Trump, descontrolado: evalúa prohibir inmigración desde seis países y apoya torturas
Por Jorge Giordano
Donald Trump anunció en su cuenta de Twitter que la jornada de ayer iba a ser "un gran día para la seguridad nacional". La firma del decreto que establece el inicio de la construcción del muro con México resultó ser la noticia central. En paralelo, otras medidas firmadas por el presidente estadounidense resultaron igual o más preocupantes: recorta fondos a jurisdicciones que no accionen contra los inmigrantes que cometen delitos, y exige publicar un listado semanal de los crímenes cometidos por estos. Además de la batería de órdenes desde el poder ejecutivo, Trump apoyó públicamente el uso de torturas en la lucha contra el terrorismo, y se filtraron borradores de nuevos decretos que plantean cuestionables obstáculos a la entrada de nuevos inmigrantes.
Uno de los decretos más polémicos se titula "Mejorando la Seguridad Pública al Interior de los Estados Unidos". El eje de la normativa constituye un ataque a las ciudades y estados considerados "jurisdicciones santuario" dentro de los Estados Unidos, aquellos que incorporan políticas de inmigración más permeables que el gobierno federal. Según la resolución, la Fiscalía General tendrá la potestad de designar qué sitios se constituyen como "jurisdicciones santuario", y podrá señalarlos como "no elegibles" para recibir fondos del gobierno federal.
En otra sección el decreto autoriza a publicar, de manera semanal, una lista de "acciones criminales cometidas por inmigrantes" y a dejar asentadas qué jurisdicciones no accionaron para su detención.
En paralelo, Donald Trump brindó una entrevista a la cadena ABC en donde afirma que, al consultar con altas cúpulas del servicio de inteligencia, le confirmaron que "la tortura funciona". El presidente estadounidense declaró que "siente absolutamente que la tortura funciona" y que, teniendo en cuenta que organizaciones como Estado Islámico decapitan personas, está dispuesto a luchar "fuego contra fuego".
Además de estas medidas y declaraciones, se filtró a la prensa el borrador de un decreto que determina particularmente la política de inmigración respecto a países de mayoría musulmana. La resolución, titulada "Protegiendo a la Nación de ataques terroristas de extranjeros" prohíbe por al menos un mes la entrada de cualquier inmigrante de Somalía, Irak, Irán, Libia, Sudán y Yemen. También establece reducir a la mitad la cantidad de refugiados admitidos, de 110 mil a 50 mil, y la prioridad para la admisión de individuos perseguidos por su religión, en tanto esté probado que "su religión sea de una minoría en su país de origen". Según críticos, este último punto está destinado a privilegiar a los inmigrantes cristianos de países mayoritariamente islámicos.