Videojuegos: Una breve guía para principiantes
Si juzgáramos por el lugar que reciben en distintas publicaciones, los videojuegos son un consumo de nicho. Un interés específico de unos pocos fanáticos intensos, indigno de compartir espacio en las páginas culturales con otras artes. Sin embargo, la industria del videojuego ya tiene más de medio siglo de existencia, y es hoy más grande que la industria cinematográfica y discográfica juntas.
Lejos quedó el tiempo en el que para jugar había que hacer una enorme inversión, o aventurarse en salas de arcade ruidosas y poco amigables para el público general. Hoy los juegos están al alcance de cualquiera, incluso de gente que no se piensa “gamer”— de la misma manera que no toda persona que va al cine es cinéfila ni toda persona que escucha música se piensa melómana—.
En la actualidad, la industria se divide principalmente en tres sectores: consolas, computadoras y juegos móviles. El primero es tal vez el sector más tradicional, y su modelo de negocios el más clásico: máquinas potentes a precio subvencionado por el fabricante— aún si para nuestro bolsillo puedan ser una compra dolorosa—, que busca recuperar ese dinero con las regalías cobradas a los desarrolladores de juegos. La mayor novedad de la generación actual es el progresivo alejamiento del formato físico: las nuevas consolas de XBox y Playstation incorporan versiones sin lectora de discos ópticos, dependiendo exclusivamente de la distribución digital. Nintendo, por su parte, mantiene su perfil rupturista de los últimos años. La Switch, el nombre de su actual consola, permite ser jugada tanto conectada a un televisor como en modo portátil. La estrategia parece darles resultado: ya llevan vendidas más de 114 millones de unidades desde su lanzamiento.
El segundo sector es el de las computadoras hogareñas. A diferencia de otras épocas, en las que la oferta era más diferenciada, hoy por hoy la mayoría de los lanzamientos de consola llegan a PC. Incluso algunos títulos exclusivos de algunas consolas reciben lanzamiento para computadoras, permitiendo de esta manera que la plataforma más abierta tenga el catálogo más extenso. Al mismo tiempo, existen juegos de PC que por el público al que apuntan o por las ventajas que ofrecen el teclado y el mouse para el esquema de control, nunca llegan a consolas: simuladores como Euro Truck Simulator 2, juegos de estrategia como Age of Empires IV o juegos de rol online como World of Warcraft son algunos que— al menos por ahora— brillan en PC.
Una ventaja de la PC es que al ser una plataforma abierta no existe un monopolio de la distribución de juegos como ocurre con las consolas. Existen distintas tiendas con distintos catálogos, precios, condiciones y beneficios. Steam, la más grande, se destaca por sus precios localizados en pesos argentinos y sus ofertas— muy frecuentemente ridículas—. Epic Games Store, de los creadores de Fortnite, busca hacer crecer su caudal de usuarios regalando juegos— al menos uno por semana, y en temporada de fin de año uno por día—. Itch.io, por su parte, es un portal dedicado exclusivamente a juegos independientes de todo tipo, permitiendo a pequeños creadores de todo el mundo mostrar sus obras. Gog.com, en cambio, tiene un catálogo muy centrado en juegos clásicos.
Finalmente, el segmento más nuevo del mercado— y a la vez el más grande— es el móvil. Contra toda lógica aparente, los juegos para celulares movilizan más dinero que los de consolas o computadoras. Sin embargo, cuando tenemos en cuenta que todo el mundo tiene un celular en el bolsillo— y es, por lo tanto, un potencial jugador— es que cierra la ecuación. Además de clásicos casuales como Candy Crush y sus clones, la escena de los juegos móviles incluye algunos realmente sofisticados como Genshin Impact— un juego de rol que nada tiene que envidiarle a las mayores superproducciones de plataformas “serias”— o incluso las versiones móviles de franquicias clásicas como Call of Duty o Diablo.
Otro punto a favor de los juegos móviles es su baja barrera de entrada: en general los juegos para celulares más exitosos son gratis. Y de nuevo, no sólo los casuales, hay juegos “free to play” con altísimos niveles de producción. ¿Y cómo se sostienen? Bueno, si bien los juegos son gratis para jugar, ofrecen opciones de compras dentro de la aplicación a través de microtransacciones, que a la larga son más redituables que vender el juego completo. Un sistema particularmente problemático es el de los “gachas”, utilizado por ejemplo por Genshin Impact: para desbloquear contenido— por ejemplo, nuevos personajes o nuevas armas— debemos hacer una tirada en una tragamonedas. Algunas tiradas pueden ser gratis— por recompensas obtenidas jugando— pero para seguir tirando es necesario pagar.
Para quienes tengan problemas de ludopatía o personalidades adictivas este sistema puede ser tan perjudicial como una visita al casino. Si bien la mayoría de los jugadores jamás pone un peso en el juego, existe una minoría intensa que puede llegar a gastar miles y miles de dólares. Consejo: si pensás que podrías tener un problema con este tipo de modelo económico, nunca dejes una tarjeta de crédito tradicional en el juego. Hacé tus pagos con una tarjeta de crédito prepaga, de manera de controlar tu presupuesto.
¿Y hacia el futuro? Hay dos avances tecnológicos que podríamos pensar como mercados separados, aún si todavía son muy pequeños. El primero es el de la realidad virtual. Se trata de juegos para PC, consola o incluso móviles que están diseñados para jugarse con un visor especial, generando una sensación de inmersión. Es un segmento pequeño pero que lentamente va ganando más adeptos a pesar del escollo que representa el requisito de un periférico adicional. Por otro lado tenemos el cloud gaming, los juegos en la nube. En este caso, el dispositivo que utilizamos para visualizar nuestra partida actúa solo como “receptor tonto”, mientras que el juego corre en una supercomputadora a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. Google intentó meterse en este segmento con su consola Stadia, pero resultó un fracaso. Todos los fabricantes de consolas actuales tienen algún tipo de aproximación a esta tecnología, al igual que el fabricante de placas gráficas Nvidia con su servicio GeForce Now. Sin embargo, todavía es un mecanismo marginal.
El de los videojuegos es un mercado gigantesco, pero que a la vez sigue creciendo y mutando. Nunca fue tan enorme como ahora, pero a la vez nunca fue tan fácil entrar. Todas las semanas hay nuevos lanzamientos, entre los grandes tanques de la industria y las joyitas independientes. Si no sos parte— o no creés ser parte—, o si dejaste de jugar y ahora te tienta volver: no hubo mejor momento para dar tus primeros pasos. No importa si tenés la última consola, una PC gamer equipada con la última placa de video, una laptop de la década pasada o solo un celular, SEGURO que hay algún juego excelente esperando a que lo descubras.