"La violencia machista no justifica la violencia policial"
Lucas Cabello, un joven pobre de La Boca, recibió ayer tres balazos que salieron del arma de un agente de la Policía Metropolitana. Desde un primer momento los voceros de la Metropolitana quisieron instalar que el joven estaba armado y que se trató de un caso de violencia machista. Hoy, la vicejefa de gobierno porteño María Eugenia Vidal habló con la prensa y validó la versión de la policía, diametralmente opuesta a la de la familia y los amigos del chico quienes sostienen que estaba desarmado y que no había ninguna denuncia contra él.
Detrás de "en origen es un caso de violencia de género" de Vidal, se esconde el hecho más terrible, de suma gravedad institucional: un crimen por gatillo fácil. La búsqueda de justificación de un caso más de gatillo fácil muestra con claridad dos cosas: que el Estado porteño se ampara en un problema real -la violencia contra las mujeres- para avalar un accionar en extremo punitivo, sin respeto al debido proceso ni a las garantías constitucionales. Este no es un caso aislado pues la Policía Metropolitana, creada en 2011, ya cuenta casi tres decenas de muertos por uso letal de las armas.
El 3 de junio reclamamos política públicas de prevención, acompañamiento y erradicación de la violencia contra las mujeres. El uso de botones antipánico, que se accionan cuando la persona denunciada ya está a la vista de la víctima, hacen que sea ella quien deba ser garante de su propia seguridad. El uso de pulseras y el monitoreo electrónico de los agresores por parte de los ministerios de Seguridad preservarían la seguridad de las denunciantes.
Desde #NiUnaMenos decimos que más represión es sinónimo de más violencia.