El declive de la Globalización y el fin del orden liberal del comercio internacional

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El declive de la Globalización y el fin del orden liberal del comercio internacional

08 Octubre 2024

Durante los últimos 75 años la globalización impulsada por instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC) fomentó la integración económica y política entre las naciones, promoviendo la prosperidad y la estabilidad. Sin embargo, esta era de interdependencia global está en peligro. Tanto Kristen Hopewell, en su artículo “The World Is Abandoning the WTO”, como Peter Zeihan, analista geopolítico y conocido por predecir el fin de la globalización, destacan señales claras de un colapso inminente del orden liberal del comercio.

La OMC, que alguna vez fue la guardiana de las reglas que gobiernan el comercio global, está perdiendo relevancia. Los fracasos en las negociaciones multilaterales, como las de la Ronda de Doha y los bloqueos en áreas críticas como los subsidios pesqueros y la inversión extranjera, revelan un sistema fragmentado y disfuncional. Según Hopewell, la parálisis del mecanismo de solución de disputas de la OMC, causada principalmente por Estados Unidos, está fomentando un ambiente de desobediencia generalizada a las normas comerciales, debilitando la estructura que mantenía las relaciones comerciales ordenadas.

La Geopolítica del Colapso: Estados Unidos y China a la Vanguardia

En los últimos años, la geopolítica se ha convertido en una fuerza motriz en el declive de la globalización. La rivalidad entre Estados Unidos y China, dos de las mayores potencias económicas, ha llevado al uso de aranceles, subsidios y sanciones que socavan directamente las reglas establecidas por la OMC. Peter Zeihan argumenta que el sistema global basado en cadenas de suministro internacionales y flujos comerciales interdependientes está perdiendo terreno, ya que los países buscan formas de garantizar su propia seguridad económica, en detrimento de la cooperación multilateral.

Estados Unidos, antes defensor del libre comercio, ha adoptado políticas proteccionistas agresivas. Desde la administración de Donald Trump, el país ha impuesto aranceles sobre una serie de productos chinos e ignorado las decisiones de la OMC al paralizar el Órgano de Apelación, una maniobra que permite a Washington evitar la rendición de cuentas por sus violaciones de las reglas comerciales. El gobierno de Joe Biden, aunque más inclinado al multilateralismo en otros campos, ha mantenido las prácticas proteccionistas, reforzando una tendencia hacia la desglobalización.

China, por su parte, sigue subsidiando fuertemente sectores estratégicos y utilizando el comercio como herramienta de coerción económica. Su estrategia de crear dependencia de productos esenciales, como minerales raros y productos manufacturados, representa un desafío directo al orden establecido. El bloqueo de reformas en la OMC, combinado con la resistencia a las negociaciones multilaterales, demuestra que Pekín está más enfocada en proteger sus propios intereses que en apoyar la continuidad del sistema de comercio global.

Fragmentación Global: El Impacto en las Economías Emergentes

El fin de la globalización afecta directamente a las economías emergentes, que se beneficiaron de los flujos comerciales internacionales y de las inversiones extranjeras promovidas por el sistema multilateral. El bloqueo de acuerdos en el marco de la OMC, como el reciente fracaso en las negociaciones sobre subsidios pesqueros, ejemplifica la creciente división entre los países en desarrollo. Naciones como India, Indonesia y Sudáfrica están impidiendo consensos globales en nombre de sus propias agendas, lo que resulta en un sistema de comercio internacional cada vez más fragmentado.

La falta de un mecanismo de arbitraje funcional dentro de la OMC está llevando a muchos países a optar por acuerdos comerciales bilaterales o regionales, debilitando aún más el sistema multilateral. Los ejemplos citados por Hopewell, como el caso de Indonesia, que ignoró la decisión de la OMC sobre las restricciones a la exportación de níquel, muestran que las economías emergentes están dispuestas a desafiar las normas establecidas cuando eso atiende a sus intereses geopolíticos.

El Futuro del Orden Internacional: ¿Un Mundo de Fragmentación y Conflicto?

Zeihan argumenta que el fin de la globalización llevará a un mundo más regionalizado, donde bloques de poder económico y militar competirán por influencia y recursos. Las tensiones entre Estados Unidos y China, así como entre otras grandes economías, ya están desencadenando una nueva era de proteccionismo y competencia económica, con consecuencias globales. El resultado, según Zeihan, será un retroceso respecto al orden liberal, con economías más cerradas y políticas comerciales más nacionalistas.

El riesgo de un colapso completo del orden liberal del comercio, como advierte Hopewell, está relacionado con el creciente desorden en las relaciones comerciales. Con la caída de la OMC y el aumento de disputas comerciales no resueltas, el mundo podría ver un retorno a prácticas mercantilistas que precedieron la Segunda Guerra Mundial, caracterizadas por políticas económicas proteccionistas y una caída significativa en el comercio global.

Un Sistema en Colapso

El declive de la globalización y el colapso de la OMC representan uno de los mayores desafíos para la estabilidad económica global. A medida que Estados Unidos y China lideran el desmantelamiento de las normas comerciales, otros países siguen su ejemplo, priorizando los intereses nacionales sobre la cooperación multilateral. La incapacidad de resolver disputas y lograr nuevos consensos globales marca un punto de inflexión en la economía mundial, que podría llevar a una fragmentación aún mayor y a conflictos comerciales intensificados.

Si el mundo no encuentra una manera de restaurar el respeto a las reglas del comercio internacional, la perspectiva de una nueva era de desorden económico y conflictos geopolíticos será inevitable. Por lo tanto, los llamamientos para reformar y revitalizar la OMC, como sugiere Hopewell, son más urgentes que nunca, pero requieren un cambio fundamental en las actitudes de las principales potencias económicas.

*Abogado y profesor de derecho.