunca ganó un Emmy por su papel de Saul Goodman, y no ha tenido mejor suerte en otras premiaciones. Una injusticia que se tiene que corregir en la próxima entrega de premios.

La historia de Rhea Seehorn es similar. Abocada a la comedia, siempre en papeles secundarios y apariciones breves y sólo en ocasiones en series de renombre, como fue su paso por Veep. Su desembarco en Better Call Saul se dio gracias a todas esos granos de arena que fue sumando con los años, incluso sus audiciones fallidas, que sirvieron para que fuera tenida en cuenta para otro papel que al principio parecía menor: Kim Wexler. Como sucedió con Saul en un comienzo, el personaje de Kim no tenía un gran futuro escrito por delante. En el piloto sólo tenía tres líneas. Fue gracias a su brillante interpretación y la química instantánea que logró con su pareja de ficción que el personaje fue creciendo hasta convertirse en una pieza central de la historia. 

 

Quizá donde sus historias más se bifurcan es en el desafío extra que Rhea tuvo que atravesar por ser mujer. La actriz cuenta que hay mucho de ella en Kim Wexler. Y que eso es, en parte, lo que limitó por tantos años el despegue de su carrera. Había llegado a Los Ángeles en 2003 y enseguida fue encasillada como comediante. Descrita por lo general como “poco femenina” y “muy inteligente y ruidosa para los roles de rubia ingenua que prefería Hollywood entonces''. Los productores solían pedirle que fuera más suave y más simpática, menos sarcástica y menos profunda. La actriz contó en 2020 que siempre la mandaban a castings para hacer de novia naif, pero que ella buscaba imprimirle más profundidad a esos personajes y sospecha que por eso rara vez la elegían.

 

Tuvo su oportunidad en Better Call Saul y, como pasó con Saul o Jesse en Breaking Bad, su talento engrandeció por completo al personaje y la serie. Hoy, con 50 años, cuenta con seis premios ganados— aunque ningún Emmy—  y 18 nominaciones, prácticamente todas por su trabajo en la tira. Después de décadas haciendo lo que sea que le ofrecieran, de tener dificultades para llegar a fin de mes, Seehorn es hoy una actriz consagrada, con un futuro brillante y un talento del que, con suerte, sólo hayamos visto el principio.

 

El universo de Vince Gilligan y Peter Gould no sólo nos dio dos de las mejores series de la historia. También le permitió al mundo conocer a artistas increíblemente talentosos como Rhea Seehorn, Bob Odenkirk, Giancarlo Esposito, Aaron Paul y Bryan Cranston— entre otros— y por eso les estaremos eternamente agradecidos.