Legislativas salvadoreñas: el escenario que dejan las urnas

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Legislativas salvadoreñas: el escenario que dejan las urnas

07 Marzo 2015

Por Diego Kenis

El primer día de marzo se desarrollaron los comicios de medio término en El Salvador, una prueba electoral para el gobierno del Frente “Farabundo Martí” de Liberación Nacional, que fue una organización guerrillera hasta que en 1992 se convirtió en partido político, en 2009 ganó la presidencia de la Nación con Mauricio Funes y en 2014 la renovó con Salvador Sánchez Cerén.

Las elecciones legislativas vienen mostrando una tendencia a la paridad entre el oficialismo y la oposición de ultraderecha nucleada en la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que también se verificó en los comicios por el Ejecutivo del año pasado. Ello obliga a la búsqueda de alianzas parlamentarias con partidos menores con el objeto de acceder a la mayoría simple de cuarenta y tres lugares o a la calificada de cincuenta y cuatro.

Para comprender algunos de esos fenómenos, revelados o subrayados por las recientes elecciones salvadoreñas, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Walter Mejía Navarrete, quien se desempeña como Asesor Principal del gobierno nacional de su país y durante los comicios fue el máximo responsable en tareas logísticas del Frente en la región paracentral del país.

Agencia Paco Urondo: ¿Qué se ha jugado El Salvador con estas elecciones y, ahora, con su escrutinio?

Walter Mejía Navarrete: Estaban en juego las 84 diputaciones de la única cámara, o Asamblea Legislativa, que hay en el país y 262 alcaldías municipales. La elección tiene suma importancia porque el control del Congreso permite gobernar mejor al Ejecutivo o, de lo contrario, la derecha política boicotea todo el proceso de cambio ha iniciado el país con este gobierno, como lo ha venido haciendo estos años anteriores.

APU: ¿Cuáles han sido las principales trabas que ha puesto la oposición al Ejecutivo desde el Congreso?

WMN: La no aprobación del Presupuesto General de la Nación y la no aprobación de préstamos para programas sociales, porque saben que son la bandera de este gobierno. Casi todo ha estado enfocado en entorpecer el tema de inversión social.

APU: ¿Cuál es la tendencia que perciben, en cuanto a resultados, desde el oficialismo y con los números que van llegando?

WMN: Pues al parecer se mantendrán  los números, un diputado más o uno menos, pero por lo que se ve se mantendrán el equilibrio de fuerzas, por lo que habrá que construir alianzas que nos permitan gobernar.

APU: El domingo 1, Prensa Latina afirmaba que las elecciones se habían desarrollado con “transparencia y normalidad” y anticipaba que, si se cumplía el pronóstico a favor del Frente, no resultaría extraño que surgieran acusaciones de fraude. Efectivamente, surgieron. ¿Cuál es la postura oficial en torno a esas denuncias?

WMN: Esto lo veíamos venir desde antes. Cuando las encuestas no favorecían a la derecha y los números decían claramente que iban a perder la capital San Salvador, como felizmente ocurrió, empezaron primero a hablar de “anomalías” en el proceso electoral para terminar diciendo que hubo fraude. Aunque hubo algunos muy pequeños problemas no se puede hablar de fraude. Además, en el Tribunal Supremo Electoral está representada la derecha. Este proceso electoral ha sido observado y bien evaluado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y una serie de instituciones y organismos internacionales.

Como gobierno, creemos que pretenden deslegitimar el proceso al no verse favorecidos por los electores.

APU: ¿Cómo evaluaría, en perspectiva, la evolución histórica de la democracia salvadoreña, desde su recuperación plena?

WMN: Cuando se viene de una dictadura feroz y de una falta total de procesos democráticos, la verdad es que está madurando poco a poco, las instituciones de a poco van funcionando. No ha sido fácil y falta un buen trecho por recorrer. Hasta la misma población: tenemos que aprender a vivir y a construir democracia. Pero, en general, al proceso lo calificaría de altamente positivo.

APU: ¿Cómo es la experiencia del Parlamento Centroamericano y, puntualmente, la de elegir en comicios directos a los representantes salvadoreños en ese cuerpo?

WMN: Este mecanismo centroamericano nace de cara al  esfuerzo siempre postergado de lograr la integración de la región y está enmarcado en un esfuerzo simultáneo de construcción de institucionalidad de diversas índoles en la región, como el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC) y el Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), entre otros.  Aunque es un esfuerzo incipiente aún y no se ven los resultados esperados, creo que aún le falta por crecer y hay que darle el tiempo que se merece, para que realmente llegue a un nivel que produzca beneficios como Nación. Si en la medida de lo posible cada uno de los países ve la necesidad de integración, en esa medida irán teniendo más importancia estos organismos.

La verdad es que la forma de elegir es sencilla: una papeleta más y es el mismo mecanismo con que elegimos a los diputados nacionales. Por eso la población lo ve cómodo. De hecho, se hace de esta forma simultánea para ahorrar recursos. No sólo financieros, sino de todo tipo. Hay que aclarar que es la primera vez que se vota para el parlamento centroamericano: antes los partidos daban directamente la lista con los nombres de quienes serían sus diputados al Tribunal Electoral, ahora no y es directamente la población quien los vota, lo cual ha sido ampliamente aceptado.

Creo que hay que apostar por estos tipos de parlamentos regionales como el Parlacen, el Parlasur o el mismo Parlatino que engloba a todos, porque  de esta manera se van creando mecanismos que coadyuven a la tan necesaria integración latinoamericana, tantas veces soñada y peleada por (Simón) Bolívar, José de San Martin, (Francisco) Morazán, (Hugo) Chávez  y tantos otros patriotas latinoamericanos.