Flashaste machito
Por Boris Katunaric
Flashaste Cumbia nació a finales de 2016. Sus integrantes son de la localidad de Lanús Oeste y alrededores. Se trata de una banda de cumbia pop que aprovechó la ola creciente del género para remontarla, no sólo a través de covers (que es típico de este estilo musical) sino también componiendo material propio. Poco a poco fueron creciendo, presentándose tanto en la noche como en eventos municipales, grabando videoclips y dándose a conocer por entrevistas radiales donde comentaban cómo había surgido el proyecto y cómo se habían conocido.
El martes 19 una indignada publicación de Facebook sacó a la luz el hecho de la cantante femenina, Debora Heppner había sido echada de la banda debido a que su perfil personal no encajaba con lo que el resto quería mostrar, incluyendo la imagen física de la chica. “Una chica rubia y con un buen lomo” (especifica la publicación) es lo que necesitaba el resto del equipo, o su líder Gonzalo Quevedo, sin considerar el talento vocal de Heppner. De hecho, sin ponerlo a razón de juicio.
No se trata de acontecimientos aislados, sobre todo en un momento donde la televisión avala que se le critique a Melina Lezcano (cantante de Agapornis) que baile un reggaetón con ropa grande. Tampoco se trata de un estigma en cuanto al género musical, sino sobre el machismo que opera poniendo el peso de la estética sobre el cuerpo femenino y nunca sobre el del hombre. Es ahí donde hay que poner el foco de la indignación: visibilizando para que las expresiones artísticas se manifiesten en cada tipo de cuerpo, en todos los colores de la voz y que eso no sea condicionante de un “deber ser”. Es evidente que la capacidad artística de una mujer vale mucho menos que su imagen, y aclaremos esto: Debora Heppner encaja perfectamente en la belleza hegemónica que estos chicos estaban buscando. Chicos que han compartido la secundaria con ella. Pero por ser mujer, se le exige (lo inexigible) aún más.