Laura Rosato: “Borges apelaba a que el lector no puede ser obligado a leer, una forma de felicidad es la lectura”
Por Camilo Carbonelli
El 24 de agosto se cumplieron 121 años del nacimiento de Jorge Luis Borges y ese día se conmemoró el Día del Lector. La Biblioteca Nacional en conjunto con el Centro de Historieta y Humor Gráfico Argentinos y el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges lo celebraron en forma virtual en las redes sociales con el hashtag #LectoresdeBorges, convocando a los lectores y a diversas personalidades de la cultura a que relaten su cuento favorito a través de un video o dibujo para componer una muestra virtual. Además, artistas e ilustradores de la narrativa gráfica difundieron obras inéditas.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo fue la infancia de Jorge Luis Borges y qué influencia tuvo de su padre?
Laura Rosato: Me baso desde lo que nos cuenta Borges, me parece que cuando uno hace un relato de su propia vida es un recorte muy literario, muy mitológico de su propia tradición y me parece que es ajustado en este momento, porque su infancia transcurrió, como él decía, detrás de las rejas. Heredó la biblioteca inglesa de su padre, esa fue su primera biblioteca, su educación fue lectora y recibe la tradición de literato de su familia paterna. Es una infancia de un niño lector, pero también de un niño imaginativo, está en los juegos con su hermana Norah que era una pintora muy famosa, donde recreaban un mundo personal. En una charla con Maria Kodama nos decía que ambos se escribían, se dibujaban y que en algún momento se pusieron de acuerdo y dijeron “vos escribís y yo pinto” para no competir entre ellos. Esencialmente fue una infancia lectora y después algo que lo marcó mucho en la adolescencia fue la enfermedad de su padre en los ojos que lo llevó a un tratamiento médico a Europa donde pasa un largo tiempo, y parte de su educación se formó en Ginebra, Suiza.
APU: Borges trabajó como bibliotecario en la Biblioteca Miguel Cané y luego fue director de la Biblioteca Nacional. ¿Cómo fue ese proceso?
L.R.: Son dos momentos muy diferentes, uno es Borges en la Biblioteca Miguel Cané, que es un trabajo que consigue después de que muere su padre. Borges necesitaba trabajar y le consiguen un empleo como primer oficial en la Biblioteca, lo cuenta como un momento bastante tortuoso, una incomprensión del entorno hacia él, sus compañeros le dicen que no trabaje tan rápido y que aproveche para leer. Hace, también, de desiderata de libros, esa fue su experiencia como trabajador. Una época muy rica creativamente entre 1938-1946 en la Biblioteca Miguel Cané. Es un Borges que escribe y sus mejores cuentos están escritos en ese periodo como "Borges trabajador".
En la época de la Biblioteca Nacional es muy diferente porque llega muy consolidado como funcionario, como director e intelectual de la mano de la Revolución Libertadora. Lo que hay que decir es que trasciende ese rol como funcionario por lo cual queda 18 años al frente de la Biblioteca Nacional, esa fue la explosión de Borges en el mundo, su fama es mundial a partir de que asume en la Biblioteca.
APU: En la época del peronismo se generó polémica con Borges donde una generación casi completa se lo pierde y no se le permitió experimentar su literatura por el simple hecho de que era incorrecto en sus ideas políticas. ¿Cómo fue su relación con el peronismo?
L.R.: Borges era el intelectual de la Revolución Libertadora, eso es crucial en este punto. Borges tenía una especie de posicionamiento político muy anterior al peronismo, que luego el peronismo lo pone de manifiesto. Era una anarquista extensenario, él siempre decía que el ideal político es donde el Estado sea lo mínimo y el individuo lo máximo. Tiene un posicionamiento muy fuerte en ese sentido, ahí es donde al peronismo lo ve como un movimiento de masas, en la cual está en contra de ese tipo de manifestaciones, de formas de organización populares, en el más sentido filosófico.
Durante el peronismo la madre y la hermana de Borges fueron detenidas y perseguidas. Me parece que como todo una generación se ve traspasado, no era fácil mantenerse neutral con el peronismo, era estar a favor o en contra y él claramente está en contra y se expresa cada vez que puede, firma solicitadas, se organiza, es un militante en contra del peronismo y eso influyó negativamente a posterior en la lectura de su obra, hay toda una generación que lo lee sesgadamente o lo lee con prejuicios.
APU: Borges en un principio apoyó el golpe militar de 1976 y luego en plena dictadura fue muy crítico, ¿se arrepintió?
L.R.: Una de las cosas que se dice de Borges es que apoyaba a los militares, existe esa reunión de Borges con la cúpula militar, pero también estaba Sábato, entre otros, en esa reunión que van a pedir por los escritores. Borges admiraba el honor, la tradición y la gesta militar por el hecho que su familia era de tradición militar, pero también Borges estuvo presente en una de las audiencias del juicio oral a las juntas militares y firmando una solicitada junto con las Madres de Plaza de Mayo en plena dictadura. También escribe un texto que para mí es poderosísimo sobre el juicio y el horror de las víctimas, manifiesta claramente de lo que él escuchó, no tiene nada que ver con el coraje y con el honor de los militares, justamente lo que sintió es que son cobardes juzgados, pero con el derecho a tener abogados y a tener juicio. Le impresionaron los testimonios de las personas. Esto tiene un valor extra, hubo un cambio que le produce un shock muy importante en su vida.
