Sabino Vaca Narvaja: "La soberanía es un principio cardinal de la política exterior china"
Por Yunus Soner*
AGENCIA PACO URONDO comparte una entrevista al actual embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, realizada por el politólogo turco Yunus Soner.
Yunus Soner: Argentina ha acordado participar en la Franja y la Ruta ¿Cuál es la visión general de la República de Argentina en esto paso?
Sabino Vaca Narvaja: El balance es muy positivo. No solo porque va a permitir el acceso a la financiación de las obras de infraestructura para el desarrollo que Argentina necesita para crecer —como quedó a la vista con los acuerdos firmados por Argentina en el marco de la reciente visita del presidente Fernández a China— sino también por el estímulo al comercio y las inversiones que este marco implica. A través de la participación en la Franja y la Ruta, Argentina logra el acceso al espacio subnacional chino, al cual hasta hoy accedíamos con cierta dificultad. A la vez, ha de servirnos de plataforma de exportación para el resto de los países asiáticos que componen la Iniciativa. Quiero remarcar el hecho que algunas de las provincias chinas poseen mercados, sistemas financieros y avances tecnológicos de igual o mayor peso que muchos países del mundo.
Hasta el momento, el saldo comercial argentino con relación a China ha sido deficitario. Tenemos que resolver esa brecha comercial y para eso estamos trabajando. Es importante que nuestro país exporte valor agregado y ser parte de este megaproyecto puede ayudar a ganar nuevos mercados para productos en los que Argentina es altamente competitiva y posee un desarrollo de vanguardia. Por ejemplo, hay áreas que son altamente prioritarias para China como la biotecnología, la nanotecnología, los servicios informáticos digitales, el software y otras ramas ligadas a las economías del conocimiento. Acá es central el intercambio de experiencias en materia de transferencia tecnológica con China. Varias empresas privadas y agencias del Estado como Nucleoeléctrica Argentina, ARSAT, IMPSA, CONAE, NUCLEARIS, SPACESUR y otras tienen un vínculo con contrapartes chinas y han ahondado esa relación. Por citar un ejemplo, Jiangxi Nuclear firmó un convenio de cooperación la empresa INVAP para construir un reactor para la producción de radioisótopos medicinales en China. En este caso, Argentina transfiere tecnología a China. Pero también avanzamos en otros proyectos donde habría una transferencia de tecnología desde China hacia Argentina, como es el caso de la electromovilidad. La electromovilidad es un área prioritaria para el gobierno del presidente Alberto Fernández. Argentina posee un potencial enorme en materia minera. Cuenta especialmente con la segunda mayor reserva de litio a nivel mundial. Para Argentina es importante exportar el mineral en bruto, pero lo es más si le puede sumar valor agregado. Como lo vengo señalando en distintos medios: esta es la clave para pensar el desarrollo económico del país. Debemos industrializar el litio montando fábricas de baterías. Pero también fabricando vehículos eléctricos ya que tenemos una importante capacidad instalada a nivel de la industria automotriz.
YS: Durante la visita, se han firmado varios acuerdos bilaterales ¿Cuáles son en su perspectiva los más importantes y como espera que se van a desarrollar las relaciones? Algunos acuerdos parecen a los ya firmados durante el gobierno de Kirchner ¿cree usted que ahora tienen mejor chance de ser realizado?
SVN: Empiezo contestando la última parte de su pregunta. Existe la voluntad política, al igual que antes durante el gobierno de Kirchner, de concretar esos proyectos. Son proyectos que se relacionan con las obras de infraestructura que necesita Argentina para poder crecer. China ha comprometido asistencia financiera para una serie de iniciativas que le permitirán disponer, en el mediano plazo, de la infraestructura necesaria para darle un mayor dinamismo a la economía. En particular, luego de cuatro años de estancamiento debido a políticas económicas erráticas y de haber atravesado posteriormente los efectos recesivos de la crisis producto de la pandemia por covid-19. También es necesario recordar que varios de los proyectos que estamos relanzando fueron frenados durante el gobierno de Mauricio Macri ante reiteradas presiones de la administración Trump.
