"El Chacho tenía una idea de Nación"

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"El Chacho tenía una idea de Nación"

20 Abril 2013

APU: ¿Que expresa el Chacho Peñaloza en la historia de nuestro país?

Jorge Giles: Expresa varias cosas, fundamentalmente la resistencia al opresor, la resistencia al polo oligárquico dominante en nuestro país, que lo lleva a jugarse la vida hasta las últimas consecuencias y a terminar sus días como los terminó.

Expresa esa rebeldía pero diría que, además, expresa lo más profundo de nuestra nacionalidad. Hay un mito que tenemos que derrumbar: Que el Chacho era un caudillo provincial y peleaba por su provincia. El Chacho tenía una idea de Nación, que la va a completar después Felipe Varela con una idea más del continente. No es casualidad que estemos hoy en la TV pública, en el Canal Encuentro, hablando del Chacho, viéndolo, rescatándolo de una historia liberal –la historia mitrista- que, justamente, lo mató a Peñaloza durante 150 años.

APU: Decías en la charla que era algo así como que expresaba, que representaba, en algún punto, la tragedia nacional. ¿Por qué?

JG: La vida del Chacho es una vida de tragedia, la vida de un hombre empobrecido que desde esa digna pobreza lo compartía todo y sin embargo, los sectores pudientes del centralismo porteño, que no eran solamente porteños sino también muchos provincianos que respondían a ese centralismo, lo fueron acorralando porque no buscaban que el Chacho se pase a sus filas. Buscaban aniquilar esa idea de Nación y de justicia social y de sociedad que él tenía. Es una tragedia que se haya roto esa posibilidad que tuvimos como país.

No me gusta hacer historia contrafáctica pero, cuando uno sueña, sueña y ¿cuántas veces hemos soñado que al Chacho no lo mataron, que el Chacho triunfó? ¿Te imaginás si no hubiese muerto como murió, si no hubiesen muerto los caudillos, si no hubiese habido masacres a manos del ejército mitrista a lo largo y ancho del país? Ésta hubiera sido otra Nación. Es una tragedia desde ese punto de vista y desde un punto de vista más particular, es una tragedia para los que abrazamos la causa Nacional y Popular desde siempre y para siempre.

APU: ¿Por qué creés que la generación del 60/70 recupera la figura de los caudillos y, entre ellas, la del Chacho?

JG: La nuestra es una generación que crece en una época de convulsión en el mundo que explicaba el Mayo Francés, la Cuba socialista, la derrota y la muerte de Guevara en Bolivia, distintos alzamientos en Colombia, en ese marco histórico crece la generación de los 70. Un sector importante –no quiero herir la susceptibilidad de nadie pero creo que el más numeroso- de la juventud de aquellos años, asocia esa convulsión al terreno propio, al terreno conocido, al terreno de la Patria Chica, de la Argentina, y empieza a buscar sus referentes y esos referentes están en nuestros caudillos del siglo XIX y están en Irigoyen, en Perón y en Evita.

Nosotros, en realidad, fuimos los Uturuncos, fuimos los Descamisados, los Montoneros. Fuimos los que nos identificamos con luchas libertarias de nuestro pueblo y de nuestros caudillos federales. Por eso los tomamos, porque son, de alguna manera, una guía política para la acción, no solamente en términos metafóricos y abstractos.