Se caía de maduro
Por Ulises Castaño
Cuando se conoció la noticia a través del video en que se ve a Diego firmando el contrato, pero sobre todo a partir de su repercusión en diferentes medios, donde se hablaba de uno en los comentarios y otro en los relatos, uno ya soñaba con un gol maradoniano de Messi en la voz de Victor Hugo y ante una mirada agazapada con lagrimon en ciernes del dios del fútbol. O un triunfo argentino sobre el local (si era en la final mejor) en la mismísima tierra de o rei y cosas por el estilo. Finalmente se supo que se tratará de un programa al estilo Bajada de Linea, con la conducción del relator uruguayo y la presencia del diez como panelista.
Pero pifiaríamos feo si considerásemos la noticia desde lo estrictamente deportivo e incluso desde lo meramente periodístico, mas allá de la alegría concreta que pudiera deparar a los futboleros. De hecho, en lo que esta columna quisiera insistir (o al menos esbozar, para seguir avanzando según se vayan conociendo nuevas) es en la lectura de la noticia como una jugada política de gran valor estratégico en momentos en que la toma de decisiones corre acompasada con el fragor de la batalla.
Durante un mes (en realidad ya posaron sus ojos hace rato) los mas grandes aparatos mediáticos del mundo desembarcaran sus fierros en suelo brasileño para cubrir un acontecimiento con la potencialidad de audiencia que tal vez ningún otro evento asegure. Durante ese lapso, es esperable que las habituales municiones con que disparan sobre Venezuela y todo latinoamerica, se multipliquen exponencialmente y en diferentes direcciones, siempre desde el camuflaje que les ofrece la competición deportiva.
Es sabido que la cita mundialista funciona como un terreno donde se dirimen tensiones de diversa índole (deportivas, económicas, políticas, sociales, así como todos los espacios de convergencia que entre ellas se den) relacionadas no solo con su adjudicación, organización y con los réditos que resulten de su realización como un evento único, esperado durante cuatro años, sino también con la coyuntura. Y en este sentido, la noticia funciona como un verdadero catalizador de largos, medianos y cortos plazos. A cada uno de los cuales le corresponde una decisión acorde con los imperativos que su naturaleza temporal demanda.
Frente a una coyuntura sumamente compleja; sabiendo del rol que ocupa Venezuela de cara a una Patria Grande cada vez mas unida y de espaldas a Estados Unidos; conociendo los votos de cierta prensa internacional al servicio del capital norteamericano que no solo dispara contra Venezuela desde adentro a través de sus epígonos, sino también desde afuera a través de sus pantallas globales; y que ademas abona la idea de desplazar a Brasil como un gigante latinoamericano incomodo y poco funcional (hay una interesante nota de Emir Sader, ayer, en pagina/12, al respecto) el papel de Maradona como soldado (mencionado así por él mismo) y de Victor Hugo como la voz de esa Patria Grande, sean una herramienta imprescindible en el mediano plazo transformando de esta manera el mero carácter periodístico de una decisión en una suerte de defensa-atacante ante la embestida del adversario.
Trascendió que tal vez Luiz Inácio Lula da Silva sea el primer invitado al programa, lo cual seria otro gesto importante en la misma linea.
Con todo, ojala Brasil 2014 sea el mundial que mas allá de ganadores y perdedores -hablando en términos deportivos- nos muestre una Patria Grande mas unida que nunca en un momento de vital importancia en todo el continente.