Superioridad física del Pueblo alemán y nazismo

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Superioridad física del Pueblo alemán y nazismo

14 Julio 2014

Por José Cornejo

En los últimos cuatro mundiales Alemania fue campeón, subcampeón y dos veces tercero. Esto tiene dos razones macro: el trabajo de largo plazo en la selección (gestión Klinsmann – Löw) y detrás de ello una sociedad con elevados estándares de calidad de vida que provee de incontables jugadores. Y cuando no, la riqueza de esa sociedad permite importarlos.

Es evidente que por ello los europeos occidentales suelen poblar los rankings deportivos mientras que los africanos suelen estar en el fondo de esas mismas tablas. Esta afirmación parece de Perogrullo aunque naturalmente habrá quienes disientan. El fútbol es materia de debate, en ello reside parte de su encanto.

Lo que sí es difícil es encontrar a quienes señalen que esta relación entre logros deportivos y bienestar de una sociedad, su condición física, es nazismo. Solo alguien con una comprensión muy vaga de lo que fue aquel genocidio o – mucho más grave – quien busque banalizarlo puede equivocarse de tal manera.

Sin embargo, al escribir un artículo donde aplicaba esta metodología a la performance de la selección nacional, muchos pusieron el grito en el cielo. Salames abundan en la web, pero fue notorio que un periodista con minucioso conocimiento de la comunidad judía como Ernesto Tenembaum denunciara “una musiquita nazi”. Al menos dio la posibilidad de descargo en su programa. Más artero fue lo del radical culpógeno Marcos Novaro, que se refirió en términos despectivos hacia una nota que evidentemente leyó de cruzado.

Este contraste, entre lo que es evidente cuando se trata de Alemania, pero en extremo controversial cuando se refiere a nuestra humilde nación, merece alguna reflexión. Es otra materia de debate, pero arriesgo una teoría en línea con el primer argumento: en la sociedad con más psicoanalistas de la Tierra, buena parte de la clase media argenta sufre un agudo complejo de inferioridad.

Ahora lo que sí es alarmante es la banalización del nazismo. “¿Usa usted la palabra superioridad? Usted es un nazi”. “¿Considera que este Pueblo está más sano que una década atrás? Nazi”. “¿Aspira a que la selección que representa a su sociedad derrote a las otras? Recontrafacho”.

Sobre el nazismo hay bibliotecas abarrotadas de autores. Sobre algunas cosas todos están de acuerdo: la superioridad nazi es racial. Por lo tanto no necesita ser demostrada. Cuando en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, atletas negros derrotaron a los arios, esto causó malestar en Adolf Hitler. Pero de ninguna manera abrió un interrogante sobre la superioridad racial aria: los alemanes eran mejores y esto no requería ninguna constatación. Es una definición axiomática (para Novaro: “proposición que se considera evidente y se acepta sin requerir demostración previa”).

La intención de estos artículos fue señalar que existe una relación entre los resultados deportivos de un seleccionado y el bienestar de esa sociedad. El título pudo ser provocador (“Superioridad física del Pueblo argentino”) y hasta una disparate, pero eso no habilita a desvirtuar el término nazismo. Si se quiere recuperar el término, nazismo puede ser lo que ocurrió en Argentina entre 1976-1983. Y lo que en estos días el Estado de Israel le hace a los civiles palestinos. Espero ansioso una reflexión de Tenembaum y Novaro sobre estas agresiones a la condición humana.