Bahía Blanca: “a los ’90 no volvemos nunca más”
Por Diego Kenis
Mientras Mauricio Macri pronunciaba en el Norte argentino un histórico acto fallido (prometió “pobreza para todos”) y su asesor Jaime Durán Barba menospreciaba el poder de convocatoria del Papa argentino Francisco (que no movería ni diez votos, según el gurú), una caravana de alrededor de un centenar de vehículos embanderados con el nombre y la figura del candidato presidencial del Frente para la Victoria (FpV) Daniel Scioli culminaba su recorrido en la Plaza Rivadavia del centro de Bahía Blanca, como parte del cierre de la campaña proselitista de cara al balotaje del próximo domingo.
La caravana partió alrededor de las 18 horas del Parque Independencia bahiense, recorrió varios barrios de la periferia y concluyó en pleno centro bahiense, frente a la Municipalidad que desde el 10 de diciembre gobernará Héctor Gay, el editorialista radial de tres décadas de Vicente Massot que esta misma semana comenzó a hablar de ajuste en el plano estatal doméstico.
“A los ’90 no volvemos nunca más” fue la consigna que acompañó el desarrollo y el cierre de la marcha. Silenciada por los principales medios de la ciudad, la caravana no tropezó con un solo incidente y recogió en cambio varias adhesiones. “Scioli es de los pobres” y “¡a ganar el domingo!”, fueron algunas de las frases escuchadas.
La recorrida colectiva por la ciudad fue el cierre de una semana que contó con una agenda cargada de eventos, que incluyeron una lavada de platos simbólica el jueves 12, también en la Plaza Rivadavia, la concentración del martes 17 ante la seccional local de la Confederación General del Trabajo (CGT) por el Día del Militante y un evento cultural en la tarde del domingo 15 en el muy concurrido Paseo de las Esculturas de la vera del arroyo Napostá, mientras visitaban la región funcionarios de los gobiernos nacional y provincial y asesores y aliados de Scioli, como el secretario de Seguridad Sergio Berni, el sindicalista Antonio Caló y los economistas Miguel Peirano, Mario Blejer, Agustín Lodola y Martín Pollera.
La militancia, a flor de piel
Apenas conocido el resultado de la primera vuelta electoral, en las últimas horas del último 25 de octubre, la militancia bahiense concentró sus esfuerzos en torcer la tendencia contraria en territorio hostil. Ya desde la semana siguiente, con el plenario del Frente para la Victoria (FpV) del sábado 31 como puntapié inicial, la preocupación se tradujo en reuniones presenciales y virtuales para diagramar actividades de concientización acerca del peligro que representa una victoria del neoliberalismo en las urnas.
Las propuestas incluyeron las clásicas pintadas, pegatinas y distribución de volantes, pero también la redacción de documentos sectoriales o abiertos a la firma, como el que suscribieron alrededor de cuatrocientos miembros de la comunidad universitaria bahiense, y la implementación de otras más novedosas, como simbólicas lavadas de platos, apertura de foros virtuales de recolección de testimonios y fotografías con la consigna “No a Macri”, festivales culturales y clases públicas de prestigiosos científicos.
El primer encuentro en tal sentido fue el jueves 12, cuando investigadores, docentes, estudiantes, investigadores, becarios y trabajadores universitarios participaron de una “lavada de platos”, organizada por G83 y a la que asistieron militantes de diversas agrupaciones juveniles kirchneristas y autoconvocados por la consigna “Macri No”. Como en el resto del país, la lavada de platos aludió a la recordada frase que el ex ministro de Economía Domingo Cavallo pronunció en los ’90, actualizada hoy por un candidato que mientras promete liberar a su suerte al mercado protesta porque haya “universidades por todos lados”.
