“Desde la Pastoral tenemos que armonizar los intereses contrapuestos”
Por Redacción APU
Con la irrupción mundial del Papa Francisco, la actividad política y social de los sectores vinculados a la Iglesia alcanzó mayor visibilidad y protagonismo. En el sur de la Provincia de Buenos Aires, este fenómeno se expresa con claridad a través de los representantes de la Pastoral Social y Obrera de Avellaneda – Lanús, que con su accionar cotidiano caminan el territorio en busca del bien común. Dialogamos con dos de sus representantes.
APU: ¿Cuál es la concepción sobre la política que tiene la Pastoral Social y Obrera de Avellaneda – Lanús?
Gabriel Minichiello: Nuestro objetivo es la búsqueda del bien común y la evangelización de la cultura y la política. Como dice Francisco, la política es la forma más alta de caridad, y nosotros utilizamos a la política como herramienta fundamental para buscar y alcanzar la dignidad material, moral y espiritual del Pueblo.
Hoy estamos convocando a los distintos sectores de Argentina a la unidad, la solidaridad y la pacificación para resolver los problemas del país.
APU: ¿Cuál es la realidad política en Lanús?
Rafael Fiorentino: Para hablar de Lanús hay que hablar de la Argentina. La política de verdad, en los últimos 20-30 años, se ha retirado de la escena y sólo queda la lucha por el “puesto”. La política debe lograr que las personas alcancen la dignidad y lejos estamos hoy de eso. Por eso insistimos en trabajar para mejorar la política.
Gabriel Minichiello: El Pueblo sufre la exclusión, la inseguridad, el maltrato y el abandono. Esto significa que no hay política real. Por eso queremos convocar a todos los sectores y exhortar a cada uno para que desde su lugar colabore en la construcción del bienestar del Pueblo.
Rafael Fiorentino: Ningún gobierno o partido va a triunfar en alcanzar el bienestar general si no lleva adelante un plan con el concurso organizado del Pueblo. Si éste no participa de las decisiones políticas, no hay posibilidad de éxito.
APU: En concreto, ¿Qué acciones lleva adelante la Pastoral en ese sentido?
Gabriel Minichiello: Trabajamos fuertemente con los sindicatos. Por ejemplo, siguiendo el mandato del Papa Francisco, organizamos el 1 de mayo una actividad con el sindicato de Municipales de Lanús con motivo de celebrar el Día de la Misericordia en el marco del Día del Trabajador.
Fue un acto de fe y amor, pero también un llamado a la unidad de los trabajadores y la pacificación argentina. Partimos de la idea de que el movimiento obrero es el motor fundamental para que el engranaje de nuestro país no deje de funcionar.
Asimismo, realizamos cursos y seminarios con los gremios de la zona de Avellaneda – Lanús promoviendo la formación de los dirigentes no sólo en términos intelectuales sino también humanos.
APU: ¿Cómo ven el escenario a mediano plazo?
Rafael Fiorentino: No puede haber un escenario favorable si hay cada vez menos trabajo y más aumento de precios. Vemos parches pero no soluciones. Hay que resolver problemas en lo urgente y generar una esperanza de resolución en lo permanente.
Gabriel Minichiello: Sin trabajo decente no hay salida posible. Con salarios por el piso y precios por las nubes, la familia argentina no puede sobrevivir.
APU: Mencionaron “salario” y “trabajo”, ¿Cómo se puede avanzar sobre esos ejes dadas las tensiones naturales entre los actores que intervienen en esa discusión (empresarios, sindicatos, Estado)?
Rafael Fiorentino: Cada uno cuida sus intereses. Nosotros como Pastoral, y personalmente como peronista, tenemos la obligación de dialogar con todos.
Gabriel Minichiello: Aunque haya intereses distintos, desde la Pastoral tenemos que armonizar los intereses contrapuestos mediante el diálogo. No hay otra manera. Sin diálogo la Argentina se desangra y la parte perjudicada siempre es el pueblo.
APU: ¿Confían en la dirigencia argentina para superar los problemas de la Argentina?
Rafael Fiorentino: La Argentina ha sufrido en los últimos 30 años embates que han dañado la capa social. Nuestra juventud fue bombardeada con los desaparecidos, la Guerra de Malvinas y la falopa que llenó el país.
Pero el Pueblo argentino y su juventud demuestran que están vivos y con ganas de sacar adelante, y en paz, a la Argentina. Hay una dirigencia con la decisión de no quedarse ajena al futuro de su Patria.
A nosotros nos motoriza la fe, que es amor puro. Y los argentinos tienen fe porque aman. Y esa fe, moviliza. Por eso confiamos y seguimos adelante.
Gabriel Minichiello: La fe es la certeza de que vamos a construir entre todos los argentinos un futuro mejor para nuestra Patria. Por eso hay que convocar al diálogo social entre todos los que están en la toma de decisiones para construir y recuperar la buena discusión política.
Es necesario, además, que la dirigencia predique con el ejemplo. El General Perón así lo hizo. No sólo construía un hospital, sino que disfrazado se aparecía en los hospitales para saber cómo era atendido al Pueblo. Manuel Quindimil en Lanús hacia lo mismo. Eso es poner la política al servicio del Pueblo.