Palabras más, palabras menos: Argentina 3 TyT 0
Por Ulises Castaño
En el primero de los dos partidos amistosos pactados antes de viajar a Brasil, sin el pipita Higuaín ni el Kun Agüero entre los supuestos once que arrancarían jugando el mundial, y en un partido cuyo atractivo (al igual que el del próximo sábado frente a Eslovenia) estaba puesto en la figura del mejor jugador del mundo, argentina se impuso a Trinidad y Tobago por 3 a 0 con goles de Rodrigo Palacio, Javier Mascherano y Maxi Rodriguez.
Si el objetivo era pasar lo mas rápido posible este absurdo compromiso sin lesiones, entonces se cumplió en lineas generales, salvo una pequeña luz de precaución. Si en cambio era ver como respondía, por ejemplo, la defensa, el punto mas flojo del equipo, no fue este partido una medida real para eso. Si la ilusión era ver los goles de Messi, anoche en el Monumental no hubo magia para contener esa expectativa.
El equipo aprovechó para moverse, tocar mucho, intentar alguna que otra asociación. En un partido que permitía realizar seis cambios, el técnico los aprovecho todos, y fueron en todas las lineas, menos el arco.
De rigor diremos que se paró con un 4-3-3. Con esta disposición, lo mas destacado de Argentina sucedió de tres cuartos para arriba cuando se vio cuando Messi, recostado, y Di María desde su posición habitual, arrancaban en velocidad hacia el área contraria. El equipo creó muchas situaciones de gol, e incluso malogró chances en forma verdaderamente increíble hasta que el primero tanto al final del primer tiempo abrió el arco y bajo los niveles de ansiedad.
Mientras estuvo en cancha, en el medio se lo notó a Gago con la tarea decidida de ir buscar casi a domicilio la pelota de la zona defensiva, e intentar filtrar pelotas a Messi, y a Mascherano muy comprometido con el orden y el sacrificio y nada mas, es decir, deslindando la tarea proyectiva y estratégica en el volante de Boca y la decididamente atacante en el jugador en el Real Madrid.
De la defensa, lo único a tener en cuenta del partido de ayer es, por un lado la molestia que obligó a salir a Martín Demichelis, recientemente convocado y supuesto titular, y el trabajo ofensivo que emana de las bandas, donde se lo vio a Marcos Rojo mas predispuesto que a Campagnaro, aunque escasamente utilizado ante el protagonismo de Di María en ese sector.
Desde lo futbolístico, un triunfo liso y llano en el mas amplio de los sentidos. Desde el sentido común, fue solo cumplir con la responsabilidad burocrático-comercial de un compromiso que se asume con desenvoltura al calor de jugosos contratos y seductoras agendas, pero cada vez mas se vive con mayor paranoia y menos pasión.
Para el próximo sábado, si usted señor, señora, anda con las dosis de tele ya por encima del aconsejado, reserve sus mejores horas para la pelea de Maravilla que ademas, dicen, viene con olor a retiro.