Boca: GGG
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Por Ulises Castaño
Leído así, el titulo suena a risa. Y aunque también se adapte al caso, no habría que confundirse. GGG hace referencia a esa expresión ya clásica en el fútbol para significar: GANÓ, GUSTÓ, GOLEÓ.
También podría entonarse el clásico: “hay hay hay hay que risa que me da...” Que cada quien elija lo que más le guste; total, también se adaptará a la actualidad feliz del “último” Boca, que derrotó a Arsenal 4 a 2 por la 16ª fecha, en su mejor partido desde hace tiempo.
¿Será esta, finalmente, la última versión de Boca, en el mismo sentido que se habla de ciertas versiones mejoradas, corregidas o aumentadas, e incluso recargadas, más allá de que lo siempre queda por mejorar en todo equipo? ¿Es este un verdadero punto de inflexión? ¿Cómo podría medirse?
El domingo salió todo bien en La Bombonera, por lejos el mejor partido de la era Bianchi. Solo dos lunares empañan apenas la gran victoria: uno propio, defensivo; y otro ajeno, que tal vez haya contribuido un poco. El propio, disculpable ante la holgada ventaja, la indecisión entre Orion, Forlin e Insúa que devino en el segundo de Arsenal y recordó lo peor. El ajeno, cierto desconcierto de Arsenal, -tal vez producto de un periodo de adaptación lógico al nuevo cuerpo técnico- que pese a haber derrotado a Lanús la fecha anterior luego de la salida de Alfaro, de a ratos estuvo sobre el césped con el paso cansino de una pareja de paseo por la feria de Parque Lezama.
¿Párrafo especial para Riquelme? Desde luego, siempre. Pero que el 10 haya estado brillante no es la novedad; acaso si lo sea que viene hilvanando varios partidos seguidos, bien físicamente y a un nivel superior cada vez. Sin embargo, lo verdaderamente importante para Boca fue la sintonía fina entre JRR y el resto, que es lo que sin dudas llevó a Boca no solo a ganar, sino a no perder nunca el control del partido.
Uno entiende que la posibilidad de contestar afirmativamente a la pregunta sobre si esta última versión de Boca, -casi como una vuelta a la fuentes de aquellos equipos que brillaron con Bianchi-, es finalmente la que podrá verse a partir de ahora, depende en gran medida de dos factores que han contribuido y mucho a definir un presente que parece iluminarse poco a poco luego de un periodo de oscuridad.
El primero es la continuidad del JRR, quien ayer habló en la cancha, futbolísticamente sobre todo, pero de la otra forma también. No se ha visto un jugador que vea, lea, interprete y actúe tan bien el fútbol. Habló también al finalizar el partido, relativizando aquello que el mismo promueve. En fin, que su continuidad aseguraría un futuro futbolístico promisorio de Boca no caben muchas dudas.
El segundo es el problema que podría generar el hecho de que justo ahora, hacia el final del torneo, el equipo aparece. ¿Qué pasaría, en un escenario como el del último domingo, con la limpieza por bajos rendimientos de la que se viene hablando?
Como suele suceder, el monstruo mitológico del mundial disparará una vez más, como cada cuatro años, sus rayos paralizantes sobre toda realidad que lo circunde. Una vez finalizado, tendremos un panorama más claro. Hoy por hoy, la boca ríe, y todo es GGG.
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