"La población negra es discriminada en todo el mundo, por eso hubo marchas en EE. UU. y en muchos países europeos"
Por Martin Massad y Juan Cruz Guido | Foto Daniela Morán
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo está la situación actualmente en Estados Unidos y qué análisis hace respecto de esto?
Pedro Brieger: Hay algo que empezó a alarmar, casi desde un primer momento cuando apareció la pandemia por el coronavirus, y es que la población afroamericana negra estaba siendo mucho más afectada que los otros grupos étnicos. Además, hay varios grupos de organizaciones no gubernamentales y universidades que comenzaron a hacer un seguimiento sobre por qué la gente negra era la más contagiada y se moría mucho más. De hecho, en prácticamente todos los Estados del país la proporción de población negra afectada y que muere es muy superior a lo que representa en la población total.
Ante esta realidad, se investigó sobre los motivos que estaban causando esto y ahí surgió otra vez la historia de siempre: la esclavitud, la segregación, que viven en los peores barrios, que tienen las peores situaciones habitacionales, menos acceso a la salud, mala alimentación, peores trabajos, mayores posibilidades de contagio. Todas esas cosas que en situación normal se sabían, hacen eclosión con el coronavirus de manera brutal por la cantidad de muertes.
Poco tiempo antes del asesinato de Floyd se habían dado otros dos asesinatos fuertes de personas negras también; por un lado, un joven transexual y, por otro, una joven negra, pero no tuvieron relevancia en la sociedad. En el caso de George Floyd, se pueden dar muchas explicaciones de por qué tuvo esa relevancia: en primer lugar, porque se filmó a pleno día con un celular y se pudo ver cómo el policía blanco mataba a esta persona negra y, además, esta imagen circuló por las redes sociales de manera instantánea. Esto evidencia que ya la gente no depende de los tres canales de televisión que había 50 años, de los dos o tres diarios más importantes o de los diarios locales; de hecho, si nos fijamos en las manifestaciones, te diría que el 90% de las personas que estaba en la manifestación tenía un celular y filma, por lo que la información se viraliza de una manera impresionante, dando esas imágenes la vuelta por todo el mundo, cosa que antes no pasaba.
Lo importante en este caso es que no solo es la población afroamericana la que sale a protestar sino que es mucho más amplio porque está integrada por una nueva generación. Es fundamental tomar esto en cuenta porque muestra que acá hay una nueva generación que tiene entre 20 y 30 años, que fue criada en otro contexto, que no conocen a Martin Luther King y que no conocieron ni siquiera el caso de Rodney King, aquel joven que en 1991 fue apaleado por la policía; un año después, la policía fue absuelta y a raíz de eso hubo una revuelta en Los Ángeles. Agreguemos, por supuesto, la presencia de un presidente abiertamente racista con respuestas muy duras, echando leña al fuego.
APU: ¿Considera que las manifestaciones, las protestas de la gente solidarizándose con el asesinato de Floyd puede traer algún tipo de debilitamiento al gobierno de Donald Trump teniendo en cuenta las elecciones en este año?
P. B.: Aquí la cuestión clave son las elecciones de noviembre y no me cabe la menor duda de que todo lo que hace, lo hace pensando en esas elecciones. Cuando él sale con la biblia, le está hablando a su público, y no al público que no lo va a votar. Es decir, está hablando a su público porque necesita consolidarlo y en ese sentido su discurso de orden, ley y represión tiene que ver con su electorado, que es el que quiere esa política. Lo que pasa aquí es que la magnitud y la extensión de la protesta sorprendieron al mundo entero.
Una de las exigencias principales es la represión policial y la disolución de los cuerpos policiales. Hay unas imágenes muy fuertes de Minneapolis, justamente la ciudad donde mataron a George Floyd, que muestran que el alcalde de esa ciudad, que es blanco, va a la manifestación con barbijo; en un momento le preguntan abiertamente si va a disolver a la policía, y ante su respuesta negativa, tiene que irse abucheado por los habitantes del lugar.
APU: ¿Cree que será suficiente para ganar las elecciones ese caudal de votos y dirigirse a su electorado?
P. B.: No lo sé. Es imposible saberlo ahora, las encuestas van fluctuando, hay que tener en cuenta que es un país que tiene muchas encuestas. Recuerdo que pocos meses antes de la elección pasada, Hillary Clinton le llevaba entre 15 y 20 puntos de ventaja y terminó ganando Trump. Hay que prestar mucha atención a lo que pasa fuera de las grandes ciudades y, además, hay que tener en cuenta que la población afroamericana negra que, por lo general, vota al Partido Demócrata, en este caso hay que ver qué considera porque los demócratas son parte del sistema. Por lo tanto, hay que ver cómo se fractura el Partido Republicano porque esto también es importante y marcaria la oposición a Trump.
APU: Un análisis de los gobiernos de EEUU y Brasil permite hacer una analogía entre ambos, en el sentido de que comparten algunas características: ambos con ideologías de derecha, autoritarios, xenófobos, etc., ¿Cuán grave considera la situación en Brasil con respecto a los asesinatos a la población negra y las persecuciones?
P. B.: La situación es grave porque la población negra sigue siendo producto de discriminación en todo el mundo, y por eso las marchas han sido importantes también en Europa, en el Reino Unido, en Alemania, en Francia. Allí en Francia, por ejemplo, también está el caso, hace unos años, de un joven de origen africano nacido en Francia al que mataron, que era negro. Entonces, esta cuestión del racismo en el mundo llamado “blanco” o no negro es algo muy impactante. En realidad, el racismo entre diferentes grupos étnicos es algo que no va solo contra los negros, porque también está el racismo hacia los pueblos originarios, o el racismo entre los propios negros; por ejemplo, en República Dominicana califican de negros a la gente que viene de Haití. Además hay una cuestión de razas, si utilizamos este concepto, y de clase, como en la famosa canción de John Lennon que dice: “La mujer es el negro del hombre”; es decir, siempre hay alguien abajo a quien podemos oprimir.
APU: Quienes son discriminados y oprimidos en Estados Unidos ¿tienen posibilidad de reivindicar su condición de seres humanos, de sujetos, a partir de esta situación?
P. B.: Es muy difícil responder claramente a esta pregunta. Martin Luther King señalaba que: “La lucha la población negra dependía mucho de la actitud de la población blanca”. Es decir, si la población blanca mira pasivamente nuestra protesta, entonces no vamos a poder avanzar. Acá lo que está pasando y creo que esto es lo poderoso también, a diferencia de lo que pasaba en Los Ángeles en 1992, es que estamos frente a una revuelta que no es negra. Es una revuelta que surge con el tema de la discriminación hacia la población negra, pero está extendida hacia una participación muy importante de población no negra, sino blanca de habla hispana. Entonces, si bien hay una demanda concreta en contra de la represión policial, e incluso en algunos Estados se pide disolver los cuerpos policiales, que se les prohíba el uso de gas lacrimógeno, el problema es que no hay un punto bien concreto de lo que se pide abolir. Para ser más claro, cuando tenés una ley, podés salir en contra o a favor, como por ejemplo, salimos a favor de la legalización del aborto, ahí hay un punto muy claro, pero en el caso del racismo no lo hay, falta algo que aglutine esa protesta. Por ahora es un grito de protesta por la discriminación en contra de los asesinatos sistemáticos, en contra de la policía, pero hay que ver cómo se canaliza también, sobre todo pensando que hay elecciones, porque dentro del Partido Demócrata seguramente pensarán en votar en contra de Trump, como si esa fuera la solución.