Brasil: política, televisión y evangelismo
Por Santiago Gómez, desde Porto Alegre
La antipolítica en Brasil ha calado muy hondo. Por esta razón el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, repite una y otra vez a los brasileros que si están disconformes participen, pero que a la política no la rechacen. El contacto de la población con la política es principalmente a través de los medios de comunicación. Entre los electores y los partidos siempre hay un intermediario.
O casi siempre, razón por la cual el Partido de los Trabajadores (PT) llamó a sus militantes a volver a las calles. Desde Lula hasta las bases, todos coinciden en que el PT no tiene la capacidad de movilización que lo llevó al gobierno, aunque siga siendo la fuerza con más militantes en las calles.
Gracias, televisión
Los dos mayores canales de acceso a la población en período de campaña que tiene el PT son las iglesias evangelistas y la televisión. Cuando no hay elecciones, el PT no aparece en la televisión si no es para ser criticado o acusado de corrupción. Brasil no cuenta con ningún canal privado que muestre aspectos positivos de los gobiernos petistas. Al PT solo le quedan las redes sociales para mostrar lo que los medios masivos ocultan, e internet no es un medio masivo en el país.
Según la “Primera Pesquisa sobre Medios”, que el gobierno nacional encargó a Ibope, un 53% de la población no accede a internet, el 47% de la población tiene internet en su casa y sólo el 26% accede todos los días.
El espacio televisivo electoral obligatorio, distribuido por tiempo y según la cantidad de votos, le permitió al gobierno mostrar y recordar, casa por casa, lo que el gobierno ha hecho en estos años. La campaña petista también muestra imágenes del Brasil durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, compañero de partido de Aécio Neves.
La estrategia de campaña es “pasado vs futuro”. El 80% de la población, según la pesquisa citada, se informa por el “Jornal Nacional”, el “Telenoche brasilero”, por lo que el espacio televiso electoral es la única oportunidad que el PT tiene para llegar a las mayorías.
Siguiendo el modelo estadounidense, los publicitarios son importantes actores en la vida política brasilera. El documental “Entre atos” (Entre actos) muestra el detrás de cámara de la segunda vuelta que llevó a Lula al gobierno: es un buen momento para ver el lugar que ocupaba el publicitario Duda Mendoça.
Gracias a Dios
Las únicas organizaciones nacionales con capacidad de movilización son las Iglesias. En el caso de la Iglesia católica, su mayor muestra de fuerza fueron las miles de personas que salieron a las calles con la visita de Francisco. Muchos de los fieles lo hicieron espontáneamente, sin estar ligados a una parroquia en particular.
En el caso de las Evangélicas, las mismas sí convocan directamente y es la única estructura social con capacidad de movilizar decenas de miles de personas a un evento. Los fieles evangelistas están ligados a alguna iglesia. Al igual que en Argentina, la ostentación de la Iglesia Universal de Dios, genera prejuicios hacia los fieles evangelistas. La realidad es que ahí donde hay una necesidad, los evangelistas están permanentemente y la política, no. La alianza PT – Iglesias Evangelistas es inevitable.
Recorriendo una villa de Porto Alegre durante la campaña electoral, me crucé con una familia evangélica que iba predicando por las casas, en medio del barro. A los evangelistas se los reconoce por su prolija vestimenta: el hombre estaba de pantalón de vestir, camisa y corbata; la mujer, de pollera por debajo de las rodillas y blusa; la hija, de vestido cerrado al cuello con bolado. No hay barrio pobre que no tenga al menos una Iglesia Evangelista. En Argentina esto también sucede, hasta en el impenetrable chaqueño. Esto nos recuerda el libro “Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto”, de 1985. En la entrevista, Fidel anticipó el crecimiento de la Iglesia Evangelista, en detrimento de la Católica, porque mientras los católicos siguen esperando en la Iglesia a sus fieles cada domingo, los primeros van todos los días a golpear la puerta de sus casas.
Los evangelistas en Brasil tienen mucho poder. A su masiva llegada territorial la acompañan con canales televisivos que transmiten las 24 horas. La bancada evangélica en el país representa el 11% de los legisladores nacionales, contando senadores y diputados. Durante los gobiernos petistas la Iglesia Evangélica se ha fortalecido y muchos funcionarios están entre sus fieles. El gobierno nacional ha destinado más de 2.000 millones de dólares para combatir la adicción al paco, aquí llamado crack, y el destino principal de esos fondos son las comunidades terapéuticas. El 80% de esas instituciones son religiosas y evangelistas. No fue casualidad que Francisco haya comenzado sus viajes por estas tierras y visitara el Hospital San Francisco de Asís, que se dedica a la recuperación de adictos. En Brasil hay un sector de la Iglesia Católica, el Movimiento de Teología de la Liberación, que históricamente apoyó al PT.