The suicide squad: la película que nos merecíamos
Por Agustín Mina
El “escándalo” que suscitaron unos tweets con una década de antigüedad del entonces director estrella de Marvel, James Gunn, reflotados por partidarios del entonces presidente Donald Trump, “forzaron” la mano del imperio family friendly de Disney para echarlo. Por suerte para el cine, el también guionista y productor encontró su nuevo hogar en la competencia, Warner/DC, que lo recibió con los brazos abiertos.
Una vez dentro, y según sus propias declaraciones, al director se le ofreció cualquier proyecto que quisiera hacer, dentro del extenso catálogo de posibilidades del universo de DC. Todo estaba sobre la mesa. The suicide squad (El escuadrón suicida, en español) ya había tenido un intento fallido en 2016 a cargo de David Ayer, que terminó siendo una de las peores películas de superhéroes de la historia. Sin embargo, el concepto de un grupo de marginados que quedan unidos por las circunstancias de la vida y deben trabajar juntos encajaba a la perfección con la especialidad de James Gunn, que ya había hecho brillar a los Guardianes de la galaxia con Marvel en dos ocasiones, como para dejarlo pasar.
De esta manera, Gunn se pone al hombro el desafío de revivir ese muerto, esa película que después del fracaso de 2016 iba a ser difícil venderle al público. El film comienza su rodaje retomando lo poco que funcionó de la original, las brillantes interpretaciones de Viola Davis (Amanda Waller) y Margot Robbie (Harley Quinn) y plantea un reboot rodeándolas de personajes nuevos y desconocidos, a cargo de actores y actrices de primer nivel. Una marca del estilo de James Gunn.
Desde el anuncio oficial a principios de 2019 hasta su estreno este mes todo era ansiedad entre los fanáticos que, por un lado, confiaban en el trabajo del director, pero por otro temían otro fracaso, muchas veces influenciado por la mano de los directivos de Warner que fuerzan cambios en sus películas llevándolas a la ruina.
Sin embargo, todas las dudas fueron despejadas el pasado 5 de agosto con su llegada al cine. Fiel a su estilo, Gunn logra que un grupo de personajes poco populares y en algunos casos totalmente desconocidos para el público general, e incluso para los lectores de cómics, se conviertan en los favoritos de los espectadores, al menos por dos horas. Con un tono bizarro y totalmente despreocupado, que no pierde tiempo en introducciones ni teme matar a sus personajes o criticar las operaciones encubiertas del gobierno, el film es un viaje en tren bala que no baja el pie del acelerador hasta la última estación.
A pesar de su ritmo frenético, el desarrollo de los personajes está, sólo que se da de una manera tan orgánica que no se nota. Creemos que la película simplemente encadena una secuencia de humor y acción detrás de otra, pero con una o dos líneas de diálogo bien puestas planta la semilla para que cuando alguno corra peligro se nos detenga el corazón y para alegrarnos cuando logran alguna hazaña.
El elenco cuenta con viejos conocidos como Joel Kinnaman (Rick Flag) y las mencionadas Davis y Robbie, que en los tres casos mejoran su performance respecto de la cinta de 2016, y nuevas adquisiciones como Idris Elba (Bloodsport), Peter Capaldi (The Thinker), Daniela Melchior (Ratcatcher 2) y las dos grandes sorpresas que fueron David Dastmalchian (Polka-dot Man) y John Cena (Peacemaker), que contará con su propia miniserie. Además, la película cuenta con Sylvester Stallone para la voz de King Shark, junto a distintos cameos de actores reconocidos como Nathan Fillion, Michael Rooker y Taika Waititi.
James Gunn vuelve a poner a DC en lo más alto y nos recuerda que la firma tiene todo para enfrentar a Marvel. ¿Si se pueden hacer películas tan buenas con personajes tan secundarios y desconocidos, que haría con la gente indicada detrás de proyectos que involucren a la primera línea como Batman?
Al final del día, el gran logro de The suicide squad es ser una buena película, divertida y entretenida, que puede mirar cualquier persona, aún si jamás vio una de superhéroes antes, y al mismo tiempo ser fiel a la esencia del icónico grupo y de los personajes que lo integran. Es, sin lugar a dudas, la película que nos merecíamos.