Un documental sobre la vida de Arturo Jauretche
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Por qué un documental sobre Arturo Jauretche?
Carlos Castro: Esta película es la última de una serie documental para cine que comenzamos en el 2006 llamada "Vidas Argentinas" desde el Centro Cultural Caras y Caretas. Serie pensada y producida por María Seoane y Víctor Santa María, con el apoyo del INCAA.
Esta serie documental repasó vidas como la de John William Cooke y Alicia Eguren, Haroldo Conti, Ramón Carrillo, Norma Arrostito entre otros; Jauretche era una cita inevitable también.
En primer lugar don Arturo era un tipo interesante desde donde se mire, puesto que fue un político, un intelectual orgánico a los procesos de liberación nacional. Uno de los pocos ensayistas que era leído por sectores populares y que pudo vencer al tiempo, a la coyuntura en la cual producía estos textos ya que hoy sus libros tienen una actualidad no sólo expresada en la temática, sino también en la prosa, que es mordaz y corrosiva. Y también su personalidad: un tipo de una pasión incontrolable, peleadora, corajuda, pendenciera, y a la vez de una sensibilidad y ternura increíble. De algún modo Jauretche es un personaje del siglo XXI, un guapo del novecientos, una raza casi inhallable hoy en política o en el mundo intelectual.
APU: ¿Cuál fue la relación de Jauretche con los gobiernos peronistas? ¿Qué hace Jauretche cuando se va “al llano” en 1950?
CC: Su relación comienza desde muy temprano. Es desde FORJA que ven a Perón como el gran cuadro de GOU que prevalece por encima de todos. Y Jauretche tiene audiencia permanente con el activo coronel Perón. Es quien lo conecta con lo mejor del radicalismo, con cuadros sindicales, lo asesora en temas económicos, forman de alguna manera una amistad unida por su pasión por la política.
Lamentablemente, hay una acción de Perón que dejó mal parado a Jauretche con FORJA sobre como debían conformarse unos cargos estratégicos en la provincia de Buenos Aires. Eso provoca una ruptura entre ambos. Jauretche no se andaba con vueltas y le dijo un día a Perón: "Mañana no me espere, no voy a venir más". Jauretche era muy taxativo cuando empeñaba la palabra, a veces el pragmatismo de Perón no era de su agrado. De todos modos, Arturo va a asumir en el 46 la dirección del Banco Provincia incrementando la política crediticia y consolidando a la entidad en toda la provincia de Buenos Aires. Pero un crédito otorgado al diario La Prensa, y la caída del ministro de economía Miranda generaron la renuncia de Jauretche al banco.
APU: ¿Qué hace cuando se va del banco Provincia?
CC: Se repliega a la vida privada. Si no puede realizar una tarea creativa en este momento de avance nacional, prefiere el silencio a la crítica que puede ser una carta peligrosa sirviendo a los fines de la reacción gorila. Jauretche en esa época no da reportajes, ni dicta conferencias, tampoco firmará solicitadas ni declaraciones. Con los importantes sueldos recibidos en el banco, construye una casita en escobar se muda con su mujer y se dedica a la botánica y a leer vorazmente, hasta será inversor para explotar una mina en La Pampa. Pero su regreso será después del golpe del 55.
APU: Se ha insistido mucho sobre Juaretche y su supuesto anti-intelectualismo. En ese marco, es interesante la relación de Jauretche con teóricos como Juan José Sebreli, y su elogio al libro “Buenos Aires. Vida cotidiana y alienación”, que fue muy importante en una parte de su obra. ¿Cómo se da esa relación?
CC: El supuesto anti intelectualismo de Jauretche era fundamentalmente para la los que importaban todas sus ideas de afuera, la sociología de Gino Germani y de otros intelectuales que buscaban en Europa o Norteamérica la solución para los problemas nacionales. Su crítica a la vida intelectual es porque ve en ese mundo un país de minorías, pero lleva en su impronta como escritor una cargada vida intelectual con profundas lecturas desde muy joven que van desde el anarquismo hasta los filósofos alemanes, de quien va a sacar su concepto de colonialismo cultural, ha leído la historia contemporánea, la historia del siglo XIX, los revisionistas, ha leído mucho a Borges, claro.
Con Juan José Sebreli entablan relación, aunque no opinan igual políticamente. Jauretche lee con fruición "Buenos Aires, vida cotidiana y alienación" y, según Sebreli, es el determinante para que escriba "El medio pelo en la sociedad Argentina". A Jauretche le interesaba mucho la historia de los arrabales, de los barrios a principios de siglo XX, por eso quiza se interesa por el libro de Sebreli, claro que ese Sebreli está lejos de ser el de la última década.
APU: Hablando de las relaciones con escritores o intelectuales: ¿Cómo fue la relación de Jauretche con Borges? Es sabido que Borges prologó su libro sobre la revolución de Paso de los Libres. ¿Cómo siguió ese vínculo más allá de la ruptura?
CC: Hay un Borges radical, yrigoyenista, anti-sarmientino, del que nadie habla. Borges lee los poemas que Jauretche escribe cuando está preso, luego del intento de recuperar la democracia en el levantamiento encabezado en la localidad correntina de Paso de los Libres. Borges queda impactado. En esa época nadie escribía en poema gauchesco y lo heroico de la acción de enfrentar a la dictadura de Uriburu con armas en la mano por parte de un sector del radicalismo, deslumbra al joven Borges. Le pide a Homero Manzi que le solicite a Jauretche si se lo puede prologar y Jauretche por supuesto acepta. Es uno de los prólogos más hermosos de Borges, pero años más tarde el compilará todos sus prólogos, pero omitirá ese. Parece que la adhesión al peronismo de Jauretche no le gustó al poeta. Alguna vez le preguntaron por su relación con Jauretche pero Borges negó ese vínculo, y bueno, la necedad es un derecho de todos.