APU: ¿Qué prejuicios hay sobre la obra de Borges?
L.R.: Lo que sucede es que Borges entró en otra categoría, hubo momento en que estaba presente en todos los medios de comunicación, prendías la televisión y estaba Borges, era un rock star, esto le pasa a muchos clásicos que la gente no los lee, pero sabe de qué se trata. O sea, si vos preguntás en la calle cuántos leyeron El Quijote, cuántos leyeron La Divina Comedia, muchos quizás no los leyeron, pero todo el mundo puede decir: esto es dantesco, esto es quijotesco, sin embargo pueden aplicar bien el adjetivo. Lo mismo sucede con lo borgeano, dicen esto es borgeano y vos sabés a qué se está refiriendo cuando se dice eso por más que no lo hayas leído. Esto pasa con los clásicos que no están tan leídos como si son conocidos. Otro prejuicio que hubo sobre la obra de Borges es que para leerlo uno tiene que haber leído mucho y saber mucho, porque es una autor de la elite y eso es falso, porque es un lector ávido y también muy generoso, lo mismo como escritor, porque comparte todo lo que ha leído con sus lectores y lo comparte de una manera humana y casi sentimental, de una manera que apela al sentimiento, entonces me parece que es una buena experiencia, además un buen iniciador en otras lecturas.
APU: Borges planteaba que leer un libro no debe requerir un esfuerzo…
L.R.: Claro, no tiene que esforzarse si uno no siente el placer, si a uno no le gusta apenas lo empieza a leer no hay que obligarse. Un poco esa es la idea que nosotros tenemos en esta convocatoria para los lectores, recuperar esa cosa del goce, el lector es alguien que disfruta, crece con la lectura. Borges todo el tiempo apelaba a eso, a que el lector no puede ser obligado a leer, una forma de la felicidad es la lectura.
APU: ¿Cuánto significó e influyó su ceguera?
L.R.: Al ser una enfermedad hereditaria y que él preveía, tuvo toda una vida para prepararse para ese destino. No sé qué pensó íntimamente al verse privado de la vista. Al principio me imagino que debió ser frustrante como lector. Primero, se nota una diferencia en sus lecturas por la ceguera, va dependiendo de alguien que le lea. Segundo, sabemos que cuando nos leen no es igual que cuando uno lo hace, la lectura para uno mismo, silenciosa, es un acto de intimidad, donde las palabras se forman en la mente, es otra experiencia. Después de quedarse ciego se centra más en la poesía porque tiene un ritmo y una cualidad nemotécnica, le era más fácil escribir poesía que cuentos o ensayos. Me imagino debe haber sido muy duro perder la vista, pero para beneficio de sus lectores tiene cosas maravillosas escritas en torno a la ceguera, tiene el poema que lo relaciona con las bibliotecas, el "Poema de los dones", que logra sintetizar las dos cosas, por un lado como se le da simultáneamente la gloria personal y al mismo tiempo la pérdida de la vista. Tuvo dignidad con respecto a perder la vista, nunca se mostró como el lector privado de la lectura sino que a partir de que pierde la vista pasa a ser Homero, es el poeta ciego y ahí hay una dignidad para ese momento.
APU: En una entrevista cuenta Borges que vivir sin odio es fácil porque vivió sin tener odio.
L.R.: Cuando uno estudia una persona inevitablemente se acerca al ser humano, sobre todo cuando uno lee sobre lo que esa persona lee; yo trabajo con sus guías de lecturas, claramente siento una amistad, un cariño muy fuerte por él, me parece una persona que tenía un carácter importante y una persona con una dignidad, un honor. Me parece totalmente creíble que haya vivido sin odio, más allá de la picardía, la maledicencia. Pienso que todo los lectores del Borges de Bioy Casares tuvimos una visión del Borges con una réplica inteligente, rápida, a veces un poco mordaz, puede confundirse eso con cierta malicia, pero la verdad me parece que alguien con ese sentido de honor y dignidad no puede estar presa del odio, realmente. Era muy modesto y austero.
APU: ¿Tanto un escritor como un lector debe ser un erudito en Borges?
L.R.: No un escritor para mí, todo el mundo debería darse el placer y el gusto de leer a Borges, me parece que debería ser ineludible, no obligatorio pero si ineludible. Se debería leer porque es maravilloso, siempre tiene algo que está bien, siempre tiene ese sentido del humor, pero al mismo tiempo esa profundidad, le habla a todos los seres humanos realmente, es como un teólogo. No sé a un escritor como le funciona, me imagino que ser escritor y estar en la misma tradición literaria que Borges debe ser acojonante, es difícil escribir después de él, pero me remito a que hay muchos que lo hacen así, que mal no está, es una experiencia enriquecedora siempre en todo contexto.