Mascherano, ¿el dos de la Selección?

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Mascherano, ¿el dos de la Selección?

25 Marzo 2014

Por Matías Fabrizio

La respuesta es que no, por cuestiones estrictamente futbolísticas. Y el domingo en el grandísimo clásico español, Real Madrid 3-4 Barcelona, se vio porqué. Vamos a repasar su situación en el Barsa. Desde la época de Guardiola, y antes también, el equipo catalán hace un culto de la posesión de pelota. El mediocampo corre, rota y toca. Toca mucho. Sin embargo hay un jugador que, generalmente, se mueve poco y nada, sino que más bien juega como si fuera un pivote, sobre el que se ensambla el resto del equipo, de mitad en adelante. Ese es Sergio Busquets. Quizás no es el mejor ni el más importante player barcelonista, pero sí es el primer pase, el eje y la descarga de Iniesta, Xavi, Cesc y quien esté por allí. Busquets es, en este “escenario” de fútbol a uno o dos toques, el mejor del mundo, sólo con el genial Yaya Touré a su altura. Mascherano, aunque de aceptable pase largo, no ha sido bendecido con la técnica del español, sino que tiene otras características.

Pasando al sector defensivo, los años y las lesiones le bajaron el nivel notoriamente al capitán Carles Puyol. Faltaba una compañía para Gerard Pique. Masche tiene la capacidad física y táctica para relevar y cerrar atrás de todos, en el fondo. El Barcelona planta al equipo entero en campo rival, entonces el 95% de los equipos lo atacan de contra, a veces mano a mano. Ahí un tipo como el ex Corinthians, West Ham y Liverpool viene bien, son pocos en el mundo los jugadores más rápidos que él en campo abierto, entonces a 45 metros del arco propio, gana JM14.

Ahora, ¿qué pasa cuando muere un obispo y el Barcelona termina metido atrás? Di María dejó a Dani Alves hecho un nudo en el primer tiempo y tiró varios centros. En uno, Benzema saltó medio metro más que Mascherano y convirtió el primero. Al rato, Masche pifió el rechazo y, error de Pique al dejarlo solo, el francés metió el segundo. Acá es donde hacemos la comparación con la Selección. Argentina no juega como el Barsa, juega como el Madrid. Ataca rápido, en pocos toques intenta llegar a tres cuartos de cancha, Gago profundiza siempre que puede, y no hace falta comentar la verticalidad de los Cuatro Fantásticos (no los de Marvel, los nuestros).

El tema en cuestión es que Argentina también defiende como el equipo del Rey. Como casi ninguno ofrece garantías, lo mejor, lo único, que puede hacer el equipo es agrupar gente para achicar espacios y conseguir, o intentar hacerlo, una suerte de solidez en ese sentido. Entonces, Argentina defiende bien atrás. Esto impediría que Masche pueda lucir sus atributos y lo obligaría a entrar en un juego de fricción y cabezazos con delanteros más altos que él en equipos que apuestan todas sus fichas sólo a eso. ¿No pasa lo mismo con el Barsa? ¿No le tiran pelotazos y rezan por un centro? Obvio que sí, pero ya lo dijimos, el equipo del Tata Martino defiende a 40 metros, no a cuatro.

Le ponemos nombres propios al asunto. Argentina tendrá en el grupo del Mundial, como primer rival, a Bosnia-Herzegovina, en su primera participación. La gran figura es Edin Dzeko, destacado jugador del Manchester City, de más de 1.90mts de altura. Si Masche tiene que marcar al nacido en Sarajevo en mitad de cancha, si Dzeko tiene que eludirlo y encararlo durante 40 metros, nadie debería ni empezar a preocuparse. Ahora, ¿qué pasa si los pelotazos del fondo bosnio encuentran este duelo a un par de metros del arco de Romero? Ahí es otro cantar.

Mascherano se ganó el puesto de 2 en el Barcelona con grandísimos rendimientos. Pero no se puede pretender que juegue igual en un equipo totalmente distinto. En la Selección, en esta Selección, su puesto es el de volante central.