Fabián Martínez Siccardi: “Somos las narraciones que heredamos, que creamos y que cambiamos a lo largo de la vida”

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ENTREVISTA LITERARIA

Fabián Martínez Siccardi: “Somos las narraciones que heredamos, que creamos y que cambiamos a lo largo de la vida”

26 Marzo 2023

Agencia Paco Urondo dialogó con el escritor Fabián Martínez Siccardi por la reedición de su novela Patagonia iluminada, editada por La Crujía. Además escribió Bestias afueras, (Premio Clarín de Novela 2013), Perdidos en la noche (2017), Los hombres más altos (2021). Y los  ensayos autobiográficos Patagonian Fox (2018) y Feeling Southern (2019) en los que explora su conexión con la meseta patagónica, con los tehuelches y mapuches.

AGENCIA PACO URONDO: Luego de 10 años se vuelve a reeditar Patagonia iluminada, hay un nuevo público y generación que se renueva en su lectura. ¿Qué es lo que te llevó a escribir la novela y cuál es su objetivo? 

Fabián Martínez Siccardi: Escribí Patagonia iluminada para probar cómo era hacer una novela, la “primera novela”. Llevaba años escribiendo relatos cortos y quería lanzarme a un formato más largo. El objetivo, si es que hay un objetivo al escribir una novela, era rescatar y resignificar historias de infancia, mis experiencias de chico en una estancia en el sur de la Patagonia. 

APU: Amanda, uno de los personajes principales en su travesía por saber qué pasó con su padre viaja hasta el lago Cardiel, donde se va a reencontrar con su historia personal. ¿Por qué ese reencuentro con el pasado y qué representa el Lago Cardiel?

F.M.S.: En el lago Cardiel está la estancia que compraron mis abuelos hacia 1940. Una estancia enorme y a su vez pobre, ya que hacen falta miles de hectáreas en la meseta patagónica para que una familia pueda sobrevivir de la cría de ovejas. De hecho, en la actualidad la mayoría de las estancias alrededor del lago y en toda la zona aledaña están abandonadas. Un proyecto de colonización fallido. En esa estancia pasé los veranos de mi infancia y adolescencia y allí compartí tareas de campo, charlas y juegos de naipes con peones, algunos de los cuales vivieron y trabajaron durante décadas con mi familia, que se convirtieron en parte de mi familia, hombres que me trataron con un enorme cariño. Mucho tiempo después, cuando ya habían muerto o se habían marchado lejos, descubrí que pertenecían a pueblos originarios, mapuche o tehuelche, y que no se identificaban así por vergüenza y miedo a la discriminación.

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Tapa patagonia iluminada

APU: Las tres novelas Bestias afuera, Patagonia iluminada y Los hombres más altos, tienen la particularidad de que la trama se desarrolla en la Patagonia. Te escuché decir en una entrevista que hay que mirar a la Argentina desde la Patagonia ¿Qué significa eso?

F.M.S.: La Patagonia fue el escenario de uno de los mayores genocidios cometidos por el Estado argentino. Una nación joven, con una Constitución recién escrita, avanza sobre territorios que, en sus propios libros de geografía de la época, se consideraban “extranjeros”. Bajo la dirección de Roca, el ejército argentino avanza, celebra pactos que sabe de antemano no va a cumplir, sigue avanzando y manipulando y en ese avance mata, viola, toma prisioneros y los obliga a marchas forzadas de cientos de kilómetros para luego instalarlos en campos de concentración (de los que hubo varios, el más importante en la isla Martín García). Esos prisioneros se convierten eventualmente en mano de obra esclava y terminan en casas o estancias de la oligarquía que los invadió y los apresó. En términos actuales de población, estamos hablando de casi un millón de personas.

Nada de esto está en la historia “oficial”, si bien quedó por suerte documentado en los archivos de la Armada, del Ejército, de las congregaciones religiosas que participaron como evangelizadoras y muchos otros sitios. Hace años que un grupo de académicos está haciendo una profunda investigación y recopilación de esos registros. Mirar a la Argentina desde la Patagonia nos permite ver con claridad este genocidio y entender lo que sucedió después del genocidio, lo que quedó, las resistencias. Hablo de las reemergencias yagán, sel´knan y tehuelche, entre otras, y de la nación (o plurinación) mapuche (tanto del lado de lo que ahora es Argentina y Chile). Sin entender ese genocidio tampoco se entiende la matriz de nuestro pasado colonial fundada en la discriminación racial hacia pueblos originarios y afrodescendientes, una matriz que sigue absolutamente vigente hoy en día.

APU: Hay otro personaje importante en la novela que se llama Cayuke que se lo describe como un indio tehuelche. ¿Cómo se originó el personaje? ¿Por qué escribir literatura sobre los pueblos originarios?

F.M.S.: Cayuke aparece en la novela por el interés inicial, incipiente, que tenía por los pueblos originarios. Ese interés luego crece, a partir de enterarme que los hombres de la estancia de mis abuelos eran originarios, y me lleva a escribir Los hombres más altos, que es una novela específicamente sobre los tehuelche.

“Mirar a la Argentina desde la Patagonia nos permite ver con claridad este genocidio y entender lo que sucedió después, lo que quedó, las resistencias”.

APU: Está latente el conflicto mapuche en el sur por las tomas de tierras. ¿Qué opinión tenés al respecto? 

F.M.S.: Si se conociera la historia del genocidio que mencioné antes, se entendería mejor el tema de las “tomas” de tierra. Pero como hay un vacío histórico, se puede decir cualquier cosa, como que los mapuche son chilenos, cuando habitaron lo que ahora se conoce como territorio argentino desde hace muchos más siglos que los europeos. También se puede hablar de “toma de tierras”. Desde un punto de vista histórico, ¿quién toma la tierra a quién? Por otra parte, hay tratados internacionales, como el Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales, que Argentina suscribe, que otorga derechos particulares a estos pueblos. La mayoría de la recuperación de tierras en Patagonia en estos momentos se está dando dentro del sistema judicial del Estado argentino.

Pero el vacío histórico es aún muy grande y permite que un político argentino diga: “Por suerte tuvimos un Roca”, y no pase nada, o casi nada. Imaginemos que pasaría en Alemania si un político dijera ahora: “Por suerte tuvimos un Hitler”.

APU: ¿Qué es la literatura y para qué sirve?

F.M.S.: La literatura no sirve para nada y sirve para todo. Es inútil y es imprescindible. Somos las narraciones que heredamos, que creamos y que cambiamos a lo largo de la vida. La literatura es la belleza de esas narraciones.