Julián Axat: los perros del cosmos toman el cielo por asalto
Por Boris Katunaric
Fractura, suplemento literario de AGENCIA PACO URONDO, entrevistó al escritor Julián Axat para conversar sobre la salida de su nuevo libro de poemas publicado por Ediciones en Danza, y su relación con la carrera espacial.
AGENCIA PACO URONDO: Lo que sorprende (y no al mismo tiempo) son estos territorios que tienen que ver con el espacio, con la ciencia ficción, con algo no tan terrenal y que esta vez se materializa en Perros del cosmos. Retomás la carrera espacial entre EEUU y la URSS. ¿Cómo llegaste a esta temática, cómo la empezaste a laburar?
Julián Axat: En realidad no es un libro atravesado por la ciencia ficción, como sí lo fue Cuando las gasolineras sean ruinas románticas porque no estoy imaginando un futuro, de lo que estoy hablando es de un pasado, en función de la tecnología de ese pasado y de un contexto político como fue, en principio, la guerra fría que surge después de la segunda guerra mundial y empieza la carrera espacial. Y como esos cambios tecnológicos que provocan o producen esta búsqueda del espacio y salir de la esfera terrestre a través de plantas y animales primero, y seres humanos después, hombres primero y luego mujeres. En este cruce están vinculados mis libros anteriores porque, en ese registro con el pasado, el desafío de lo humano y lo revolucionario de la búsqueda del cielo también está atravesada con mi historia y la de los desaparecidos. Con alcances que resumían, en esa épica, tanto del lado americano como del soviético, que es la búsqueda de tomar el cielo por asalto. En el lado ruso con una épica vinculada a la gran hazaña de la revolución, que es la que está vinculada a la búsqueda del hombre nuevo. La revolución del 17 es también la toma del palacio de invierno, que es de algún modo la toma del cielo. La toma de ese palacio implica un salto crepuscular. La revolución y las grandes transformaciones del siglo XX están vinculadas al cielo como metáfora.
Hay muchos pensadores que retomé que hablan de esto. Hay uno, Auguste Blanqui, un revolucionario de la comuna de París que lo meten preso después del intento fallido de la comuna y escribe un libro de astronomía y poesía, que es la búsqueda de los revolucionarios de otros mundos. Del lado americano también lo mismo, porque la contracultura americana de la década del 50 y 60, de la mano de Jack Kerouac, de los beatniks, Bob Dylan, Patti Smith, hay una búsqueda en la poesía americana del siglo XIX de Whitman, hay un deambular y una búsqueda por los espacios. EEUU se construyó en un mito imperial y en ese mito buscó las estrellas, su bandera lo dice. Se constituyó a partir de 1776, en esa revolución que lo independiza como colonia inglesa buscó los caminos de la libertad, y su búsqueda también fue la luna. Tenían un deseo más fuerte, en la épica americana también se juega el asalto del cielo.
A mí me interesaban esos dos mitos, contraponerlos. Los rusos mandaron primero perros al espacio, mandaron a Laika y los americanos decidieron mandar monos. Cada potencia estaba obsesionada con su animal. Los americanos tienen una obsesión con los simios extraordinaria…
APU: El planeta de los simios…
J.A.: El mono Ham, que fue uno de los primeros que mandaron a la estratósfera, ellos no querían mandar perros, creían que el primate, del cual deberíamos descender bajo esa teoría neodarwinista, el simio era el ser más inteligente después del hombre. Bueno, los rusos mandaron perros de la calle. Y esa contraposición de épicas y mitos también se juegan los modos de los seres vivientes que mandan al espacio. Después los americanos mandaron hombres, fue con varones, la NASA siempre fue un club de hombres, hasta que las primeras mujeres desafiaron a la propia estructura burocrática de la casa blanca, impedía que esas grandes inversiones debían incluir a mujeres que también tocaran el piso de la luna. Los rusos fueron pioneros, primero mandaron a Gagarín que fue el primer hombre, pero en seguida mandaron una mujer. Valentina Tereshkova, que llega a la tapa de mi libro con esa razón. Los rusos le marcaron la cancha con una mirada feminista al desafío espacial. Tereshkova también marcó el camino de las mujeres en esa búsqueda. Yo elegí la tapa como anunciando un cambio de paradigma. Hay un poema que está dedicado al viaje a Marte y es lo que se está planteando ahora, que los hombres no tienen que llegar primero sino las mujeres, que la primera en pisar el suelo de Marte debe ser una mujer. Es el proyecto Artemisa. Le dediqué ese poema a Juan Gelman, dice que la construcción del proyecto Artemisa es la contraparte del Apollo 11 hecha por hombres. A la luna llegaron tres hombres y, de pronto, dicen que en el año 2024 la NASA llegará con el programa Artemisa con mujeres que pisarán el suelo de Marte, mujeres pioneras.
APU: Hay algo muy interesante en el libro, lo llenás de imágenes, de archivo. En el prólogo lo llaman “La intervención en el archivo como disloque”, el registro documental ayudando al poético.
