Playlist: la lucha por la democratización de la música

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    The Playlist, serie Spotify
SPOTIFY

Playlist: la lucha por la democratización de la música

05 Noviembre 2022

Quienes somos usuarios y usuarias de Spotify sabemos que casi cualquier canción que deseemos estará allí, desde piezas de Tchaikovsky hasta lo último de Jorge Drexler. La posibilidad de crear listas de reproducción propias con infinitos temas de diversos géneros, y de inagotable duración, nos fascina. Estamos acostumbrados y acostumbradas a ir agregando nuevas canciones, casi de forma mecánica; a descargarlas para oírlas sin consumir datos del celular; y a que el algoritmo nos recomiende artistas. Hace algunos años, incluso, comenzó a utilizarse también para subir podcasts, inscriptos en distintas categorías o programas. 

Como suele suceder, lo naturalizamos sin rastrear su origen, el impacto que tuvo su aparición, y las consecuencias para quienes en ese momento luchaban frente a ello. En Playlist, nueva miniserie de ficción sueca estrenada en Netflix, se narra la historia de Spotify desde el contexto social en el que surgió la idea hasta la actualidad y aún más allá, proponiendo matices interesantes y diversos puntos de vista de sus principales aristas.

Allí por el 2004, en Suecia, se desarrollaba una fuerte disputa entre las discográficas, consideradas los peces gordos de la industria, y los sitios online de piratería, nuevos actores que ganaban cada vez más protagonismo. Los principales oponentes eran Sony Music y The Pirate Bay, página web para descargar canciones. El conflicto era que, con la adquisición de música de forma ilegal por parte de los internautas, las discográficas perdían millones de dólares al año, lo que condujo a una batalla ferviente entre las partes.

La productora multinacional alegaba, apropiándose del discurso de los derechos de autor, que no sólo el grupo que manejaba The Pirate Bay sino también usuarios y usuarias que hacían uso de él les estaban quitando el trabajo a la compañía y a los y las artistas que dependían de la venta de sus discos. Sin embargo, los dueños del sitio web denunciaban el alto porcentaje de ingresos que empresas como Sony ganaban a costa de los y las cantantes, debido al sobreprecio de los CD'S, y postulaban que la música era un derecho que debía ser democratizado, que todas las personas debían poder escucharla y no sólo quienes fuesen capaces de comprar los discos.

En este contexto Daniel Ek, un programador de 23 años, vio su oportunidad. Su idea era crear una plataforma online en la que se pudiera reproducir música gratuita instantánea y legalmente, en contraposición a The Pirate Bay cuya interfaz era lenta, desordenada y básica, costaba encontrar lo que quisieras y una vez que descargabas alguna canción solía suceder que se cuelgue al momento de darle play. El modelo de negocio que Daniel planteaba, junto con el inversor Martin Lorentzon— su primer acompañante—, consistía en que todas las partes involucradas ganasen dinero, incluyendo a las discográficas— dueñas aún de los derechos sobre las canciones— y a los y las artistas. 

La miniserie consta de seis episodios, cada uno de ellos narrado desde la perspectiva de los principales protagonistas de la historia, y a pesar de ser una ficción, cuenta con su visión sobre lo que sucedió y cómo fue que se desarrolló. Al incluir diferentes miradas, en ocasiones podemos empatizar y llegar a comprender otros puntos de vista, aunque difieran de nuestra postura inicial, encarnada en determinados personajes puntuales.

Playlist da cuenta de cómo la ambición por lucrar puede modificar las intenciones de un proyecto, dejando de lado sus principios base. Spotify está repleto de controversias en su historial. Una de las más recientes es la que involucró, a principio de año, al comediante Joe Rogan, quien publicó un podcast antivacunas y con desinformación sobre el coronavirus. A raíz de que sus contenidos no fueron retirados, varios artistas, entre los que se encontraban Neil Young y Joni Mitchell, abandonaron la plataforma, quitando su música y mostrándose en desacuerdo de la inacción ante discursos negacionistas. 

Otra de las cuestiones que se pueden observar tiene que ver con la dificultad al momento de negociar el lanzamiento de Spotify y el conflicto de intereses que acarreaba. Para que las discográficas otorgaran su poder sobre los derechos de autor, era necesario ceder y ofrecerles algo a cambio. En este sentido, cumplieron un rol clave las estadísticas de los movimientos que hacían los usuarios en la plataforma. Al saber qué artistas buscaban, qué canciones agregaban a sus listas de reproducción, y qué géneros oían más y cuáles menos, era posible ofrecer experiencias personalizadas. De esta manera, podían saber cuáles eran las tendencias del momento y con qué artista les convendría firmar contrato.

Inspirada en la novela Spotify untold, Playlist muestra cómo funciona el complejo mundo de las grandes empresas, los derechos de autor, y los jugadores con más poder, permitiendo a su vez nuestras propias conclusiones. Deja bien en claro que, en un mundo cada vez más digitalizado, hay que saber adaptarse a los cambios o la estampida tecnológica te pasa por encima sin dejar rastros. En definitiva, la música es parte de nuestra identidad. Reúne memorias, experiencias, emociones y sentimientos de manera tal que, al oír el primer acorde de una canción, posee la habilidad de conducirnos a otro tiempo y espacio. Nadie debería privarse de esa sensación de libertad.

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