MASSa + OTros = MASSOT
Por Diego Kenis I Inevitablemente parcial resulta, en todos los sentidos de la palabra, una recorrida por los medios de comunicación y la cobertura que dieron –o que no dieron- a distintos hechos. O a ficciones. Sólo un par de breves artículos destinó Clarín a reseñar el martes 9 la denuncia del domingo 7 de Jorge Lanata, desmentida al mismo tiempo por el denunciado Luis D’ Elía. Récord.
Ausente Lanata en la tapa de los diarios que en esta semana no pudieron hacerse eco de sus denuncias, se destacó en cambio el recibimiento caluroso que obtuvo Sergio Massa en la semana posterior al lanzamiento oficial de su candidatura. Particularmente relevante es el respaldo que demostró hacia el intendente de Tigre el ex viceministro de Defensa de Carlos Menem y propietario del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot.
En una disertación que ofreció en la Cámara Arbitral de Cereales bahiense el año pasado, en ocasión de la reunión mensual de CARBAP, Massot caracterizó al 2013 como un “año decisivo”. Lo viene siendo. Veamos porqué.
Angustias y pesares
Massot presentó en Mar del Plata, el jueves 11, su último libro. Lo acompañaron el concejal del PRO Hernán Alcolea y Nicolás Márquez, quien recolecta datos sueltos y a golpes los fuerza a encajar en un rompecabezas prefigurado. No asistió a la cita la barba candado, que Massot hizo parte de su estilo y cuyo verdadero nombre remite toda una simbología: prusiana. Despeinado y afeitado, Massot disertó dos días después del fallecimiento de Mario Gabrielli, secretario de redacción de su diario La Nueva Provincia durante casi dos décadas, junto al que constituyó la dupla de acusados por delitos de lesa humanidad en la presentación que los fiscales José Nebbia y Miguel Palazzani elevaron a principios de mayo a la justicia federal. El diario de Bahía Blanca recordó a Gabrielli como “un maestro” y “un amigo” pero no mencionó las acusaciones que pesaban en su contra. Su editor jefe, Abel Escudero Zadrayec, sí: en Twitter dijo que Gabrielli había muerto por la “angustia” que “la corporación derechohumanista” le provocó “adjuntándole delitos de otros”. Minutos más tarde agregó que Gabrielli, como jefe de los redactores, se había limitado a hacer “el diario que querían los patrones”. No aclaró si esos patrones eran los miembros de la cúpula directiva, entre los que se encuentra aún hoy Massot, o el andamiaje militar. El represor Adel Vilas dijo al respecto en 1987 que el matutino obró como “un valioso auxiliar de la conducción”.
En la sección de necrológicas, expresaron su “pesar” por el fallecimiento de Gabrielli la dirección y la redacción del diario y el personal de la radio LU2, que también pertenece a Massot, encabezados por su editorialista Norman Fernández. También lo hicieron el diputado nacional radical Juan Pedro Tunessi, la Sociedad Rural local, el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca y el Instituto Nacional Browniano.
Una Massa
Las tapas de La Nueva Provincia estuvieron dedicadas, sin embargo, a otros temas. Por un lado, la crónica diaria de la “inseguridad”. El punto se ha transformado este año en obsesión de los concejales bahienses, que semana a semana piden por nuevas cámaras de monitoreo y puestos de vigilancia. De continuarse en forma constante en la misma senda, Bahía Blanca será una ciudad orwelliana para fines de año.
El viernes 12, la foto de la recorrida del candidato del Frente Renovador Sergio Massa ocupó gran parte de la portada del diario bahiense dirigido por Massot, relegando a la imagen del acto oficial que reunió en la ciudad a funcionarios nacionales, provinciales y municipales, incluidos el vicepresidente Amado Boudou y el ministro de Planificación Julio de Vido, y a candidatos como Juliana di Tullio y Martín Insaurralde.
No resulta extraño si se toma en cuenta un video que circuló en los días previos a través de las redes sociales, reflejando los conceptos de Vicente Massot ante Infobae. Publicado originalmente días antes de que se produjera el pedido de detención de Massot por parte de los fiscales Nebbia y Palazzani, en el segmento el director de La Nueva Provincia se refirió a Massa como quien podría firmar el certificado de defunción del kirchnerismo.
