Por primera vez en 12 años Argentina no apoyó a Palestina en la Unesco
Argentina decidió abstenerse de apoyar a Palestina utilizando el argumento de la “neutralidad activa” que sostiene a nivel discursivo Rodolfo Terragno, quién mantiene el cargo de embajador ante la Unesco desde febrero cuando fue oficializado por el gobierno de Mauricio Macri. Ante La Nación y Clarín, Terragno justificó que la abstinencia “no fue para favorecer a Israel” y habló de que el conflicto la “enfrenta” con Palestina, como si el genocidio impulsado desde Israel contra el pueblo Palestino se tratase de una guerra, o de un conflicto entre iguales. Israel, tiene el mejor ejército de oriente medio y figura entre los diez países con mayor infraestructura bélica a nivel mundial, con el agregado de sostener una de las agencias de inteligencia más equipadas. Palestina no figura en ningún ránking de este tipo.
Hace unos días, la Unesco aprobó el texto sobre “Palestina Ocupada”, de los 58 países que integran el consejo ejecutivo, 24 terminaron votando a favor, 8 lo hicieron en contra y junto con Argentina otros 25 se abstuvieron. Para intentar justificar la decisión tomada desde el gobierno nacional, el domingo pasado, Terragno escribió una columna de opinión en Clarín titulada “La doctrina de la neutralidad activa”.
Para Terragno, “las amenazas a la paz mundial son hoy muy distintas a las que existieron desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el colapso de la Unión Soviética” señalando que “en ese período era casi imposible ser neutral” y que “resuelta aquella feroz competencia a favor del capitalismo, hoy no hay una amenaza universal a la paz”. Al mencionar la existencia de conflictos focales, Terragno señala que la mayoría de los Estados miembros que componen la ONU no son afectados por estas cuestiones bélicas y que debido a eso no deben tomar una posición específica, sino que se debe tratar de “construir puentes”. Nuevamente, se plantea el genocidio de parte de Israel contra Palestina como una cuestión de iguales y no se tiene en cuenta la potencia en cuanto armamento, apoyo extranjero (Estados Unidos como principal aliado) y ocupación territorial ilegal ejercida desde Israel.
Según cifras de la ONG llamada B’Tselem confirmadas por la ONU, entre 1987 y 2008 (cuando Israel implementó la operación “Plomo Fundido”) fueron asesinados 1.446 niños palestinos mediante ataques emprendidos por el ejército Israelí. Las muertes se dividen en períodos que van de 1987 a 2000, donde asesinaron a 1.559 palestinos (304 niños); 2000 a 2004 donde asesinaron a 3.196 palestinos (620 niños incluidos); 2005 a 2008 donde se registraron 1.290 palestinos asesinados a contramano de los 86 israelíes que fallecieron en el mismo período.
Sumado a esto, Israel mantiene un bloqueo desde hace años contra Palestinoa que se traduce en una acción constante para bloquear cualquier transporte que pudiera intentar pasar por la frontera. Israel restringe –según un informe de Amnistía Internacional – la importación de materiales para la construcción, lo que evita que los palestinos puedan reconstruir sus viviendas dañadas por las bombas, junto con otros elementos básicos de subsistencia para el pueblo palestino.
De parte de quienes determinan que el conflicto es una “guerra”, se suele señalar a grupos armados de Palestina para justificar los ataques de parte de Israel con el argumento de “defensa” y “protección”. Sin embargo, un amplio porcentaje de los Palestinos asesinados por el ejército Israelí son civiles, en su mayoría niños y mujeres.
A contramano del discurso de Terragno de la neutralidad ejercida desde el gobierno nacional, es poco claro el discurso en este sentido cuando la alianza con Israel de parte de la nueva administración es clara y queda a la vista, a partir de los diálogos constantes entre gobiernos, de la compra de armamento a Israel y de la intervención de la agencia de seguridad Israelí en Argentina para capacitar a efectivos de seguridad.
Aquella propuesta de “neutralidad activa” tampoco queda clara cuando se realizan pronunciamientos explícitos en determinados casos como los efectuados contra Venezuela, a favor de un presidente ilegítimo como Michel Temer en Brasil u omitiendo violaciones a los derechos humanos en México luego de que Macri mencionara que “no le consta” que eso haya sucedido en el país gobernado por Enrique Peña Nieto.