“El desafío es alimentar la sustentabilidad para el sector cultural”

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“El desafío es alimentar la sustentabilidad para el sector cultural”

21 Abril 2013

APU: ¿De qué se trata el proyecto Mapa de Financiamiento para la Cultura y las Artes en Latinoamérica?

Bruno Maccari: Desde Eme, que es la Asociación Civil desde la que estamos trabajando este proyecto, hace varios años venimos trabajando en servicios de gestión cultural. A diferencia de otras productoras que se dedican a actividades artísticas, a nosotros nos interesa especialmente la cuestión técnica de la gestión de proyectos culturales, y nuestros grandes objetivos pasan por aportar a la profesionalización de cómo se gestionan proyectos y organizaciones de la cultura. A través de ese camino, hemos venido desarrollando muchos cursos de capacitación, esquemas de asesoramiento, desarrollo de herramientas y, ahora puntalmente, estamos con esta herramienta de tecnología aplicada a la gestión cultural.

El puntapié inicial tuvo que ver con identificar que en realidad hay más dinero orientado a la cultura del que uno muchas veces piensa. El tema es que muchas veces los canales no están claros, la información no circula y veíamos que hacía falta una herramienta que nucleara información sobre financiamiento cultural que sea gratuita, de acceso libre, de fácil instrumentalización. Y que tomara, también, el alcance regional que nos parece que es una oportunidad muy grande, porque las problemáticas muchas veces son comunes y los proyectos tienen dificultades para financiarse o conciben solamente al Estado como el único que puede aportar, o ellos mismos como que aportan al comienzo recursos económicos a sus proyectos. Pero no tienen en cuenta esquemas más diversos y más productivos porque no tienen información sobre dónde pueden conseguir recursos económicos.

APU: Estos recursos son tanto en el sector privado como en el público.

BM: Exacto. La idea nuestra era hacerlo lo más diverso posible. Cuando ustedes entren al Mapa, a partir de la semana que viene, cuando apenas entren van a encontrar una especie de GoogleMap donde tienen muchos puntos a lo largo de América Latina; el mapa se va a lanzar con más de tres mil puntos de financiamiento cultural. En un principio, todo esto es producto de una investigación que venimos haciendo el último año y, como vos decís, es súper diverso: te vas a encontrar con puntos de financiamiento del sector público, con puntos que corresponden a empresas, a fundaciones, asociaciones. Hay una solapa de filtrar para lo que es, por ejemplo, el crowfounding que son nuevas plataformas de financiamiento más masivo y participativo donde pequeños donantes eligen a qué proyecto orientar recursos, con lo cual vas a poder filtrar por este tipo de organización o ayuda, vas a poder filtrar también por tipo de disciplina. Tenemos disciplinas súper transversales y abiertas, desde las más tradicionales como música, artes escénicas, artes visuales, audiovisual, patrimonio, pero también sumamos software y tecnología, sumamos proyectos sociales y comunitarios. Hay una solapa de “Otros” para proyectos que veamos más culturales, pero más transversales como pueden ser vinculados al turismo o al medio ambiente, con lo cual la idea es que sea muy diverso.

Ahora bien, los puntos no sólo están distribuidos por tipos de recursos, sino también territorialmente. Nosotros queríamos que fuera lo más federal posible. Por ejemplo, vas a Colombia, entrás y ahí no van a estar todos los puntos concentrados en Bogotá o en Medellín, sino que nuestra idea es sumar puntos de otras zonas, de otros departamentos, de otras provincias para que sea también descentralizado territorialmente.

APU: ¿Cómo surge esta organización que está llevando adelante el Mapa?

BM: La verdad es que nosotros, el año pasado, sacamos un libro que se llama Gestión cultural para el desarrollo, que está firmado por mí y por Pablo Montiel y ese libro nos permitió crear una sensación de cómo la cultura aporta en términos de desarrollo a nivel de toda tradición. El libro reúne una serie de experiencias con base en las principales capitales de América Latina y, después, la experiencia de dar cursos e ir a presentar el libro por todas las ciudades de la región, nos fue dando un termómetro de las dificultades que tenían los gestores y los creadores que llevan adelante sus proyectos y veíamos que son como muy comunes entre ellos; no es tan distinta la situación de un gestor en Buenos Aires que las que tiene uno en Rosario o uno en Córdoba, o la que tiene otro en San Pablo y otro en Medellín. Entonces veíamos que podía haber salidas comunes y a partir de esas actividades y esos cursos fuimos viendo también la potencia que tiene el trabajo relacional, el trabajar juntos, el pensar creativamente cómo podemos conseguir más recursos, a quién podemos acceder o vos a quién conoces, o el otro a través del otro que conocía a un conocido. Y digo, cómo se van formando esas redes de recursos que muchas veces uno no tiene conciencia de eso, y lo naturaliza y no sabe que ahí hay un potencial de asociación, de trabajar, de articular con otras organizaciones o con otros gestores.