El lunes, el intendente de Tigre había lanzado su campaña en un acto en que no faltó la reproducción de ninguno de los clásicos lugares comunes de la historia argentina. El llamamiento a la concordia, el ejemplo del Papa Francisco, y el abrazo de Perón y Balbín fueron algunos de ellos. Massa trató de mostrarse como un disidente que propone conservar lo mejor del kirchnerismo y erradicar aquellos puntos más cuestionables, que curiosamente coinciden con los que no dejan de señalar en sus construcción discursivas diarias los medios hegemónicos. Para refrendar esa imagen, el candidato a diputado prometió no dar ni un paso atrás en materia de derechos humanos. Pero no detalló si daría pasos adelante y cuáles serían. Con la mayor parte de los responsables militares muertos, condenados o acusados, en el adelante se dejan ver las figuras de los civiles. Uno de ellos, Massot.
Al visitar Bahía Blanca, Massa fue todavía más específico. “Massa priorizó ‘la agenda de la gente’”, tituló La Nueva Provincia un día más tarde. “En octubre se juega ver si la inseguridad, la inflación y los problemas cotidianos forman parte de la discusión de la política. Pero, además, se juega la posibilidad de construir el futuro y de dejar de discutir el pasado”, fue la cita del discurso del candidato que el diario de Massot eligió para reseñar la presentación de Massa en la ciudad. En una ciudad que está comenzando a visualizar la complicidad de civiles con la última dictadura y su plan criminal, las palabras de Massa y la cita de La Nueva Provincia constituyen toda una definición de uno y otro.
Independence Day
Los editoriales que La Nueva Provincia suele publicar a favor de la última dictadura argentina tuvieron su correlato a escala global a comienzos del mes, cuando en el corazón financiero del imperio el diario The Wall Street Journal de Nueva York publicó un editorial en que deseaba a los egipcios la suerte de contar con un dictador como el chileno Augusto Pinochet.
La noticia no tuvo demasiada repercusión en nuestro país y en Chile fue reflejada críticamente por La Tercera y la CNN local. El texto en cuestión fue publicado el 4 de julio, Día de la Independencia en los Estados Unidos, horas después de que los militares egipcios tomaran el poder y suspendieran la vigencia de la Constitución.
El artículo del Wall Street Journal, publicado sin firma, proponía la Vía Chilena al Liberalismo sin mencionar que eso costó tras la cordillera casi dos décadas de terrorismo estatal. “Los egipcios tendrían suerte si sus nuevos generales gobernantes resultan seguir el modelo de Augusto Pinochet en Chile, quien tomó el poder en medio del caos, pero contrató a reformadores de libre mercado para una transición a la democracia”, dice el párrafo final de la nota.
El mundo le da la espalda a la propuesta del candidato a diputado argentino Sergio Massa de abandonar las discusiones sobre el pasado: el sábado 6, el inglés The Guardian contestó ácidamente al diario neoyorkino en un artículo firmado por el periodista Martin Pengelly y titulado “Wall Street Journal dice que Egipto necesita un Pinochet. ¿Puede salirse con la suya?”.
“Presumiblemente esto significa que quienes se expresan a nombre del WSJ piensan que Egipto debe sentirse afortunado si sus generales gobiernan con un reinado del terror por 17 años”, marcó Pengelly, quien también citó “el ejemplo bestial de la Argentina” y lo ilustró con un enlace al artículo donde el diario se refirió a la reciente muerte del dictador Jorge Videla.
Con todo, la apología del diario de la calle Wall evidenció la falta de profundidad de muchos de sus pares argentinos, que se resisten a reconocer que la implantación de las dictaduras en el cono sur de América obedeció a la intención de imponer un modelo económico determinado. En Chile sirvió para poner fin al gobierno democrático y socialista de Salvador Allende y en nuestro país, como marcó tempranamente Rodolfo Walsh, impidió que el pueblo volviera a elegir candidatos populares como lo había hecho en 1973.
Cierre con acordes
El nombre del WSJ remite al de la calle, que fue llamada “Wall” (pared) en referencia al muro que los colonos holandeses construyeron en ese lugar a mediados del siglo XVII, para delimitar territorio respecto de los nativos y los invasores ingleses, que lo derribaron en 1699. De esa manera, se transformó en un precedente de la brillante idea del intendente de San Isidro Gustavo Posse, que propuso marcar con un muro el límite entre su distrito y el de San Fernando y este año se alineó con Sergio Massa, quien en la necrológica metáfora de Vicente Massot aparece como el enterrador del kirchnerismo mientras propone la cancelación de debates sobre un pasado que el mundo sigue discutiendo. Mejor que hacer un muro, un puente.