A la céntrica Plaza bahiense se acercaron también el ex candidato a intendente por el Frente para la Victoria Marcelo Feliú, el director de la Unidad local del PAMI Damián Vanzini y un buen número de docentes, científicos y becarios de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), el CONICET y la Universidad Nacional del Sur (UNS), una de las pocas casas de estudio que no adhirió institucionalmente al respaldo a la candidatura de Scioli suscripto por 38 de sus pares.
Durante el desarrollo del evento, los académicos y científicos Raúl Garay, Claudio Delrieux, Diego Poggiese, Alejandro Curino, Andrés Garelli, Ana Tablar y Graciela Hernández expusieron sus visiones de cara a la cita electoral de este domingo y lo que en ella se juega.
Los que más desarrollaron sus exposiciones fueron Garay y Curino. El primero ilustró sobre los recursos con los que cuenta ahora para sus estudios, lo que incluye presupuesto para última tecnología, y lo que significó para él ver que a la par se saldaban deudas de su infancia: relató que poco tiempo atrás pasó por la escuela pública rural donde comenzó su formación inicial y la encontró atiborrada de los mejores avances para igualar derechos sorteando la brecha tecnológica.
Curino, por su parte, reseñó que como joven científico debió emigrar del país en los críticos ‘90, al igual que tantos de sus pares y, en otro contexto histórico de igual desprecio por la ciencia, el también bahiense César Milstein. “Un día de 2005, a mi mujer, también investigadora, y a mí nos llegó una correo donde se decía que se iban a incorporar quinientos científicos por año al CONICET. No lo creí. Pero pasó un año, y era cierto. Pasó otro, y también”, recordó. Finalmente, regresó y, como todos sus pares, ya no quiere pensar en irse.
Esas palabras volverían a resonar el domingo. Para entonces llovía, y la garúa le daba el tono épico de partido o marcha en Plaza de Mayo bajo aguacero, pero el agua cortó los micrófonos y los rayos amenazaban. La gente se juntó, pegada al escenario, a escuchar la extraordinaria clase pública de Alfredo Juan. Docente e investigador, es hijo de una empleada y un obrero ferroviario y no lo olvida. Recuerda también -a voz en cuello, esa tarde- haber esperado catorce años para ingresar al CONICET, en épocas del neoliberalismo, después de haberse formado en la educación pública. Hoy es de los mejores científicos del mundo en lo suyo y uno de los hombres clave de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, un ente que el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no puede igualar. Delante del escenario lo esperaba el destino que teme si gana Macri este 22: una mesa, una esponja y detergente, para lavar platos. “Podría trabajar en Harvard si se me diera la gana, pero quiero vivir acá”, dijo, mientras la tormenta se iba. La clase pública fue subida a internet, esta AGENCIA la compartió en Facebook el lunes y fue vista por casi 2500 personas desde entonces.
Mate y música, pero sin té de Ceylán
La tarde de un domingo sin fútbol y el siempre muy concurrido Paseo de las Esculturas fueron tiempo y espacio escogidos para el desarrollo de “No da lo mismo. Cultura bahiense contra el neoliberalismo”, un evento organizado por un grupo de trabajadores de la cultura y la educación que reunió a medio millar de personas durante más de seis horas e hizo pasar por el escenario a músicos, poetas, trabajadores, militantes políticos, sociales y de derechos humanos y científicos.
Desde pasado el mediodía, la tormenta amenazó con sus grises oscuros la tarde elegida. Varias veces pasó y nunca se quedó, salvo brevemente: hasta el tiempo prefirió regalarse oportuno y nadie faltó a la cita, a punto tal que ninguno de los asistentes llegó a abrazarse con todos sus amigos y conocidos. Incluso el recuperado tren de los Nuevos Ferrocarriles Argentinos pasó a saludar a pocos metros, donde corría manso un arroyo que supo cruzarlo por décadas en estado calamitoso, y decenas de dedos le deseaban buen viaje con la V en alto.
