Peronismo femenino y medios de comunicación en el Litoral
Por Maricruz Gareca y Boris Katunaric
APU: En primer lugar, contanos de qué se trata esta obra?
Julieta Ledesma: La Flor del Irupé es una obra que transcurre en un pequeño pueblo de corrientes que se llama Cacatí, donde una mujer que es peluquera lleva una clienta que intenta apoderarse del único medio de comunicación local que hay: una radio casera que tiene la peluquera en la casa; la disputa se empieza a dar un poco por eso, por apoderarse de esa voz para difamar a otra compañera que se llama Irupé. Todas ellas son mujeres militantes.
APU: El peronismo está como telón de fondo pero ¿en qué época concreta sucede la obra?
JL: Yo creo que es la actualidad pero la actualidad en un lugar más remoto o alejado; igual, es un universo un poco inventado, es decir la obra no es realista entonces me tomé ciertas licencias para agregar determinadas cosas que quizá no son de la época, por lo menos que no son actuales. Es como una especie de pastiche en un momento de elementos de diferentes épocas, pero el enfoque es actual.
APU: ¿Cómo se te ocurrieron estos personajes tan peculiares como son Rosita y Marga?
JL: Mi intención en un principio era despegarlo lo más posible de la realidad, primero porque iba a trabajar con tonos de personajes muy exacerbados, iba a construir estos personajes que son una especie de monstruitos también, entonces no podía mantenerme en una estética realista, sino que buscaba algo que pueda sumar a una cuestión visual muy colorida, muy alegre mientras lo que va pasando por debajo de la obra es bastante terrible. Entonces, me interesaba poder jugarlo de contrapunto.
APU: La obra gira en torno a una mujer guaraní que obtiene un puesto en planta permanente y empieza a ser difamada por las compañeras del partido, y en una medida dejan de ser tan compañeras por eso. En ese sentido, resulta muy interesante como utilizaste estos recursos del rumor y la difamación a través de una radio casera.
JL: Esa radio que es para las compañeras no es una radio tan escuchada, pero tampoco hay otras radios, por lo menos ahí en ese pueblito. Pero esto del boca en boca, de lo que se empieza a correr y esta situación de querer vengarse o de difamar a Irupé empieza por esta radio, pero como medio de difamación; es decir se vuelve más exitosa como medio de difamación que como medio de comunicación. En realidad, sirve para descargar un montón de cosas que no tienen que ver tanto con la política, sino con cuestiones personales o con luchas de poder también.
APU: Puede funcionar como una especie de metáfora sobre los medios de comunicación actuales y su capacidad de generar estados de ánimo.
JL: Creo que esto es lo que sucede a la hora de escribir, mi intención no era hacer una obra política ni militante pero, evidentemente, al meterte con determinados temas y poner una radio en escena uno empieza a desarrollar su punto de vista que tiene que ver con este momento; por eso, me interesaba que sea actual. Si bien hay elementos que están alejados, sigue siendo actual porque tiene que ver con mi punto de vista con los medios de comunicación actuales, con el tema de la ley de medios, cómo son las voces, cómo son utilizados los medios, desde qué lugar son utilizados. Porque muchas veces es el medio monopólico, pero también por otro lado son otros medios que apoyan a ese monopolio y decís no te está beneficiando y ¿por qué lo apoya? Se produce determinada cuestión que a mí me resulta inentendible pero que sucede y donde siempre se termina lastimando a alguien que está sufriendo. Por lo menos, me parece que ese era el lugar de Irupé en la obra.
APU: A lo largo de la obra, los dos personajes femeninos experimentan un transformación muy fuerte, lo que las vuelve personajes sumamente complejos.
JL: Sí. Marga es un personaje peronista, pero de un peronismo bastante facho, con unas ideas nacionalistas muy extrañas, o bastante actuales pero complicadas socialmente. En cambio Rosita, que es un personaje más tibio al principio y que uno pensaría que no se iba a dar vuelta, se obnubila por el éxito y eso me parece bastante humano también, por qué le pasa lo que le pasa a estos personajes. Bueno, encontré en Rosita que el éxito, esto de obnubilarse por sentirse vista o querida o escuchada, la transforma. Y acá se abre un interrogante en la obra: ¿somos capaces de, a partir de determinadas situaciones, no cambiar o de sostener esos ideales? ¿Hasta qué punto uno los puede sostener? ¿Qué pasaría si te dan prime time en un noticiero y te dicen más o menos tenés que decir esto, cuando hablás de esto se te cae el rating? Bueno, hay que ver qué pasa. Estos personajes son, dentro de lo exacerbado, humanos y en esa humanidad está esa contradicción también.
APU: ¿Cuál es la función de Lolo, el personaje del hijo de Rosita?
JL: Es un personaje que está bastante perdido, bastante descuidado y que tiene por historia el parecido con el padre. Un padre alcohólico, que realmente no ha conseguido mucho pero, por otro lado, tiene una madre que, al sostenerlo en esa ignorancia, un hijo que no puede despegar, se convierte en un monstruo que va comiendo y hasta traiciona a su madre. También está esa relación endogámica que hay entre la madre y el hijo y entre la madre y su vecina Marga, poder plasmar estos círculos que se empiezan a viciar, pero también hablándolo desde la problemática. Lolito es un personaje funcional a todo este desastre que está sucediendo con estas mujeres, no escapa de eso, no solamente se ubica en la línea familiar.
La Flor del Irupé brinda su última función, antes de salir de gira, este domingo 8 a las 19.30 hs en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960).
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