El referéndum constitucional en Bolivia
Por Mauro Benente *
El 5 de noviembre del 2015 la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia convocó a un Referéndum Constitucional Aprobatorio para que el pueblo responda: “¿Usted está de acuerdo con la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado para que la presidenta o presidente y la vicepresidenta o vicepresidente del Estado puedan ser reelectas o reelectos por dos veces de manera continua? Por Disposición Transitoria de la Ley de Reforma Parcial de la Constitución Política del Estado, se considera como primera reelección al período 2015-2020 y la segunda reelección 2020-2025.” La cita es este domingo 21 de febrero, y se dirime la posibilidad que el proyecto político que gobierna el Estado Plurinacional de Bolivia pueda presentar como candidato a Evo Morales para las elecciones de 2020. Lo que está en juegocon esta enmienda constitucional es algo muy importante.
“El 6 de agosto de 2006 se inauguraba la Asamblea Constituyente en Sucre, la «Ciudad Blanca», capital formal de Bolivia y sede del poder judicial. Se cuenta que los empleados a cargo de la seguridad del acto pidieron a un grupo de cholitas, campesinas de pollera, manta y sombrero, que se levantaran del suelo donde esperaban porque por allí pasarían los constituyentes. Ellas se levantaron pero no para retirarse, sino para participar del desfile: eran las mujeres constituyentes.”Así comienza Salvador SchavelzonEl Nacimiento del Estado Plurinacional de Bolivia, un notable trabajo etnográfico sobre la Asamblea Constituyente, en la que participaronlos sectores históricamente olvidados por el Estado colonial y monocultural, luego marginados por las políticas neoliberales.
La Asamblea Constituyente fue convocada mediante una ley sancionada en marzo del 2006, el 2 de julio se desarrollaron las elecciones y el Movimiento Al Socialismo (MAS) obtuvo el 50,72% de los votos -137 asambleístas-, el Partido Demócrata Social (PODEMOS) obtuvo el 15,33% -60 asambleístas-, y las restantes 58 bancas se repartieron en partidos menores. Las sesiones comenzaron el 6 de agosto de 2006, recién en octubre de 2008 la asamblea pudo aprobar el texto constitucional, que fue ratificado por referéndum el 25 de enero de 2009.
La Nueva Constitución Política es una de las más progresistas y revolucionarias de la región. Con todas las limitaciones y complicaciones que tuvo el proceso, se logró reconocercomo idiomas oficiales el castellano y los de 36 naciones y pueblos indígenas y campesinos. El Estado adopta una forma de gobierno de democracia representativa y participativa, pero además comunitaria, se organiza en departamentos, provincias, municipios y también en territorios indígena originario campesinos, a los que se les garantiza un régimen de autonomía. Se consagra a los pueblos indígenas campesinos el derecho a una educación intercultural, a su identidad cultural, a la libre determinación y territorialidad, y a la titulación colectiva de tierras.
La Nueva Constitución incluye la revocatoria de mandatos, la iniciativa y la consulta popular de leyes, y un importanterediseño del Poder Judicial: se establece una igual jerarquía entre la Justicia Ordinaria y la Justicia Indígena Originaria Campesina, se estipuló que las magistradas y magistrados sean elegidos por sufragio universal –previa preselección de la Asamblea Legislativa Plurinacional-, y además el Tribunal Constitucional es de carácter Plurinacional.
Por otra parte, el texto constitucional avanzó en un plano olvidado para el constitucionalismo: el poder económico. Es así que además de estipular que la propiedad debe tener una función social, prohíbe el monopolio y los oligopolios en la producción y comercialización de bienes y servicios, en los medios de comunicación, y rechaza el latifundio.El Estado debe promover formas cooperativas sin fines de lucro, priorizar la inversión boliviana frente a la extranjera, quedando esta última sometida a la jurisdicción y autoridades bolivianas. Además, en las compras que realice el Estado, las pequeñas empresas y los pequeños productores deben gozar de preferencias. El Estado debe intervenir en toda la cadena productiva de los sectores estratégicos y garantizar su abastecimiento para los habitantes, y debe estar presente en la explotación, industrialización, transporte y comercialización de los recursos naturales. En muchos casos se prohíbe la apropiación privada de los recursos, y en otros se obliga a las empresas a reinvertir sus utilidades,y se prohibiéndose además las prórrogas de jurisdicción.
La inclusión de este tipo de cláusulas no es casual, sino que se vincula con el movimiento político y social que la impulsó, que incluye el liderazgo de Evo Morales, pero también lo excede. Entre diciembre de 1999 y abril de 2000 se desarrolló la denominada “Guerra del Agua”, un proceso de movilización popular que impidió la privatización y extranjerización del servicio de agua en Cochabamba. En el año 2002 se produjo la impresionante “Marcha por la Asamblea Constituyente, por la Soberanía Popular, el Territorio y los Recursos Naturales” que aglutinó a más de cincuenta movimientos campesinos e indígenas, y que partiendo de Santa Cruz llegó a La Paz luego de 39 días de caminata. Al año siguiente, luego de la “Guerra del Gas”–unproceso de lucha en contra del proyecto deexportación de gas hacia Estados Unidos- las organizaciones indígenas, campesinas y trabajadoras dieron forma a la denominada “Agenda de octubre”, que incluía tres puntos: nacionalización de hidrocarburos, convocatoria a la Asamblea Constituyente y juicio de responsabilidades a las autoridades elegidas.
