México: el Chapo Guzmán, ¿liberado para enfrentar al Cartel de Jalisco?

Por Norberto Emmerich – IAEN, Quito, Ecuador

Las conjeturas sobre cómo el “Chapo” Guzmán salió de la prisión del Altiplano son abundantes. Dado que la explicación oficial, la única que cuenta con contrastación empírica, es verdaderamente increíble, sólo nos queda la heurística. Sin embargo, aún más importante que saber cómo escapó el “Chapo” es saber por qué.

Decir que el gobierno mexicano favorece a la Federación de Sinaloa en la guerra contra las organizaciones del narcotráfico ya no es una audacia. Sus jefes, el “Chapo” Guzmán Loera e Ismael “Mayo” Zambada, son considerados más razonables que el resto de los líderes. Aunque la captura del “Chapo” en febrero de 2014 contradijo esta presunción, su actual libertad la confirma.

Con la ayuda del gobierno los sinaloenses ganaron la guerra contra los otros carteles y una calma relativa y breve sopló en México tras el sexenio violento que se llevó 100.000 vidas.

Don Wislow, el prestigioso periodista americano, afirma que el gobierno mexicano busca preservar esa "pax narcótica", a la que nuevos hechos amenazan mortalmente.

Los narco homicidios están creciendo en Tijuana, el delito común está cada vez más organizado en Ciudad Juárez. Pero fue el bloqueo a Guadalajara el detonante de una preocupación que venía formándose hace tiempo.

El Cartel de Jalisco Nueva Generación no es nuevo, fue creciendo en las narices de todo el mundo sin llamar suficientemente la atención.

Nacido en julio de 2010, tras la muerte de Ignacio “El Nacho” Coronel, el CJNG se fue desprendiendo de Sinaloa y se definió inicialmente como Matazetas. En setiembre de 2011 dejó 35 cadáveres en la fortaleza de los Zetas en Veracruz. Además de luchar contra los Zetas (y contra todos los otros carteles mexicanos) su objetivo territorial fue conquistar el estratégico Estado de Jalisco, lo que finalmente consiguió. Su líder es Nemesio "El Mencho" Oseguera Cervantes, un ex policía originario de la Tierra Caliente michoacana.

¿Cuán peligroso es el CJNG?

El cartel del Mencho ha mostrado ciertas características que no han variado con el paso de los años:

1. Una gran capacidad de despliegue territorial, desarrollando acciones en puntos variados del país sin que la cadena de abastecimientos se viera afectada.
2. Junto con Los Caballeros Templarios son las dos organizaciones que no tienen grupos subsidiarios.
3. Es el único cartel del país que opera en el Distrito Federal.
4. No forma parte de acuerdos o pactos políticos

Sin embargo el elemento que otorga al CJNG el mayor grado de peligrosidad es la muy refinada lectura geopolítica que hace de la realidad mexicana. La dificultad del gobierno priísta de implementar y hacer cumplir los acuerdos de gobernabilidad legales (Pacto por México) e ilegales (pax narcótica) le permite al CJNG “desconocer” los estatus históricamente construidos por el priísmo mexicano y que los carteles habían cumplido mejor que nadie. Entre ellos, en primer lugar, no sitiar el “heartland” del país en la ciudad de México. La lucha exitosa por el control territorial de Jalisco logra por primera vez en la historia del narcotráfico mexicano la instauración de un “heartland” propio en el centro mexicano, mientras establece una jefatura alterna en el mismo Distrito Federal.

Además el CJNG advierte las sutilezas del carácter esencialmente criminal del Estado mexicano. Sabe que una matriz criminal necesita una capacidad de jefatura que no tiene el priísmo peñista. En este contexto el CJNG, que rechaza toda propuesta de “cooptación”, no se postula para ser “socio” (como sí lo hace Sinaloa) sino para dictar condiciones desde cerca pero desde afuera.

El CJNG tiene una sola debilidad: no tiene plan de contingencia. Se ha lanzado decididamente a la captura del centro, intentando crear una modernidad hasta ahora no prevista, pero que resulta impensable para los postulados capitalistas: el neto retorno a la criminalidad originaria. Allí donde lo imposible se vuelve real se desenvuelve la geopolítica del CJNG.

Claramente el “Chapo” Guzmán, convertido en un falso Robin Hood, es más útil para el gobierno afuera de la prisión que dentro de ella. Nuevamente Sinaloa es convocado a realizar las tareas de contrainsurgencia que amerita la forma criminal en que el Estado mexicano resuelve sus conflictos.