J.A.: La reescritura de los archivos es algo que ya había hecho en Musulmán o biopoética, que es uno de mis primeros libros. Lo que hacía era reescribir poemas en función de notas periodísticas que contaban la historia de pibes chorros que yo había defendido. Ahí empiezo a ejercitar ese tipo de forma, de búsqueda entre la poesía y el archivo. Acá decidí hacer lo mismo, volví a probar con este registro, lo que hice fue buscar materiales sobre la conquista espacial, busqué bastante en bibliotecas, compré muchos libros, adquirí algunas revistas de época, la Time. De la épica rusa también tenía algunas láminas, algunos dibujos, hay varios libros que consulté sobre la carrera espacial, uno de ellos me ayudó a ponerle título al libro porque uno de sus textos principales hablaba de los perros del cosmos. Dice algo así como que Laika y los perros que mandaron al espacio necesitaban continuadores, que debían ser seres humanos. Laika era una perra vaga que la encontraron en la calle, vagueando por Moscú. Ella era inteligente porque tenía esa capacidad de supervivencia de un perro de la calle. Los cosmonautas deben ser también unos vagabundos, con esa capacidad de supervivencia, con esa capacidad de poder vivir aislados, encerrados, comiendo de un pomo de una pasta dentífrica, eso que sólo puede tener alguien que la padeció en la calle. Habla de Gagarín como un campesino bastante tosco que después se convirtió en rock star cuando bajó de su nave.
APU: Además que el título Perros del cosmos suena a despectivo y si le sumamos que el cosmonauta debía ser un vagabundo, que anda siempre cagado de hambre y que tiene andar rebuscándosela, me hace acordar a muchos poetas, también…
J.A.: Totalmente, el perro del cosmos es una persona que se ha construido en un medio salvaje y que ha logrado construir una capacidad de aprendizaje que una persona común y corriente no logra. El perro de la calle puede estar días sin comer, puede sobrevivir a muchas austeridades del clima. La metáfora de los cosmonautas es también una metáfora de los poetas.
APU: En eso aparece una persona que queremos mucho, que es Alberto Szpunberg.
J.A.: Alberto fue una de las influencias del libro como también lo fue en Las gasolineras. En el libro del cometa ya empieza a investigar sobre estas cuestiones cosmonáuticas, por eso lo homenajeo en esta búsqueda de las estrellas o de la tecnología rusa o la denominación de los cuerpos celestes, parte de la semiología astronáutica, por qué a los cuerpos celestes se les pone nombres determinados y cómo funciona el sistema de nomenclatura.
APU: En tu anterior libro y en este también, tratás el tema de las nomenclaturas retomando a Ana Diego, la estudiante de astronomía platense cuyo nombre lleva un asteroide. Ahí hay una profundización temática.
J.A.: Viste que el sistema de denominación depende de una cuna de notables y de una capacidad de propuesta. Tipo un premio Nobel. Creo que todos esos sistemas de denominación son poéticos, de alguna manera está vinculado al trabajo de la poesía. Hablábamos en la entrevista anterior que cada uno de los desaparecidos merecía un cuerpo celeste, no sólo porque podrían estar viviendo ahí sino porque también es hermoso nominar cuerpos celestes con los nombres de los muertos, de los desaparecidos.
APU: Retomando lo de la revolución, es muy interesante lo del cosmonauta cubano, es una anécdota muy hermosa.
J.A.: Conseguí el libro Un cubano en el espacio que son los diarios de este cosmonauta cubano, creo que fue escrito hace diez años. Me parece que resume también el sueño latinoamericano del espacio. Es también el sueño del Che Guevara. Tamayo Méndez lo que quería era cumplir el sueño del Che, que también estaba vinculada hacia lo estelar. La revolución para el Che también estaba vinculada a las estrellas. Al ser el primer cosmonauta cubano en llegar al espacio creo que llevó el sueño de muchos revolucionarios cubanos.
APU: También la aparición del poeta Leonel Rugama tiene un peso importantísimo en el libro.
J.A.: El libro es un homenaje a Leonel Rugama, todos los poemas adoptan el criterio del archivo pero además tienen el método Rugama. El poema de Rugama es “La tierra es un satélite de la luna” y decidí copiar el sistema de Rugama en cada poema. Este sistema es bastante matemático de estrofas donde él construye un verso y después vuelve a repetir alguno de los sustantivos o verbos del verso anterior. Rugama además de poeta y revolucionario era profesor de matemáticas y sus poemas tienen la característica matemática. Si uno ve cómo iba construyendo la enumeración de los sustantivos y los verbos, y va viendo que coloca los elementos como si fuera una aritmética o una ecuación. Yo quise hacer lo mismo con los poemas de Perros del cosmos, era una manera de hacerle un homenaje, me planteé reescribir todas las veces posibles “La tierra es un satélite de la luna”, esa fue el arte poética. La idea de Rugama es que en realidad toda la inversión tecnológica que hicieron EEUU y la URSS para llegar a la luna fue ridícula en términos del sub desarrollo, el hambre de los pueblos del tercer mundo, expectantes ante semejante despilfarro en tecnología y que, de todos modos, fue hermoso. A pesar de lo cruel que significa mostrarle al mundo lo que significa gastar guita en la guerra misilística, atómica y aeroespacial, a pesar del hambre que generaron todas esas inversiones, fue hermoso. Y él queda como extasiado pese a que es asesinado después de escribir este verso.