16 de diciembre 1982: el pueblo en las calles contra la Dictadura
Por Mariano Rodolfo Martín | Instituto Generosa Frattasi*
Hoy 16 de diciembre se cumplen 38 años de la Marcha de la Multipartidaria, aquél día en que fue brutalmente reprimida la manifestación que terminó con el asesinato de Dalmiro Flores.
Un año bisagra 1982, para la dictadura y para las organizaciones políticas que ya actuaban públicamente desde junio, cuando finaliza la guerra de Malvinas.
El retroceso de los militares tiene dos causas. Por un lado, el fracaso absoluto del plan económico de Martínez de Hoz y sus sucesores, que cosechan el repudio generalizado de los trabajadores y sectores del empresariado, agredidos por la política de importaciones que destruyó ramas industriales enteras, y también economías regionales (igualmente objetivo económico del liberalismo ortodoxo que representó la línea económica de la dictadura). Por otra parte, la resistencia de los trabajadores que ya en el mismo año 1976 protagonizaron los primeros paros parciales por sector (ferroviarios, Luz y Fuerza, portuarios y automotrices) conflictos y sabotajes que tuvieron sus ritmos posibles de acuerdo a los resquicios que encontraban en medio del dispositivo del Terrorismo de Estado.
El 27 de abril de 1979 la CGT conducida por Saúl Ubaldini (luego conocida como “CGT- Brasil”), lanza el primer paro general, con alto acatamiento en las grandes ciudades (principalmente en las grandes fábricas industriales). A fines de 1981 se da la primera marcha callejera de protesta, en Liniers, con detenidos y represión. El 30 de marzo de 1982 esa movilización –que pretendió llegar a Plaza de Mayo-- fue masiva a pesar del terror aún imperante, y como era de esperar, fue muy duramente reprimida, sin permitir que quienes se manifestaban se acercaran a la Plaza. Así y todo, el saldo fue muy positivo, porque de algún modo se había roto parte del temor que imponí el terror dictatorial.
El 2 de abril se produce la recuperación de las Islas Malvinas, un proceso complejo y con tantas pérdidas de vidas que duró hasta el 14 de junio. Las propias necesidades de la dictadura de homogenizar a toda la población –que compartía la reivindicación soberana ante la ocupación británica-- supone la caída de la censura, los partidos políticos actúan abierta y públicamente, y de hecho las prohibiciones políticas en sentido amplio caen en un día. No habrá posibilidades de marcha atrás para los genocidas. Y será un año y medio vertiginoso hasta el recambio del régimen por un gobierno electo por el voto popular, en octubre de 1983.
Tras la caída de Puerto Argentino el 14 de junio ante el avance británico en las Islas, renuncia Galtieri no sin antes producir esa tarde y noche una fenomenal represión muy salvaje. El desorden de las fuerzas represivas, evidencia que en Palacio hay caos, y conflicto entre las distintas armas. Surge la incertidumbre al interior de la propia dictadura: ¿cómo continuar después de Malvinas?
En julio los partidos y agrupaciones políticas ya realizan sus primeros actos públicos en espacios cerrados o plazas. Inminente la salida electoral, y la conjunción de todas las fuerzas políticas exigiendo plazos de la misma. Fue así que se conforma la “Multipartidaria”, experiencia constituida por todas las fuerzas políticas.
Fue el Movimiento Obrero quien inició la resistencia junto a otros actores, como la resistencia de las organizaciones armadas en sus diversas expresiones, posteriormente negados en la “transición” post dictadura.
Así se llega a la histórica jornada del 16 de diciembre de 1982.
Ese día, columnas interminables se estacionaron sobre la 9 de Julio y Avenida de Mayo, y de a poco, fueron llenando la Plaza de Mayo. Muchas columnas estuvieron organizadas, pero también, miles fueron las personas llegaron por su cuenta, sin alcanzar a entrar a la Plaza, porque de un momento a otro se desató la represión, que con muchos esfuerzos y a través de todos los medios, finalmente logró desalojar la Plaza.
La dictadura cívico-militar agonizaba, pero sin dejar de cometer un nuevo asesinato sobre Dalmiro Flores, joven militante peronista, afiliado de la UOM, muerto por una patota de civil frente al Cabildo mientras se replegaba tras la represión.
Se sabe que a Dalmiro le dan la voz desde un Falcon; gritos que no escucha, en medio del desbande generalizado producto de la represión sobre los manifestantes. Flores fue fusilado a quemarropa, por la espalda. Como si fuera poco, tras el disparo mortal, un efectivo se baja del auto, lo toma del cinturón del pantalón para identificarlo y se dan cuenta que no solo asesinaron a mansalva una vez más, sino que se equivocaron, ya buscaban a otro militante, a quien pretendía asimismo asesinar.
Quedará aún un año de transición hasta el fin definitivo de la dictadura. Habrá nuevos crímenes y el país se paralizará en forma total a partir de tres paros generales que la CGT declara, acatados en forma unánime por el conjunto de la sociedad. Pero eso es otra parte de esta historia.
Hoy rememoramos el 16 de diciembre de 1982, el día en que se perdió el miedo, y la masividad demostró el hartazgo de todo un pueblo.
* Instituto Generosa Frattasi. Políticas Públicas para la Inclusión Social: https://institutofrattasi.com.ar