Justicia poética
Los momentos memorables de la tarde fueron tan numerosos como sus intérpretes y espectadores, por lo que cualquier intento de enumeración resultaría injusto por omisiones tan inevitables como involuntarias. Allí se vislumbra lo más nutritivo de este mes de inquietudes varias: los puentes y nexos que deja tendidos entre personas hasta ahora desconocidas, pero que comparten en buena medida sus valores y visión del mundo, la Historia o el país.
Los trabajadores cartoneros estuvieron representados por Eduardo Castillo y los cooperativos por Francisco Martínez, quienes se expresaron por la continuidad del modelo económico de inclusión. Referente de la Cooperativa de Trabajadores “Textiles Pigüé”, recuperada en 2004 por la lucha de sus operarios, Martínez anticipó que “no vamos a permitir una vuelta atrás” y recordó a los bahienses que “tienen una organización amiga a 130 kilómetros de acá”, en la ciudad de Pigüé. Allí hay personas que no olvidan que hace doce años no eran dueñas de su vida y hoy administran y autogestionan una cooperativa cuyas plantas fabriles ya están escrituras a nombre de los trabajadores.
Desde la fe religiosa y ante el micrófono del acto, el padre Rodolfo Viano anticipó de modo más explícito la adhesión insinuada por el Papa Francisco, al pedir el voto de los creyentes para el movimiento nacional y popular. La convocatoria contó también con talleres de arte, relato y música y la presentación de destacados artistas en escena, como el grupo de teatro encabezado por el actor Alberto Rodríguez, de activa militancia desde la década de los '70, el gran guitarrista Alberto D’ Alessandro y el Ensamble bahiense y el dúo de Omar Olea y Micaela Gasparini, que no sólo compartieron la poesía del tango sino también el inolvidable y nunca mejor recuperado “No hay té de Ceylán” con que Enrique Santos Discépolo buscaba la reflexión del medio pelo argentino en 1951.
Los versos llegaron también recitados, de la mano del grupo de poetas encabezado por Mario Ortiz, que ofreció un adelanto de un largo, bello y terrible poema político que se publicará el año próximo en una antología que recordará el cuadragésimo aniversario del último golpe cívico militar. El texto recorre la historia bahiense comenzando por sus mismos orígenes, desde el proyecto de la nueva Provincia con capital en la ciudad a la “realidad” de La Nueva PROvincia. De la consigna del fundador del diario, Enrique Julio, a la militancia de su heredero Vicente Massot, acusado de participar en el plan criminal de la última dictadura: “Vengo a luchar en pro de una idea grande. Vengo a luchar en pro de una idea. A luchar en pro de una idea. A luchar en PRO. En PRO. En PRO. En PRO”. El poeta leyó su aún inédito poema en la tarde dominical y volvió a compartirlo el miércoles en el programa del periodista Carlos Quiroga, llamado justamente Ballotage.
No fue el caso del diario local, que procuró invisibilizar cuanto pudo los actos espontáneos de convocatoria en defensa de lo conquistado y, cuando no le quedó otro remedio, se ocupó de buscar solitarias excepciones a la regla. Tres días después del balotaje, el miércoles 25, se conocerá la tercera sentencia de un juicio que el matutino tampoco considera relevante ofrecer a sus lectores: el que busca determinar responsabilidades en crímenes de lesa humanidad perpetrados bajo la órbita de la Armada durante la última dictadura. El fallo del Tribunal podría incluir, tal como solicitaron los fiscales y las querellas, la publicación obligatoria del veredicto en un espacio central del diario que hasta el momento desinforma sobre el proceso. Los organismos de derechos humanos bahienses, que también asistieron al festival del domingo y a la caravana de cierre de ayer, recordaron su convocatoria para esperar el fallo. Será el cierre de un mes redondo de efervescencia militante y podrá significar el festejo por la continuidad o el primer acto de resistencia ante la impunidad que Cecilia Pando ya festeja, globos amarillos en mano.
(Fotos: Luis Salomón)
Ver videos:
Clase pública del doctor Alfredo Juan.
Compilado de "No da lo mismo. Cultura bahiense contra el neoliberalismo".