A partir de todo ese trabajo de recaudación de información y de trabajar con colegas locales que aportaron también muchos datos al mapa, fue surgiendo esta idea de poner a disposición una herramienta que democratizara toda esa información y que colaborara con la sustentabilidad del sector cultural a nivel regional.

APU: Por lo que veo, también tuvieron apoyo de la Facultad de Ciencias Económicas en el desarrollo.

BM: Sí, tuvimos el apoyo técnico, la tutela técnica del Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias Económicas y también tuvimos el apoyo importante del sector cultural de UNESCO para el Mercosur que también está auspiciando el proyecto.

El otro punto original que no te conté es que más allá que vos, por ejemplo, a partir de la semana que viene puedas entrar y seleccionar esos tipos de financiamiento que estás buscando para tus proyectos, lo más inédito u original, y para mí lo más importante, es que no sólo vas a poder buscar fuentes que a vos te sirvan, sino también te vas a poder dar de alta como usuario del Mapa y, en todo caso, si conocés una fuente de financiamiento de una empresa local, una empresa mediana, del barrio o de alguna institución o tal vez un CGP del barrio que da un pequeño apoyo para un proyecto, y ese dato no está incluido inicialmente en el Mapa, podes darte de alta y colaborar aportando tu dato. Estamos apelando como a esta inteligencia colaborativa, la responsabilidad de todos los participantes del sector cultural para construir este Mapa compartido y regional.

APU: Por último, ¿Cómo analizas la cuestión cultural y de artes, cómo está la situación en Latinoamérica en cuanto a las propuestas y estas fuentes de financiamiento que son muchas y no se conoce?

BM: A ver, si lo enfocamos desde el lado del financiamiento, todas estas propuestas como Ideame, como las plataformas de crowfounding, donde los pequeños donantes tienen responsabilidad a la hora de aportar a proyectos de otro, digamos privados y vincularse entre privados, todavía tienen un largo camino por recorrer, porque no tiene que ver con la tradición de financiamiento a la que estamos acostumbrados, más en América Latina que tal vez se alimentó un poco más de la corriente de la línea más europea francesa, con el rol del Estado como más preponderante, sobre todo en el campo de la cultura, y  que muchas veces se concibe al Estado como único financiador de proyectos.

Es algo parecido con lo que pasa con las leyes de Mecenazgo, pese a que en Chile y en Brasil están muy desarrolladas y comenzaron a mediados de los ’90, nosotros no tenemos una Ley de Mecenazgo a nivel nacional, aunque si existe –desde hace unos años- en la Ciudad de Buenos Aires. Son distintas herramientas que están buenas para empezar a transitar, tanto las de crowfounding como las de  mecenazgo, para empezar a trabajar tal vez con el sector privado, para asociarse con el sector privado, para poder hacer buenas propuestas de comunicación o de marketing para los proyectos; también, pensar mejor la explotación de los recursos propios que tienen los proyectos, cómo vender más entradas, cómo vender más discos, cómo vender más productos derivados a partir de eso.

El desafío por delante es alimentar esa sustentabilidad para el sector cultural y para eso son estas herramientas, para que se conozca más información, y para que las estrategias de financiamiento que pensamos para nuestros proyectos, nuestras producciones, nuestras actividades artísticas y culturales, tengan un esquema más sólido a la hora de pensarse económicamente y que sepamos bien cuánto salen; y a partir de tener claridad de cuánto nos van a costar, poder establecer buenas estrategias, buenas alianzas con otros actores. Esa es la idea un poco también de diversificar esa información, de darla a conocer, de que sea gratuita, de que el sector se profesionalice. Nuestra búsqueda más importante, como te decía al principio, es aportar a que el sector de la cultura se profesionalice.

Somos una Asociación Civil privada pero con una vocación pública, de querer mejorar la actividad cultural y su gestión.