“’Ni es cielo ni es azul’ es una novela compleja, como una zamba: el hombre y la mujer se buscan y se huyen a la vez”

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    Fernando Blasco
ENTREVISTA

“’Ni es cielo ni es azul’ es una novela compleja, como una zamba: el hombre y la mujer se buscan y se huyen a la vez”

24 Noviembre 2024

Fernando Blasco Martínez es un escritor argentino que actualmente vive en París. Acaba de publicar su nueva novela, Ni es cielo ni es azul, bajo el sello de Equidistancia, una editorial que refleja la riqueza de muchos escritores de habla castellana que han elegido vivir en culturas diferentes, permitiendo visualizar a escritores migrantes.

Fernando Blasco nos cuenta que, en su adolescencia, era refractario a la literatura, aunque luego comenzó a escribir poesía y cuentos. Tras graduarse como locutor y periodista en los años 90 en ISER, decidió conocer el mundo. Se instaló en Barcelona, donde vivió durante mucho tiempo trabajando para subsistir. Como periodista innato, encontraba interesante todo lo que lo rodeaba. A los 30 años se lanzó a escribir su primera novela, Los suicidas no van al cielo (2001). Entre sus obras se destacan Padre Santiago (2003), Al sur del cielo (novela en blog), Las demás estrellas (2013) y Y hace muchos más que te olvidas de mí (2015). Actualmente, lleva adelante un proyecto de entrevistas llamado Café Zoom, que ya supera las 50 emisiones.

Agencia Paco Urondo: ¿Te seguís informando sobre lo que pasa en Argentina? ¿Qué cambios notás?

Fernando Blasco Martínez: Te diría que incluso más de lo que debería. Tengo una vida paralela en Argentina a través de los medios de comunicación: escucho radio, leo entrevistas, veo programas… Estoy muy actualizado, aunque a veces siento que puede ser un problema para mi salud mental. Los cambios han sido muchos. Viví todo el kirchnerismo, que llegó con sus cosas buenas y malas. Más allá de la política, era casi una visión filosófica de la vida. Ahora está cambiando hacia otro lado. Sin embargo, algo que quiero destacar es que hay cosas que permanecen, como la solidaridad, el interés por la Cultura… ¡y El Cuartito, la pizzería en la calle Talcahuano!

APU: ¿Cómo surgió el proyecto Café Zoom en el que realizás entrevistas por YouTube?

F.B.M.: Siempre me gustó el formato de entrevista. Durante la pandemia, viviendo en París, hacer radio era muy difícil. Se me ocurrió crear un programa de entrevistas por Zoom, grabarlo y darle un formato televisivo. Son charlas de 15 o 20 minutos con imágenes intercaladas. Al principio, tenía un buen ritmo, pero después nacieron mis mellizos, que ahora tienen 3 años, y bajé la frecuencia a una por mes. Entrevisté a personalidades de la cultura como Miguel Cantilo, Atilio Borón, Sole Giménez y Maike Martin, entre otros. Es un gusto personal; no vivo de esto ni mucho menos.

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Tapa ni es cielo ni es azul

APU: ¿Cómo surgió la idea y la trama de Ni es cielo ni es azul?

F.B.M.: La idea nació en una charla con mi mujer, Julia Karp. Ella es artista plástica, fotógrafa y cantautora. Me sugirió: "¿Qué pasaría si un escritor desconocido fuera a conocer a un lector?". A partir de ahí, empecé a trabajar en la historia. Me gustó localizarla en París porque suelo ambientar mis novelas en Barcelona. En esta historia, un escritor argentino radicado en París conoce a una chica que vive en el interior de Argentina. Me pareció interesante contraponer dos formas de vida: el prestigio y las luces de París frente a la tranquilidad de un pueblo pequeño como Villa Totoral, en Córdoba.

APU: ¿Por qué el protagonista, Nicolás, duda constantemente sobre si es o no un escritor?

F.B.M.: Cuando uno empieza a escribir, se pregunta: "¿Cuándo me puedo llamar escritor? ¿Cuando escribo un poema, cuando publico una novela, cuando me leen muchos o pocos?". Esa es la duda de Nicolás. Él empieza a sentirse escritor recién cuando Cecilia, su lectora, lee su novela. Para mí, la obra artística se completa con el espectador, el lector o el oyente.

APU: En la novela, Nicolás enfrenta dificultades para encontrar una editorial. ¿Esto refleja la realidad de muchos escritores?