La insurrección popular de octubre de 2003 devino en la renuncia del Presidente Sánchez de Lozada, la asunción de Mesa, su renuncia en junio de 2005, y la convocatoria a elecciones para el 18 de diciembre de 2005. Evo Morales alcanzó el 53,74%, que contrasta los 22,6% que había obtenido Hugo Banzer en 1997 y el 22,46% al que arribó Sánchez de Lozada en 2001. El apoyo al proceso liderado por Evo se incrementó en las siguientes elecciones, ya que en el2009llegó al 64,22%, al 61,3% en el 2014, y en el referéndum revocatorio de agosto de 2008 el 67,43% votó por su continuidad en el cargo. Parte del apoyo electoral se explica por el sostenido crecimiento económico, que desde el 2006 promedia el 4% anual y de acuerdo con el propio FMI marcó 4,1% en el 2015 –el país de la región con mayor crecimiento-. Pero se trata de un crecimiento con inclusión social, que bajó los índices de pobreza extrema y moderada, redujo la desigualdad, el desempleo, la mortalidad infantil y la deserción escolar. Si bien son resultados capitalizados por Evo, no son logros personales sino resultados de un proceso de luchas populares y de una gestión del Estado en la cual de la cual los movimientos sociales participan –es cierto que con cada vez menos intensidad-. La primera Presidencia de Evo fue apoyada –incluso críticamente- por buena parte de los movimientos sociales que conformaron la “Agenda de octubre.” Por su lado, la Nueva Constitución fue sancionada negociando con la derecha, pero sobre todo escuchando y sintiendo la presión de las organizaciones populares, que por entonces habían conformado el Pacto de la Unidad.
Evo se encuentra en su tercera gestión, ya que aunque sepermite una única reelección, el Tribunal Constitucional Plurinacional sostuvo que las Presidencias debían contarse a partir de la aprobación de la Nueva Constitución. Este domingo se decide si Evo puede presentarse para las elecciones del 2020 y detrás del NO se encuentra fundamentalmente la derecha boliviana, que al decir del Vicepresidente Álvaro García Linera cuenta con el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos. De todos modos aquí no quisiera retomar las tesis de la derecha más recalcitrante y racista, sino un argumento restituido por liberales bienintencionados: la alternancia.
El discurso liberal e institucionalista, ha establecido una relación directamente proporcional entre alternancia y democracia:a mayor alternancia en los cargos electivos mayor democracia. Esteslogan reduce la democracia al acto de ciudadanos que pagan sus impuestos, asisten a sus trabajos, disfrutan de sus afectos, y periódicamente se esconden en un cuarto oscuro para introducir un papel dentro de una caja o apretar el botón de un artefacto. Sin embargo, el spotde la alternancia olvida que desde un amplio espectro, que abarca el socialismo democrático de Miliband y Poulantzasy el republicanismo liberal de Habermas, se postula que la democracia no se mide solamente por los resultados de los procesos electorales sino más bien por el modo en que las instituciones del Estado se relacionan con las organizaciones populares y la democracia de base. La democracia no se juega solamente en la alternancia de las élites políticas, sino en la manera en que ellas se vinculan con los movimientos sociales. Con todas las dificultades, limitaciones, frustraciones y hasta traiciones, el MAS todavía garantiza esa relación entre las élites y los movimientos sociales, y permite que buena parte de esa élite provenga de las organizaciones de base. No creo que el del MAS sea un “gobierno de los movimientos sociales” como gusta llamarlo García Linera, pero entiendo que es hijo de las organizaciones que resistieron al colonialismo y al neoliberalismo, y todavía respeta y siente la presión de sus padres y madres. A pesar de todas las críticas que se le pueden realizar al gobierno del MAS, el liderazgo de Evo ha profundizado la democracia porque ha convertido a los excluidos en sujetos políticos,y por primera vez en la historia boliviana –marcada por cierto por la alternancia electoral-, ha establecido puentes y no murallas entre las instituciones del Estado y las organizaciones de base.
Lo que está en juego este domingo, entonces, es algo más importante que una nueva presentación de Evo. Es una puja por el significante democracia. Es un forcejeo por su sentido. Se disputa si la democracia se juega en ese acto privado y a escondidas que supone encerrarse para votar, o si ella alude –sin anular lo anterior- a un mecanismo de constante comunicación, interrelación,y mutua presión entre la élite política y la democracia de base. Permitir que Evo Morales se postule como Presidente en 2020 no solamente implica garantizar los logros económicos, sociales y culturales de su gestión, sino comenzar a pensar la democracia de otro modo. Comenzar a democratizar el sentido de la democracia.
* Doctor en Derecho. Becario Posdoctoral del CONICET.