Yendo a los acuerdos pactados por el presidente Fernández por una suma cercana a los 23.700 millones de dólares, ya fue aprobado un primer tramo del acuerdo suscripto bajo el mecanismo del Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica (DECCE) por 14 mil millones de la mencionada moneda. Dentro del conjunto de proyectos aprobados para ese primer tramo destaca la construcción de la cuarta central nuclear argentina, Atucha III. Este proyecto tiene una gran importancia ya que —al igual que las represas patagónicas— es uno de los más grandes que va a ejecutar China en Latinoamérica. La construcción de la central nuclear va a incrementar en un 70% la energía derivada de esa fuente y va a permitir continuar diversificando la matriz energética, reduciendo el uso de los combustibles fósiles. Incluso, es una energía limpia en cuanto limita la emisión de gases de efecto invernadero.
Mencionaba las represas de Santa Cruz, por las cuales se acordaron un nuevo marco de financiamiento con China Energy Engineering Corporation. Esa es la otra gran obra que China está construyendo en nuestra región. Las represas Kirchner y Cepernic son la tercera en importancia en Argentina después de Yaciretá y Salto Grande.
No quiero dejar de mencionar la ampliación del parque solar Cauchari en Jujuy ni el parque eólico/solar cerro Arauco en La Rioja. Tampoco olvidarme de la inversión que hará la empresa China State Grid en la red eléctrica para el AMBA ni de la construcción de una planta de carbonato de litio en Catamarca por parte de la minera Zijin, entre otros proyectos de envergadura.
YS: Entre los acuerdos ha llamado mucho la atención la intención de ambos países de profundizar la cooperación en la defensa ¿Cuál es su expectativa en ese sector?
SVN: No debiera llamar la atención. En primer lugar, Argentina, tras la guerra de Malvinas, ha tenido problemas recurrentes para reequipar a las Fuerzas Armadas debido al embargo impuesto por Gran Bretaña. Nuestro gobierno ha reclamado el cese del bloqueo que el gobierno del Reino Unido mantiene con nuestro país impidiéndonos comprar material bélico que contenga componentes británicos. Nos pasó al querer hacer una compra de aviones suecos Gripen hace unos años atrás en forma conjunta con el gobierno de Brasil y más recientemente al querer adquirir los KAI FA-50 Fighting Eagle a la Korean Aerospace Industries, socia de la americana Lockheed Martin. Entonces, en ese contexto no es raro que estemos discutiendo la adquisición de material para defensa —como la posible adquisición de aviones JF-17 de tercera generación— y, lo que es más interesante aún, la puesta en marcha de una serie de proyectos productivos que contemplen la transferencia de tecnología y capacidades hacia empresas de defensa de nuestro país. Por ejemplo, estamos viendo con la empresa Norinco la oportunidad de instalar una fábrica en nuestro país de vehículos blindados 8×8 para uso militar y de camiones para transporte civil.
Pero más allá de la cooperación en la compra o fabricación de pertrechos militares, existen otras importantes áreas de cooperación en el marco de la gobernanza global. Es el caso de las misiones de mantenimiento de la paz y ayuda humanitaria. Desde su primera participación en Namibia, en 1989, China fue aumentando su participación en las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y hoy participa en varias misiones de este tipo además de ser el segundo principal proveedor de financiación para dichas operaciones. Argentina posee también una importante experiencia en ese campo y participa de diversas misiones. Argentina y China tienen mucho para ofrecer en ese aspecto, motivo por el cual ambos ministerios de Defensa acordaron fortalecer el intercambio y la cooperación en esa materia. Quiero enfatizar esto: tanto China como Argentina abiertos y cooperativos, y poseen una tradición pacifista.
YS: Por el conflicto en Ucrania, Occidente discute introducir sanciones contra Rusia ¿En caso de que estas sanciones también afecten a China por ser el aliado de Rusia en ese conflicto, ¿cuál sería la posición del gobierno argentino?