F.B.M.: Absolutamente. En mi caso empecé a enviar hace tres años, antes no formaba parte y no era un gran interés publicar, pero fueron a muchas editoriales. Por suerte, la respuesta fue negativa, pero vayamos a otro caso como Paul Auster, por ejemplo. Envió su primera novela a 17 editoriales antes de que alguien aceptara publicarla. Encontrar a alguien que sepa ver el potencial de un texto es un desafío.

APU: ¿Cómo es tu proceso de escritura?

F.B.M.: Hoy en día, con dos hijos de tres años, escribo una hora por día, temprano por la mañana. Avanzo una página diaria, como mínimo. Es una necesidad física. Para una novela, primero creo un "esqueleto", con títulos de capítulos como resúmenes. El proceso consiste en escribir hasta que la idea toma forma y encontrar mi propia voz, sin intentar imitar a otros autores. Luego se desarrolla el oficio de escribir cada día, es como hacer gimnasia se te va haciendo cada vez más fácil, después lo que sale le puede gustar a uno o no. Uno tiene que encontrar su propia voz y tiene que superar la etapa de querer demostrar que sabe escribir. Uno tiene que escribir de manera natural en el sentido de lo que uno quiera transmitir y no empezar a escribir como Cortazar, es encontrar su propia voz y el ritmo de la escritura.

APU: ¿Quién es Cecilia y cuál es su relación con la literatura?

F.B.M.: Cecilia es una mujer que siente que su vida en Quilmes ya está escrita, como si no tuviera margen para escapar de su destino. Decide mudarse a un pueblo del norte de Córdoba. Para ella, la literatura es una forma de buscarse a sí misma y encuentra refugio en las novelas. Le gusta mucho leer a Eloy Martínez y Ramiro Sáenz. Los libros la acompañan y suavizan su soledad.

APU: La novela toca temas como el exilio, la soledad, los vínculos y las relaciones. ¿Cómo definirías esta obra?

F.B.M.: No sabría definirla con precisión. Es una novela compleja, con varios temas que se entrelazan. Intenté que no chocaran entre sí. Si tuviera que describirla, diría que Ni es cielo ni es azul es como una zamba: el hombre y la mujer se buscan y se huyen a la vez. Esto no solo aplica a los protagonistas, sino también a los dos mundos que mencioné antes: París, con su prestigio y su vida urbana, frente a la tranquilidad y el silencio de Villa Totoral.

“En todas mis novelas hay un personaje que vive fuera de su país, un desengaño amoroso o el deseo de regresar”.

APU: ¿Tiene algo en común Ni es cielo ni es azul con tu otra novela, Y hace mucho que te olvidas de mí? ¿O hay diferencias?

F.B.M.: Lo que tienen en común es que ambas transcurren en París y hay un componente amoroso. Pero cada historia es distinta. Aunque creo que, como escritor, uno siempre escribe más o menos sobre los mismos temas. En todas mis novelas hay un personaje que vive fuera de su país, un desengaño amoroso o el deseo de regresar. La diferencia principal es que en Ni es cielo ni es azul las historias se entrelazan de manera más compleja que en mis novelas anteriores, donde las tramas solían desarrollarse en paralelo y encontrarse en un punto.

APU: ¿Presentaste la novela en París o Buenos Aires?

F.B.M.: La presenté en París, en el Congreso de Literatura Hispanoamericana. También estamos planeando una presentación en enero, en Barcelona. En Buenos Aires todavía no lo tengo definido, pero me encantaría presentarla en la Feria Internacional del Libro, por lo que representa.

APU: ¿Cómo ves el periodismo actual, tanto en Europa como en Argentina?

F.B.M.: En ambos lugares el periodismo está atravesado por lo que Jorge Lanata llamó "la grieta". Los medios no buscan informar, sino defender una ideología, un político o un proyecto. Es lamentable. Hoy parece que en lugar de contarte lo que sucede, los medios te dicen cómo tenés que pensar. Hay pocos periodistas respetables; la mayoría son propagandistas. En España ocurre algo similar: los medios de derecha atacan al gobierno socialista y, cuando gobierna el PP, callan.

APU: ¿Por qué creés que los medios han caído en la descalificación y los insultos? ¿Esto afecta la salud mental de la audiencia?

F.B.M.: Creo que el dinero y el poder tienen mucho que ver. Sentirse con la razón en la mano es algo muy dulce, y no cuestionarse las ideas propias es más fácil. Esto, sin duda, afecta la salud mental. Hoy en día, uno no puede mirar un noticiero sin terminar enojado o con miedo. Los medios transmiten odio y temor constantemente. Además, creo que esto refleja una caída en la educación, no solo en las escuelas, sino en la formación general de la población. Esto afecta tanto a quienes producen contenido como a quienes lo consumen.