"Cataluña y el País Vasco están atentos a lo que pasa en Escocia"
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cuál es el clima que se respira en Edimburgo antes de la elección?
Samara Velte: Predomina un ambiente extrañamente tranquilo. Más allá de las oficinas de las dos campañas y los gabinetes de prensa de partidos políticos, en la calle reina casi absoluta normalidad. La mayoría de los escoceses hacen vida normal, se sientan en 'sit-ins' a comer un bocadillo o los piden 'to take away', y la impresión que dan es que no creen que el viernes vaya a cambiar gran cosa, o - peor aún - que les da igual. De vez en cuando se ve algún cartel o un puesto de información de una de las dos campañas, pero apenas hay grandes movilizaciones, exceptuando una manifestación en el último fin de semana antes de la votación. La campaña independentista (Yes Scotland) tiene notablemente más presencia que la unionista (Better Together), la cual goza de la atención de la gran mayoría de los medios. Es una guerra de tierra contra una guerra de aire, dicen por aquí.
Sin embargo, es un error pensar que la aparente normalidad sea señal de indiferencia, pues el 97% de los escoceses se han registrado para votar el jueves. El referéndum ha conseguido que la gran mayoría de la población, especialmente las clases trabajadoras, vuelvan a implicarse de alguna manera en la política. En algunos sitios como Glasgow, la participación en las elecciones apenas suele sobrepasar los el 30%, así que todo está bastante en el aire. Por un lado, las encuestas están ajustadísimas; por otro, nadie sabe exactamente cómo votará la mayoría de la gente, porque será una mayoría diferente a la que ha ido a votar últimamente en elecciones corrientes.
APU: ¿Existen enfrentamientos en la campaña?
SV: Yo diría que por lo general hay calma y respeto por los dos lados. Ha habido algún caso donde han pintado esvásticas en algún local de Yes Scotland, y de vez en cuando pasan coches por la calle insultando a los que están en un puesto de información, pero seguramente no es nada comparado con lo que una se podría imaginar en otras partes del mundo (que tampoco están tan lejos de aquí). Puede haber varias razones para ello: por un lado, el mismo carácter de las campañas, que no tienen movilizaciones grandes ni emociones colectivas fuertes, sino un carácter más discreto, individual, basado en consultas de puerta a puerta. Por otro lado, la manera en la que han organizado este referéndum: tanto el gobierno escocés como el británico han acordado aceptar el resultado de la consulta, y eso se plasma en las campañas.
APU: ¿Cuáles son los principales puntos de quienes apoyan la independencia?
SV: En el lado del "sí" hay varias campañas. Por un lado, está la oficial Yes Scotland: la impulsó el partido gobernante (SNP), y luego se le sumaron El partido verde y el Partido Socialista Escocés (SSP). Luego hay campañas más pequeñas y alternativas, como la Radical Independence Campaign, que apoyan a Yes Scotland pero toman distancia de aquella para permitirse mensajes y representaciones más provocativas. Ésta última tiene reivindicaciones más radicales que Yes Scotland, pero lo que las une a todas es el antagonismo contra el poder establecido en Londres. Los escoceses han votado al Partido Laborista en cada elección al parlamento de Westminster desde 1955; aun así, en los últimos 69 años, en 38 han tenido que soportar un gobierno del Partido Conservador. Esto pasa porque Escocia sólo tiene el 9% de los habitantes totales del Reino Unido, por lo que realmente nunca influye en los resultados de las elecciones británicas. A esto hay que sumarle que los gobiernos conservadores de los años 1970 y 1980 destruyeron la mayor parte de la producción y la industria de Escocia; no hay más que preguntarle a un escocés por Margaret Thatcher y ya se puede hacer una idea del odio que le tienen por aquí. Yo diría que ésta es la razón principal de los independentistas: hay muchísima frustración acumulada con el gobierno de Londres, al que ven lejano, corrupto, elitista y derechista.
Aparte de eso, Alex Salmond ha hecho gran énfasis en la viabilidad económica de la Escocia independiente. Según argumenta, Escocia tiene las mayores reservas de petróleo del Mar Norte; con ellas planean abrir un Fondo Nacional como el de Noruega, que a largo plazo vaya generando más dinero.
APU: ¿Cómo puede afectar este caso a otros movimientos independentistas de Europa?
SV: Cataluña y el País Vasco están atentos a lo que pasa aquí: si sale el sí, no sólo levantará los ánimos de los que ya están involucrados en movimientos independentistas. También abrirá camino para otras naciones que quieran formar su propio estado; ya habría un antecedente en esta Europa del siglo XXI, lo cual restaría argumentos a las fuerzas unionistas de diferentes sitios. Estos días han llegado delegaciones políticas de ambas naciones a Edimburgo. Por el contexto actual, el tema interesa especialmente a Cataluña, pues se encuentra inmersa en un proceso de enorme fuerza y voluntad popular (no hay más que ver las fotos de la manifestación en la Diada, el jueves pasado). A pesar del inmovilismo del gobierno español, la gran mayoría de la sociedad (y su representación parlamentaria) están decididos a hacer una consulta popular el 9 de noviembre. Si en Escocia gana el sí, no habrá quien pare la emoción el Cataluña; y si gana el no, tampoco creo que disminuya, pues es un proceso que ha sido construido de una manera totalmente diferente, desde la base de la sociedad.