SVN: China ha dado muestras más que suficientes de su voluntad de sostener el multilateralismo y apoyar la promoción de la resolución pacífica de conflictos. Ya lo ha hecho en otras oportunidades, ante otros conflictos. Por ese motivo, el ministro de Exteriores Wang Yi, en nombre de su país, se manifestó a favor de que sean respetadas la soberanía y la integridad territorial de todos los países y, asimismo, se acate con seriedad los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas. Posteriormente, en la misma sintonía, el presidente Xi Jinping habló con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para abrir un canal de diálogo dirigido a resolver pacíficamente el conflicto con Ucrania. La paz es algo muy arraigado en la filosofía y la cultura china, desde siempre. Es algo milenario. Por otra parte, recordemos que China, pese a ser un socio estratégico de Rusia y de haber ratificado esa alianza tras el reciente encuentro de los presidentes de ambos países, aún no reconoció formalmente la anexión de Crimea hecha por Rusia en 2014. La soberanía es un principio cardinal de la política exterior china.
No podría adelantar cuál será la posición del gobierno argentino ante esa hipotética situación. A priori, considero que ha de primar la postura tradicional sostenida por nuestro país ante ese tipo de medidas. Las sanciones, en definitiva, poseen efectos negativos sobre la población de un país y sus nacionales que residen en otros países. Si bien el contexto no es el mismo, es la posición que Argentina sostiene en los diferentes foros internacionales en relación a las medidas de bloqueo económico, comerciales y financieras. No son un mecanismo bueno, ni para los pueblos ni para resolver conflictos. Esto ha quedado muy claro en medidas similares que no han conducido a nada, por el contrario generalmente han tendido a agravar los conflictos. Por otra parte, no veo porque China debiera ser sancionada internacionalmente siendo que ha tenido una postura muy clara ante el conflicto.
YS: Justo antes del viaje del presidente argentino a China, su país ha firmado un acuerdo con el FMI. Algunas fuentes reportan que las relaciones Argentina-China han efectuado de manera positiva las negociaciones con el FMI. ¿Puede confirmar esto? ¿En caso de ‘si’, de qué manera? ¿presenta China dentro del FMI una posición distinta en comparación a las políticas clásicas neoliberales de esta institución?
SVN: Al igual que los Estados Unidos, China es un miembro importante del FMI. Por ese motivo les pedimos a ambos países, al igual que a algunos de nuestros más encumbrados socios europeos, ayuda para negociar el acuerdo con el organismo. Luego de la reunión bilateral entre los presidentes Fernández y Xi, durante la visita que el primero hizo a principios de febrero a China, el gobierno de aquel país manifestó a través de un comunicado su firme apoyo a la Argentina. El acuerdo con el FMI es importante para que Argentina alcance cierta estabilidad financiera, pero también crecer y pagar las deudas contraídas de manera irresponsable por el gobierno anterior.
No es la primera vez que China demuestra ser un aliado clave para Argentina. Ya lo hizo tras la crisis desatada por la pandemia. Hace poco más de un año atrás, el gobierno chino le renovó a Argentina el segundo tramo del swap de monedas de 8500 millones de dólares. El acuerdo con el Banco Central de China se logró a la par que el ministerio de Economía argentino empezó a negociar la deuda con el FMI. El problema central estaba en que la vigencia del segundo tramo se había atado al acuerdo stand-by con el Fondo, lo cual obligó a la intervención directa del presidente Fernández con su par chino para resolver la situación. Para China, tanto en aquella oportunidad como ahora, es importante que Argentina pague sus deudas y evite el default. Desde un tiempo a esta parte, China es una nación muy comprometida con el funcionamiento de este y otros organismos multilaterales y busca incrementar su influencia en estos. Por ese motivo ejercita su rol de actor responsable dentro de la escena internacional y exige a sus socios comportamientos ejemplares.
YS: Argentina asumió la presidencia pro tempore de la CELAC, agrupación que ya en diciembre pasado ha firmado por su parte un ‘Plan de Acción Común en áreas claves’ con China ¿Cuál es su expectativa por la relación de CELAC con China durante la presidencia de Argentina?
SVN: La firma del Plan de acción conjunto suscripto por China y la CELAC para los años 2022-2024 busca fortalecer el Foro que ya existía entre ambas partes. En ese sentido, la CELAC, como mecanismo de integración regional puede ser una herramienta de utilidad para posicionarse frente a China y el resto del mundo. Desde siempre sostengo que la definición de un modelo propio de desarrollo nacional no puede desentenderse de la necesidad de promover una estrategia continental que permita acentuar los términos en que se encara las negociaciones con los demás actores internacionales. En particular con China, pero no solamente, la relación de América Latina se basó hasta ahora en el modelo de las commodities, lo cual —debido a la heterogeneidad de las materias primas comercializadas por cada país— no ha facilitado una verdadera asociación intrabloque. América Latina debe asociarse para aprovechar la nueva estrategia global china, me refiero a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y de esa manera fortalecer el comercio regional a través de la infraestructura que China ofrece. Esta relación debe establecerse desde una perspectiva continental, a través del establecimiento de políticas adecuadas y coordinadas en el plano regional. La asunción del presidente Fernández como presidente pro tempore va a servir para revitalizar la CELAC y con ésta fortalecer la unidad regional. También va a mejorar nuestra capacidad de negociación con China y el resto de los países. Como señaló el presidente Xi, la presidencia de Fernández en la CELAC va a ser un importante impulso para “construir juntos la comunidad de futuro compartido China-América Latina y el Caribe”.
YS: Argentina está luchando por restablecer su soberanía sobre las Malvinas, mientras la República Popular de China defiende la política de “Una solo China” en consideración de la isla Taiwán. ¿En qué sentido se parecen los dos casos? ¿Cuáles son las potenciales de cooperación entre Argentina y China en el asunto Malvinas – Taiwán?
SVN: China y Argentina vienen cooperando y otorgándose apoyo recíproco desde hace ya un tiempo en la materia. De hecho, China ratificó toda vez que pudo y en distintos foros su apoyo al reclamo argentino. Votó a favor todas las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Cuestión de las islas Malvinas adoptadas entre 1965 y 1988. Cuando el tema pasó a ser tratado por el Comité Especial de Descolonización en 1989 —del cual China es parte— siguió manteniendo su respaldo. Asimismo, ha efectuado diversas intervenciones a favor de la posición nacional, mostrando su firme respaldo. Recientemente, con motivo de la visita del presidente Fernández a Beijing, China reiteró su apoyo a los reclamos argentinos de soberanía. Para China, la cuestión de las islas Malvinas es en esencia una rémora de la etapa colonial.
Por su parte, Argentina, respalda el principio de una sola China desde el momento mismo en que ambos países normalizaron sus relaciones diplomáticas.
YS: Antes de llegar a China, el presidente de Argentina ha visitado Rusia. Después, los presidentes de Rusia y China han firmado una declaración común sobre “la nueva etapa en relaciones internacionales” ¿Cuál es su evaluación de esta declaración? ¿Se puede considerarlo como un paso importante hacia la multipolaridad global? ¿Cuál es su significado para la América Latina?
SVN: La emergencia de un eje sino-ruso como contrapeso de la hegemonía norteamericana es algo que ya se venía observando, no es algo que nazca de ahora. Si bien China intenta ocupar nuevamente el lugar central que tuvo hasta algún momento de la historia, esa búsqueda o reconquista de la posición perdida —que Xi Jinping ha caracterizado con la noción de “sueño chino”— ha sido a través de un ascenso pacífico. China fue despojada del sitial que supo conseguir, al punto que en los discursos aún hace referencia al siglo de la humillación que se inició con las guerras del opio hacia mediados del siglo XIX. No obstante, ha apostado por la vía del multilateralismo cooperativo. Un análisis de la declaración común es complejo en este contexto, en el que todo muta con el correr de las horas. No obstante, considero que China no se va a apartar de la hoja de ruta trazada, y seguirá sosteniendo un discurso de defensa del multilateralismo. Rescato lo que señaló el presidente Fernández en el marco de la entrega del título honoris causa en la Universidad de Tsinghua: el camino debe ser la multipolaridad, ya que ningún país del mundo nace para ser satélite de otro. Y si bien todos los países deben desarrollar su propio camino, ese tránsito debe hacerse de forma mancomunada, uno a la par del otro, con el resto de las naciones libres del mundo. Ese es, desde mi humilde opinión, el sendero que busca recorrer China y deberá recorrer América Latina. China lo resume con un concepto de gran belleza, Tianxia, que significa “todos bajo el mismo cielo”. Es el modelo que debe prevalecer en la relación entre las partes, una relación no subordinada y basada en la cooperación y el diálogo.
*Ex vicepresidente del Partido Vatan (Turquía)